Por qué la secuela de El Diablo Viste de Prada me da más miedo que emoción

Disney trae de vuelta El Diablo Viste de Prada. Entre nostalgia y temor, analizo los riesgos de actualizar un clásico sin traicionar su esencia original.

✍🏻 Por Clara Domenech

diciembre 23, 2025

• Disney confirma la secuela de El Diablo Viste de Prada para 2026 con Meryl Streep y Anne Hathaway regresando a sus papeles icónicos.

• Como fan del cine, creo que algunas películas perfectas deberían quedarse como están, y esta secuela me genera más dudas que emoción.

• El mayor riesgo es actualizar una historia tan arraigada en los 2000 para audiencias contemporáneas sin perder su esencia original.

Cuando Disney anunció que habría una secuela de El Diablo Viste de Prada para 2026, mi primera reacción fue una mezcla de emoción y terror existencial. Por un lado, volver a ver a Meryl Streep como Miranda Priestly es algo que mi corazón geek no puede rechazar. Por otro, hay películas que son perfectas tal y como son.

Como alguien que ha visto cómo Marvel ha navegado entre secuelas brillantes y otras que prefiero olvidar, sé que el cine de continuaciones es un terreno minado. Y El Diablo Viste de Prada no es precisamente una franquicia que grite «¡necesito más películas!» como el MCU.

¿Por qué soy tan escéptica con esta secuela?

Entiendo perfectamente la tentación. El Diablo Viste de Prada es una de esas películas que define una época, como Iron Man definió el inicio del MCU. Pero aquí está la diferencia: Tony Stark tenía un universo entero por construir. Andy Sachs ya completó su arco narrativo de forma magistral.

La película de 2006 nos dio una historia redonda: una joven periodista que se pierde en el mundo de la alta costura, aprende sobre sí misma y finalmente encuentra su camino. No hay misterios sin resolver, no hay villanos que regresen de entre los muertos.

El problema de actualizar un clásico de los 2000

El Diablo Viste de Prada está profundamente arraigada en la cultura de los 2000: móviles que apenas tenían cámara, revistas físicas en su apogeo, un mundo pre-redes sociales donde la moda se dictaba desde arriba.

¿Cómo traduces eso a 2026? ¿Miranda Priestly lidiando con influencers de TikTok? ¿Andy navegando el mundo de los medios digitales?

No digo que sea imposible, pero es como intentar hacer una secuela de Los Vengadores ambientada en la Edad Media. Técnicamente factible, pero pierdes la esencia.

El riesgo de deshacer el desarrollo de personajes

Como fan de Marvel, he visto cómo las secuelas pueden tanto enriquecer como arruinar el desarrollo de personajes. Capitán América: El Soldado de Invierno elevó a Steve Rogers a nuevas alturas. Pero también hemos visto decisiones narrativas cuestionables.

Andy Sachs terminó la primera película habiendo aprendido una lección valiosa sobre sus prioridades y valores. ¿Qué historia queda por contar que no deshaga ese crecimiento?

Lo que sí me emociona

Dicho todo esto, no puedo negar que una parte de mí está absolutamente emocionada. Meryl Streep volviendo como Miranda Priestly es como si Robert Downey Jr. regresara como Iron Man: sabes que va a ser épico, independientemente del guión.

La actuación de Streep en la original fue una masterclass de cómo crear un personaje complejo sin caer en la caricatura. Miranda no era simplemente malvada; era brillante, exigente y, en su propio mundo, tenía razón.

Ver cómo ha evolucionado el personaje después de dos décadas podría ser fascinante.

¿Puede funcionar una secuela después de 20 años?

Hemos visto secuelas tardías que funcionan (Mad Max: Fury Road, Blade Runner 2049) y otras que mejor olvidar. La clave suele estar en entender qué hizo especial a la original y cómo honrar eso mientras se cuenta una nueva historia.

El Diablo Viste de Prada funciona porque es una película sobre encontrar tu identidad en un mundo que constantemente te dice quién deberías ser. Ese tema es atemporal, pero su ejecución estaba perfectamente calibrada para su época.

La presión de las expectativas

La película original no solo fue un éxito comercial; se convirtió en un fenómeno cultural. Las citas siguen siendo relevantes, los gifs siguen circulando, y nuevas generaciones siguen descubriéndola.

Esa es mucha presión para una secuela. Es como cuando Marvel anunció Avengers: Endgame: sabes que van a intentar estar a la altura, pero también sabes que es prácticamente imposible recrear la magia original.

Al final del día, mi escepticismo viene de un lugar de amor genuino por la película original. El Diablo Viste de Prada es perfecta tal y como es, y esa perfección es algo frágil.

Pero también soy consciente de que mi curiosidad va a poder más que mis reservas, y estaré ahí el día del estreno, probablemente con más nervios que cuando fui a ver Avengers: Endgame.

Porque al final, aunque la secuela no funcione, siempre nos quedará la original. Y si funciona… bueno, entonces tendremos el doble de Miranda Priestly en nuestras vidas, y eso nunca puede ser algo malo.


Crecí con los cómics de Marvel y me enamoré del MCU desde el primer “I am Iron Man”. Me encanta seguir teorías, analizar tramas y perderme en cada nuevo estreno, pero también sé cuándo algo no está a la altura. Disfruto del hype, pero escribo con criterio. Porque si no le exigimos al cine que mejore, ¿entonces para qué estamos aquí?

Document

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

books

SOLO EN

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

SOLO EN

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
>