• La adquisición de Warner Bros. por Netflix plantea un dilema fascinante sobre el futuro de las salas de cine para los blockbusters de superhéroes.

• James Gunn tiene razón al defender la experiencia teatral, pero la flexibilidad de Netflix podría ser exactamente lo que DC necesita tras años de inestabilidad.

• Este momento recuerda a los grandes cambios de la industria: como cuando los cómics pasaron del quiosco a las tiendas especializadas, transformándose sin perder su esencia.

El mundo del entretenimiento vive uno de esos momentos que redefinen épocas. Cuando una plataforma de streaming adquiere uno de los estudios más legendarios de Hollywood, no hablamos solo de cifras. Hablamos del futuro de cómo contamos historias y dónde las experimentamos como sociedad.

En el centro de esta tormenta se encuentra el Universo DC, ese cosmos de héroes que ha navegado aguas turbulentas durante la última década. Con Netflix preparándose para hacerse con Warner Bros., surge una pregunta fascinante: ¿puede la magia del cine de superhéroes prosperar cuando las pantallas domésticas compiten directamente con las salas de cine?

La Defensa de Gunn: Más Que Nostalgia

James Gunn no es un nostálgico aferrado al pasado. Su trabajo con Guardianes de la Galaxia demostró que entiende perfectamente las audiencias modernas. Por eso resulta tan significativo que defienda firmemente las salas de cine.

«La experiencia comunal y teatral es increíblemente importante para nuestras grandes pelis espectáculo», ha declarado Gunn. Y tiene razón en un sentido que trasciende la preferencia personal.

Pensad en El Caballero Oscuro de Nolan. Podéis verla en casa y seguirá siendo una obra maestra. Pero esa secuencia del camión en IMAX, el rugido del Batpod resonando en una sala llena… eso es algo que ninguna configuración doméstica replica completamente.

Recuerdo vívidamente mi primera experiencia con Batman Begins en cines. La transformación de Bruce Wayne resonaba de manera diferente cuando la compartías con doscientas personas más. Es algo que Denny O’Neil ya entendía en sus cómics de los 70: Batman funciona mejor cuando su mitología se experimenta colectivamente.

Netflix y la Nueva Realidad

Sería ingenuo ignorar lo que Netflix aporta. Ted Sarandos no habla desde el vacío cuando sugiere explorar las propiedades DC más allá de los formatos tradicionales. La plataforma ha demostrado su capacidad para crear contenido de calidad.

El enfoque hacia ventanas teatrales más cortas no es enemigo de la experiencia cinematográfica. Es reconocer que vivimos en un mundo donde la flexibilidad puede ser tan valiosa como la tradición.

David Zaslav parece entender esta dualidad cuando sugiere que el universo DC es lo suficientemente robusto para existir en múltiples plataformas. Y probablemente tenga razón.

El Equilibrio Perfecto

Lo fascinante es que no tiene por qué ser una batalla a muerte entre filosofías. El DCU actual, con proyectos como Superman, Peacemaker y Creature Commandos, ya explora diferentes formatos y tonos.

Peacemaker funcionó brillantemente como serie, capturando el espíritu irreverente que John Ostrander plasmó en Suicide Squad durante los 80. Mientras tanto, The Batman necesitaba absolutamente la gran pantalla para transmitir esa atmósfera noir que evoca las mejores historias de Darwyn Cooke.

Peter Safran lo expresa perfectamente: «Lo que nos hace únicos es la mente de James Gunn. Él ha sido el arquitecto de esta gran visión». La clave está en esa palabra: visión. No formato, no plataforma, sino visión.

Proyectos futuros como Supergirl (2026) y Lanterns representan oportunidades perfectas para experimentar. Una puede beneficiarse del espectáculo cinematográfico, mientras que la otra podría encontrar su hogar natural en el formato episódico, como las mejores sagas de Geoff Johns en los cómics.

Lecciones del Pasado

La historia reciente de DC enseña que los cambios drásticos no siempre funcionan. El universo de Snyder tenía méritos, pero su enfoque monolítico no conectó con todos. El enfoque diversificado de Gunn, combinado con la flexibilidad de Netflix, podría ser exactamente lo que DC necesita.

No se trata de abandonar las salas ni abrazar ciegamente el streaming. Se trata de entender que diferentes historias requieren diferentes lienzos. Algunas necesitan el rugido de los altavoces IMAX; otras brillan en la intimidad de nuestros salones.

Esta situación me recuerda a los cambios que vivió la industria del cómic en los 80. Cuando DC lanzó Watchmen y El Caballero Oscuro Regresa, muchos temían que el medio perdiera su esencia. En realidad, se expandió y encontró nuevas formas de brillar.

La incertidumbre que rodea el futuro del contenido DC bajo Netflix no es necesariamente negativa. En una industria que a menudo se paraliza por la planificación excesiva, un poco de flexibilidad creativa podría ser justo lo necesario.

Al final, lo importante no es dónde vemos estas historias, sino que sigan siendo historias que merezcan contarse. Si Netflix y Gunn encuentran ese equilibrio entre espectáculo y accesibilidad, entre tradición e innovación, el DCU podría estar entrando en su era más emocionante.

El futuro del entretenimiento no tiene por qué ser una elección binaria. Puede ser una sinfonía donde cada nota encuentra su lugar perfecto. Y si hay alguien capaz de dirigir esa orquesta, es James Gunn, con Netflix proporcionando los instrumentos más versátiles de la industria.