• Elektra, el fracaso de Marvel de 2005, ha resurgido 20 años después alcanzando el séptimo puesto en el top global de Netflix con 5,1 millones de visualizaciones.
• El regreso de Jennifer Garner en Deadpool & Wolverine parece haber despertado la curiosidad del público por revisitar su interpretación original del personaje.
• Las plataformas de streaming están demostrando su poder para rehabilitar películas que fracasaron en taquilla, creando segundas oportunidades impensables hace una década.
¿Quién iba a decir que una película con un 11% en Rotten Tomatoes iba a convertirse en un fenómeno de streaming dos décadas después? Los números no mienten, y cuando veo que Elektra está arrasando en Netflix, no puedo evitar sonreír ante la ironía del destino cinematográfico.
Es fascinante cómo las plataformas digitales están reescribiendo las reglas del éxito. Lo que antes era una sentencia de muerte comercial ahora puede transformarse en una segunda vida próspera.
El fracaso que se convirtió en éxito tardío
Vamos a los números, que son los que realmente cuentan la historia. En 2005, Elektra recaudó apenas 56,8 millones de dólares en taquilla mundial, una cifra que, comparada con su presupuesto estimado de entre 43 y 65 millones, la convertía en un fracaso comercial evidente.
La crítica tampoco fue benévola: ese demoledor 11% en Rotten Tomatoes la situaba entre las películas de superhéroes peor valoradas de la historia.
Pero aquí estamos en 2024, y los datos de Netflix cuentan una historia completamente diferente. Durante la semana del 11 al 17 de agosto, Elektra se coló en el séptimo puesto del ranking global de la plataforma, acumulando 5,1 millones de visualizaciones y 8,2 millones de horas vistas.
Estas cifras son especialmente llamativas si consideramos que estamos hablando de una película que muchos espectadores ni siquiera sabían que existía.
El efecto Deadpool & Wolverine
No es casualidad que este resurgimiento coincida con el estreno de Deadpool & Wolverine, donde Jennifer Garner retomó su papel de Elektra después de casi dos décadas.
La película de Ryan Reynolds y Hugh Jackman ha sido un auténtico fenómeno, recaudando 1.300 millones de dólares a nivel mundial y recordando a toda una generación la existencia de estos personajes pre-MCU.
Este «efecto nostalgia» es algo que he observado repetidamente en mis análisis de taquilla. Cuando un actor regresa a un papel icónico, por muy mal que hubiera funcionado originalmente, se genera una curiosidad natural en el público.
Es como si los espectadores quisieran hacer los deberes antes del examen, revisitando el material original para entender mejor las referencias. Y Netflix se convierte en el profesor particular perfecto para esta clase de repaso cinematográfico.
La magia del streaming: segundas oportunidades
Lo que más me fascina de este fenómeno es cómo Netflix está funcionando como una máquina del tiempo cinematográfica. Sin las limitaciones de las salas de cine, sin la presión de los estrenos en fin de semana, las películas pueden encontrar su público de forma orgánica.
Elektra se beneficia de varios factores que no existían en 2005. Primero, la audiencia de superhéroes se ha multiplicado exponencialmente gracias al MCU. Segundo, Jennifer Garner ha mantenido una carrera sólida que le ha granjeado nuevos fans.
Y tercero, la curiosidad morbosa siempre funciona: ¿realmente era tan mala como decían?
Números que desafían las expectativas
Cuando analizo estos 8,2 millones de horas vistas, no puedo evitar hacer cálculos. Asumiendo una duración aproximada de 97 minutos, estamos hablando de más de 5 millones de visualizaciones completas en una sola semana.
Para ponerlo en perspectiva, eso equivale a llenar más de 1.000 cines de 500 butacas cada día durante una semana entera. No está nada mal para una película que en su día apenas llenó las salas.
Estos números demuestran que el concepto tradicional de «fracaso» está evolucionando. En la era del streaming, una película puede tener múltiples vidas, múltiples oportunidades de conectar con su audiencia.
Elektra no necesitaba competir contra Star Wars o Spider-Man en 2005; solo necesitaba esperar su momento.
El poder de la rehabilitación digital
Este caso me recuerda a otros ejemplos de rehabilitación tardía que he seguido a lo largo de los años. Películas como The Shawshank Redemption o Blade Runner encontraron su verdadero público años después de su estreno original.
La diferencia es que ahora este proceso se acelera gracias a las plataformas digitales.
Netflix ha creado un ecosistema donde el boca a boca funciona de manera diferente. No necesitas convencer a alguien para que vaya al cine y pague una entrada; solo necesitas despertar su curiosidad lo suficiente para que haga clic.
Y una vez que empiezan a ver, las métricas de finalización de Netflix sugieren que la mayoría completa la experiencia.
La historia de Elektra en Netflix es mucho más que la rehabilitación de una película olvidada; es una lección magistral sobre cómo la industria del entretenimiento está reinventándose a sí misma.
Los números no mienten: 5,1 millones de personas decidieron darle una oportunidad a una película que el mundo había descartado hace dos décadas.
Como analista, esto me emociona porque demuestra que en el streaming no existen las reglas fijas. Cada semana puede traer sorpresas, cada algoritmo puede rescatar una joya perdida, y cada actor puede redescubrir la magia de un personaje que creía enterrado.
Elektra ha demostrado que en Netflix, como en las mejores historias de superhéroes, siempre hay espacio para una segunda oportunidad.
