• James Gunn apuesta por una Supergirl cósmica y brutal basada en «Woman of Tomorrow» que rompe con todas las versiones edulcoradas anteriores.

• Esta es la clase de riesgo narrativo que necesitaba DC después de que Warner destrozara sistemáticamente la visión original del Snyderverso.

• Milly Alcock tiene la oportunidad de crear un personaje con la profundidad emocional que Snyder habría sabido explotar visualmente de forma magistral.

¿Creíais que James Gunn iba a seguir la senda de siempre con Supergirl? Pues no, colegas. El nuevo DCU nos presenta una Kara Zor-El que promete ser la antítesis absoluta de todo lo que hemos visto hasta la fecha.

Nada de sonrisas forzadas ni optimismo de pacotilla: esta vez vamos a por todas con una historia cósmica que promete tener más sustancia que todo lo que Warner nos ha servido en los últimos años.

Cuando Craig Gillespie toma las riendas y Ana Nogueira se hace cargo del guión, las cosas cambian radicalmente. Hablamos de una Supergirl basada en «Woman of Tomorrow» de Tom King.

Si conocéis ese cómic, sabéis perfectamente que aquí no hay medias tintas. Milly Alcock va a interpretar una Kara que ha presenciado la destrucción de Krypton y que no se anda con gilipolleces.

¿Estáis preparados para ver qué sucede cuando el trauma se encuentra con los superpoderes?

Una Supergirl que desconocéis por completo

Olvidaos de todo lo que pensabais que sabíais sobre Supergirl. James Gunn y su equipo han decidido coger el personaje y reinventarlo desde cero.

Y joder, ya era hora de que alguien tuviera los cojones de hacerlo.

La nueva película protagonizada por Milly Alcock va a ser la antítesis completa de lo que esperamos de Superman. Craig Gillespie no se anda con contemplaciones.

Ha dejado meridianamente claro que esta Supergirl será una experiencia totalmente diferente, una aventura cósmica que nos transportará por toda la galaxia.

Y cuando digo diferente, me refiero a que van a explorar el lado más oscuro y traumático del personaje. Algo que, por cierto, Snyder habría sabido plasmar con esa narrativa visual suya tan característica.

Esa capacidad para mostrar el dolor a través de la imagen, el contraste entre la luz y la oscuridad.

El material original no miente

La clave reside en el material de partida. «Woman of Tomorrow» de Tom King no es precisamente lectura para críos.

Es una historia brutal, visceral, que nos muestra a una Kara que ha atravesado el infierno y que no tiene pelos en la lengua.

Ana Nogueira, la guionista, lo ha clavado cuando afirma que no puede comprender las versiones «soleadas» del personaje.

Y tiene toda la puta razón del mundo. ¿Cómo coño va a estar contenta una persona que ha presenciado cómo su planeta entero se desintegra ante sus ojos?

Kara no es Clark. Ella era mayor cuando Krypton explotó, ella vio la destrucción, ella vivió el horror en primera persona.

Esta diferencia fundamental va a marcar toda la película. Es una perspectiva mucho más cruda, más real, más humana paradójicamente.

El trauma como motor narrativo puro

Mientras Superman creció en una granja de Kansas con unos padres adoptivos que le proporcionaron amor y estabilidad, Kara tuvo que lidiar con el trauma puro y duro.

Es exactamente el tipo de profundidad emocional que el Snyderverso exploraba magistralmente. Esa capacidad de mostrar héroes con heridas reales, con cicatrices que importan.

Matthias Schoenaerts interpretará a Krem of the Yellow Hills, el villano principal. Si conocéis al actor, sabéis que no se anda con tonterías.

Este tío sabe cómo transmitir intensidad y peligro real, no como esos villanos de cartón piedra que Warner nos ha estado sirviendo durante años.

Una apuesta cósmica que huele a riesgo

James Gunn ha sido claro: cada película del nuevo DCU va a funcionar como su propia novela gráfica independiente.

Cada director podrá imprimir su sello, su visión, su estilo personal. Es exactamente lo que necesitaba DC después de años de interferencias de estudio.

Después de años de ejecutivos que no entienden una mierda de narrativa tomando decisiones creativas.

La película se desarrollará principalmente en el espacio, lo que ya de por sí constituye una declaración de intenciones rotunda.

Nada de quedarse en la Tierra haciendo de superhéroe de barrio. Aquí vamos a presenciar acción galáctica, mundos alienígenas, y una Supergirl que se mueve por el cosmos como pez en el agua.

Y luego está el cameo de Jason Momoa como Lobo. Joder, solo de pensarlo se me acelera el pulso.

Lobo es uno de los personajes más brutales y carismáticos del universo DC. Momoa tiene la presencia física y la actitud perfecta para darle vida.

Milly Alcock: una elección que promete

La elección de Milly Alcock como Kara es brillante por donde se mire. Esta chica demostró en «House of the Dragon» que sabe manejar personajes complejos y traumatizados.

Personajes con capas, con profundidad real. No es una actriz que se limite a sonreír y quedar mona para la cámara.

Alcock va a tener que transmitir toda esa rabia contenida, ese dolor, esa sed de venganza que define a esta versión del personaje.

Por lo que hemos visto de ella hasta ahora, tiene las tablas y la intensidad necesarias para conseguirlo.

La diferencia con Superman va a ser abismal, y eso es precisamente lo que necesitamos. Dos personajes que comparten origen pero que han vivido experiencias completamente diferentes.

El futuro del DCU se juega aquí

Esta Supergirl marca un antes y un después en cómo DC va a abordar sus personajes de aquí en adelante.

Nada de fórmulas repetidas hasta la saciedad, nada de copiar lo que funciona en otros estudios. Cada película va a ser única, va a tener su propia identidad.

Es una apuesta arriesgada, sí, pero es exactamente el tipo de riesgo que necesita tomar el cine de superhéroes en este momento.

El público está hasta los cojones de más de lo mismo, de historias predecibles, de personajes sin aristas.

Craig Gillespie y Ana Nogueira tienen la oportunidad de crear algo especial. Algo que redefina lo que puede ser una película de superhéroes.

Y por lo que estamos viendo hasta ahora, van por el buen camino. Aunque uno no puede evitar preguntarse cómo habría sido esta historia con la narrativa visual de Snyder.

Esa capacidad suya para convertir el dolor en poesía visual, para usar la cámara lenta no como un truco, sino como un recurso narrativo real.

Al final, esta Supergirl promete ser exactamente lo que necesitábamos: una bocanada de aire fresco en un género que se estaba quedando rancio.

Una heroína con traumas reales, con motivaciones complejas, con una historia que contar que va más allá de «soy buena porque sí».

Si Gunn y su equipo consiguen plasmar en pantalla la intensidad y la profundidad emocional de «Woman of Tomorrow», tendremos entre las manos una de las mejores películas de superhéroes de los últimos años.

Y joder, después de tanto tiempo esperando que alguien se atreva a hacer algo diferente, ya era hora de que llegase esta Supergirl a poner las cosas en su sitio.

Aunque siempre quedará esa espinita de saber qué habría hecho Snyder con este material. Pero esa es otra historia.