Los Oscars abandonan la TV en 2029: YouTube mata una tradición de 95 años

Los Oscars migran a YouTube desde 2029: contrato hasta 2033, ecosistema anual, dudas sobre anuncios, formato, demografía y el prestigio frente a la TV tradicional.

✍🏻 Por Lucas Ferrer

diciembre 18, 2025

• Los Oscars abandonarán la televisión tradicional en 2029 para emitirse exclusivamente en YouTube, marcando el fin de una era en la retransmisión de premios cinematográficos.

• Esta decisión refleja la inevitable migración del entretenimiento hacia las plataformas digitales, aunque plantea serias dudas sobre el formato y la audiencia tradicional de la gala.

• El acuerdo incluye no solo la ceremonia principal sino todo el ecosistema de eventos de la Academia, desde las nominaciones hasta los premios estudiantiles, creando un hub completo en YouTube.

Imaginaos por un momento que os digo que los Oscars, esa ceremonia que lleva décadas siendo el santo grial de la televisión en directo, va a dejar la tele tradicional para mudarse a YouTube. Suena a broma, ¿verdad? Pues no lo es.

La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas acaba de anunciar una de las decisiones más disruptivas de su historia: a partir de 2029, la gala más importante del cine mundial se podrá ver únicamente en la plataforma de Google.

Como alguien que lleva años analizando los números detrás del espectáculo, esta noticia me ha dejado con más preguntas que respuestas. Los datos que tenemos sobre la mesa son fascinantes, pero las implicaciones van mucho más allá de las cifras de audiencia.

El gran salto al vacío digital

La Academia ha firmado un contrato que se extiende hasta la 105ª edición de los Oscars en 2033. Cinco años de ceremonia en YouTube que cambiarán para siempre la forma en que vemos los premios más prestigiosos del cine.

ABC seguirá siendo el hogar de los premios durante los próximos tres años, dando tiempo tanto a la industria como al público para digerir este cambio sísmico.

Bill Kramer, CEO de la Academia, y Lynette Howell Taylor, presidenta, han expresado su entusiasmo por esta «asociación multifacética global con YouTube». Sus palabras suenan optimistas, pero detrás de esa retórica corporativa se esconde una realidad incómoda: los Oscars necesitaban desesperadamente un cambio.

Los números no mienten, y como analista que vive de interpretar cifras, estos datos me resultan especialmente reveladores. La audiencia de los Oscars ha caído en picado en la última década.

Si en 2014 la ceremonia atraía a más de 43 millones de espectadores en Estados Unidos, en 2021 apenas llegó a los 10 millones. Es una sangría del 77% que ninguna cadena puede permitirse indefinidamente.

Para ponerlo en perspectiva: esa caída de audiencia equivale a perder el PIB de un país pequeño en términos publicitarios. ABC lo sabía, y esta decisión era inevitable.

Más que una ceremonia: un ecosistema completo

Lo realmente interesante de este acuerdo no es solo que YouTube retransmita la gala principal. La plataforma se convertirá en el hogar de todo el universo de la Academia.

Los Governors Awards, el anuncio de nominaciones, el almuerzo de nominados, los Student Academy Awards y toda la programación anual tendrán su casa en YouTube.

Esta estrategia tiene mucho sentido desde el punto de vista del negocio. En lugar de concentrar todo el valor en una sola noche al año, la Academia está creando un flujo constante de contenido que puede mantener el engagement durante los doce meses.

Es lo que en el mundo digital llamamos «always-on content», y YouTube es la plataforma perfecta para ello.

Además, el alcance global de YouTube es algo que la televisión tradicional simplemente no puede igualar. Mientras que ABC está limitada principalmente al mercado estadounidense, YouTube puede llevar los Oscars a cualquier rincón del planeta con conexión a internet.

Para una industria que genera más del 70% de sus ingresos fuera de Estados Unidos, esta accesibilidad es oro puro.

Las preguntas del millón de dólares

Pero aquí es donde empiezan mis dudas como analista. ¿Cómo va a funcionar la estructura publicitaria? Los anuncios en YouTube son muy diferentes a los de la televisión tradicional.

