• KPop Demon Hunters ha arrasado en Netflix con 236 millones de visualizaciones, convirtiéndose en la película en inglés más vista de la plataforma.
• Esta mezcla de K-pop, demonios y animación me recuerda a esas colaboraciones especiales del anime que tanto me emocionan, como cuando Studio Trigger experimenta con conceptos únicos.
• El éxito de la versión sing-along liderando la taquilla demuestra que hay hambre real de contenido que celebre la diversidad cultural sin caer en estereotipos.
¿Qué ocurre cuando mezclas K-pop, demonios y animación de primera calidad? Que Netflix se frota las manos pensando en una secuela después de que una película rompa todos sus récords. En el mundo del streaming, cuando algo funciona, funciona de verdad.
La industria del entretenimiento nos ha demostrado una y otra vez que las fusiones más inesperadas pueden crear auténticas joyas. Desde los musicales de Disney hasta esas colaboraciones entre estudios japoneses y occidentales que tanto me fascinan, cuando la creatividad se encuentra con la pasión por contar historias diferentes, el resultado puede ser absolutamente mágico.
KPop Demon Hunters ha conseguido 236 millones de visualizaciones, convirtiéndose en la película en inglés más vista de Netflix de todos los tiempos. Pero lo que más me emociona es que la versión sing-along logró liderar la taquilla con 19,2 millones de dólares, siendo la primera película de Netflix en conseguirlo. Esto me recuerda a esas experiencias comunitarias que tanto echamos de menos.
Cuando vi por primera vez el tráiler, no pude evitar pensar en lo mucho que me recordaba a esas colaboraciones tan especiales que surgen en el anime. Como cuando Studio Trigger se junta con músicos para crear algo completamente diferente, o cuando MAPPA decide experimentar con estilos visuales que rompen moldes.
La película sigue a Huntr/x, un grupo de chicas que aparentemente son idols del K-pop pero que en realidad son cazadoras de demonios secretas. La premisa ya de por sí suena a esas historias que tanto me gustan del anime, donde la vida cotidiana se mezcla con lo sobrenatural de la manera más natural del mundo. Es puro mahou shoujo con un twist moderno que funciona de maravilla.
Dirigida por Maggie Kang y Chris Appelhans, la cinta cuenta con las voces de Arden Cho, May Hong y Ji-young Yoo. Lo que más me llama la atención es cómo han conseguido crear algo que funciona tanto para el público occidental como para los fans del K-pop y la cultura asiática en general.
La trama se complica cuando aparece su archienemigo con una banda rival de chicos poseídos por demonios, cuyo objetivo es literalmente robar las almas de sus fans. Es una premisa que podría haber salido directamente de un manga shonen, pero llevada al terreno de la animación occidental con un toque musical que la hace única.
Sony Pictures Animation ha demostrado con este proyecto que cuando se arriesgan con conceptos originales, los resultados pueden ser espectaculares. Y es que 236 millones de visualizaciones no mienten. La película no solo ha roto récords en Netflix, sino que ha demostrado que hay hambre de contenido que mezcle diferentes culturas y géneros.
La combinación de «animación elegante y cool, acción sobrenatural y música adictiva» ha creado algo que trasciende las barreras culturales. Es exactamente lo que necesitábamos: contenido fresco que no tiene miedo de ser diferente y que celebra la diversidad cultural sin caer en estereotipos.
Netflix está claramente interesado en mantener el impulso, y no me extraña nada. Cuando tienes una gallina de los huevos de oro, la cuidas. Aunque las conversaciones para la secuela están en fases muy tempranas, el éxito de la primera película prácticamente garantiza que veremos más aventuras de Huntr/x.
El fenómeno KPop Demon Hunters demuestra que el público está más que preparado para historias que mezclen culturas, géneros y estilos de manera orgánica. No es solo una película de animación, es una declaración de intenciones sobre hacia dónde se dirige el entretenimiento global.
Mientras esperamos noticias oficiales sobre la secuela, no puedo evitar sentir esa emoción que me da cuando descubro algo nuevo y especial. Es la misma sensación que tuve la primera vez que vi Your Name o cuando Studio Ghibli anunció el regreso de Miyazaki. Esa mezcla de expectación y alegría que solo surge cuando sabes que estás ante algo que puede cambiar las reglas del juego.
KPop Demon Hunters ha demostrado que las historias más inesperadas pueden convertirse en los éxitos más rotundos, y eso me da muchísima esperanza para el futuro del entretenimiento. Sugoi, como diríamos por aquí.