Un spot de 30 segundos en los Oscars puede costar hasta 2 millones de dólares en ABC. ¿Veremos pre-rolls antes de cada categoría? ¿Banners durante la ceremonia? ¿O YouTube apostará por un modelo de suscripción premium sin anuncios?

Y luego está la cuestión del formato. Los Oscars siempre han sido una bestia de tres horas (o más) diseñada para la televisión lineal.

YouTube, sin embargo, es el reino del contenido fragmentado y bajo demanda. ¿Mantendrán el formato tradicional o lo trocearán en segmentos más digeribles para la audiencia digital?

La demografía también es clave. YouTube tiene una base de usuarios significativamente más joven que la audiencia tradicional de los Oscars. El 62% de los usuarios de YouTube tienen entre 18 y 34 años, mientras que la audiencia media de los Oscars ronda los 58 años.

¿Intentará la Academia adaptar el show para atraer a estos espectadores más jóvenes? ¿Veremos más categorías técnicas relegadas a pre-shows o contenido complementario?

El contexto de una industria en transformación

Esta decisión no ocurre en el vacío. La industria del entretenimiento está viviendo una revolución completa.

Netflix ya ha demostrado que las plataformas de streaming pueden competir (y ganar) en los Oscars. En 2021, la plataforma consiguió 35 nominaciones, más que cualquier estudio tradicional.

Disney+ ha cambiado la forma en que consumimos contenido familiar. Y ahora YouTube se posiciona como el futuro hogar de la ceremonia más prestigiosa del cine.

Es un movimiento que refleja una realidad más amplia: la televisión tradicional está perdiendo relevancia, especialmente entre las audiencias más jóvenes.

Los datos de consumo de medios son implacables. Cada año, más espectadores abandonan la televisión lineal en favor de plataformas digitales que les ofrecen control total sobre qué, cuándo y cómo consumen contenido.

Para la Academia, esta asociación con YouTube representa una oportunidad de oro para reinventarse. Pueden experimentar con formatos interactivos, contenido exclusivo detrás de cámaras, y formas de engagement que simplemente no son posibles en la televisión tradicional.

Los riesgos de la apuesta

Sin embargo, no todo son ventajas. YouTube, por muy masiva que sea su audiencia, sigue siendo percibida por muchos como una plataforma menos «seria» que la televisión tradicional.

¿Perderán los Oscars parte de su prestigio al asociarse con una plataforma conocida principalmente por vlogs y videos de gatos? Es una pregunta que me quita el sueño como analista de la industria.

También está la cuestión técnica. Retransmitir un evento en directo para millones de espectadores simultáneos no es lo mismo que servir videos bajo demanda.

YouTube tendrá que demostrar que su infraestructura puede manejar la carga sin los problemas técnicos que han plagado otros intentos de streaming en directo de eventos masivos.

Y luego están los puristas del cine, que ven en este movimiento una traición a la tradición. Para ellos, los Oscars en YouTube son como servir champán en vasos de plástico: técnicamente funciona, pero se pierde algo esencial en el proceso.

Esta decisión de la Academia es, sin duda, una de las más arriesgadas de su historia reciente. Como analista que ha seguido la evolución de la industria durante años, reconozco tanto el potencial como los peligros de esta apuesta.

Los números actuales de audiencia hacían inevitable algún tipo de cambio drástico, pero solo el tiempo dirá si YouTube era la respuesta correcta.

Lo que está claro es que estamos ante un punto de inflexión histórico. Los Oscars han sido durante décadas el último bastión de la televisión tradicional, el evento que aún conseguía reunir a familias enteras frente al televisor.

Su migración a YouTube marca simbólicamente el final de una era y el comienzo de otra completamente nueva. Como espectador y analista, no puedo evitar sentir una mezcla de emoción y nostalgia por lo que está por venir.


Apasionado por los números que cuentan historias, llevo más de 12 años desentrañando qué hay detrás del éxito (o fracaso) en taquilla. Para mí, cada cifra es un reflejo del público y la industria, y me encanta traducir esos datos en análisis claros y sorprendentes.

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