• Ballerina recauda 132 millones mundialmente pero genera pérdidas de 94 millones para Lionsgate, demostrando que en Hollywood las cifras absolutas pueden ser engañosas.
• El spin-off de John Wick con Ana de Armas evidencia los riesgos de expandir una franquicia exitosa sin el protagonista original, ya que los fans querían más John Wick, no más universo Wick.
• Lionsgate mantiene su apuesta por el Wickverso con dos spin-offs más y el Capítulo 5 en desarrollo, una estrategia que puede ser inteligente o temeraria según se interpreten los datos.
Los números no mienten, pero a veces cuentan historias más complejas de lo que aparentan. Cuando una película recauda 132 millones de dólares mundialmente, podríamos pensar que estamos ante un éxito. Sin embargo, Ballerina acaba de darnos una lección magistral sobre expectativas, presupuestos y la delicada alquimia que convierte una franquicia en oro.
El spin-off protagonizado por Ana de Armas ha puesto a Lionsgate en una situación incómoda: explicar cómo una película puede contribuir a unas pérdidas trimestrales de 94 millones de dólares. Es el tipo de paradoja que me fascina analizar, porque detrás de cada cifra hay una historia sobre decisiones empresariales y expectativas del mercado.
El peso de las expectativas en el universo Wick
Empecemos por poner las cifras en perspectiva. Ballerina costó 90 millones de dólares y recaudó 132 millones mundialmente. En papel, son 42 millones de beneficio bruto, pero esa matemática es engañosa.
La regla no escrita dice que una película necesita recaudar entre 2,5 y 3 veces su presupuesto para ser rentable, considerando marketing, distribución y la parte de las salas. Con esos parámetros, Ballerina necesitaba entre 225 y 270 millones para estar en números verdes.
Pero el verdadero problema no son las cifras absolutas, sino las comparativas. John Wick: Capítulo 4 recaudó 447,3 millones de dólares, estableciendo un listón altísimo. Es como si tu hermano mayor fuese Messi y tú jugases en Segunda División: técnicamente no lo haces mal, pero las comparaciones son inevitables.
Ana de Armas y el factor estrella
Aquí es donde la cosa se pone interesante desde el punto de vista del análisis de mercado. Ana de Armas tiene un momento dulce en Hollywood, pero ¿tiene el poder de convocatoria suficiente para arrastrar una franquicia de acción?
Los datos sugieren que no tanto como esperaba Lionsgate. Y esto no es una crítica a la actriz, sino una reflexión sobre cómo funciona el star system actual.
Keanu Reeves no solo es John Wick; prácticamente es la franquicia. Su presencia limitada en Ballerina puede haber sido uno de los factores determinantes. La película contó con veteranos como Ian McShane y Anjelica Huston, pero parece que no fue suficiente para compensar la ausencia protagonista de Reeves.
Las lecciones del mercado global
Lo que me resulta especialmente revelador es cómo Ballerina se comportó en diferentes mercados. Los 132 millones mundiales sugieren un rendimiento desigual entre mercados domésticos e internacionales.
Las franquicias de acción como John Wick suelen funcionar especialmente bien en mercados asiáticos. Si Ballerina no logró conectar ahí, es una señal de alarma importante para futuros proyectos.
También hay que considerar el momento del estreno. El mercado post-pandemia sigue siendo impredecible, y los espectadores se han vuelto más selectivos. Ya no van al cine «por si acaso»; necesitan estar convencidos de que la experiencia merece la pena.
La estrategia de expansión de universos
El tropiezo de Ballerina plantea preguntas fascinantes sobre cómo expandir una franquicia exitosa. Marvel lo hizo parecer fácil durante años, pero crear un universo cinematográfico coherente y rentable es tremendamente complejo.
Lionsgate apostó por diversificar el universo John Wick, y en teoría tenía sentido. La mitología de la saga es rica y el mundo de asesinos elegantes tiene potencial narrativo de sobra.
El problema es que los fans de John Wick no necesariamente estaban pidiendo más historias en ese universo. Querían más John Wick, punto. Es una lección que Disney aprendió por las malas con algunos spin-offs de Star Wars.
El futuro del Wickverso
A pesar del revés, Lionsgate no se rinde. El CEO Jon Feltheimer habló de «dar pasos importantes hacia un crecimiento sólido», y la compañía mantiene en desarrollo dos spin-offs más y John Wick: Capítulo 5.
Esta persistencia puede ser inteligente o temeraria. Por un lado, una franquicia que ha generado más de 1.000 millones en cuatro películas merece paciencia. Por otro, insistir en una estrategia que acaba de fallar puede ser tirar dinero bueno tras el malo.
Mi intuición, basada en años analizando estas tendencias, es que Lionsgate debería reconsiderar su enfoque. En lugar de multiplicar los spin-offs, quizás deberían concentrarse en hacer John Wick 5 lo mejor posible y luego evaluar si el apetito del público sigue ahí.
Cuando los números no bastan
Lo que más me llama la atención es cómo una película técnicamente competente puede convertirse en un problema financiero. Ballerina tiene buenas críticas, producción sólida y una estrella en ascenso, pero le faltó ese elemento indefinible que convierte un producto en fenómeno.
Este tropiezo nos recuerda que el éxito en taquilla no es una ciencia exacta. Puedes tener todos los ingredientes correctos y aun así no conseguir la receta perfecta.
El caso Ballerina es un recordatorio de que en Hollywood no basta con hacer las cosas bien; hay que hacerlas en el momento adecuado, con las expectativas correctas y entendiendo qué quiere realmente el público.
Los 94 millones de pérdidas no son solo números en un balance; son una lección cara sobre los riesgos de expandir demasiado rápido una franquicia exitosa. Pero este tipo de tropiezos suelen ser más instructivos que los éxitos fáciles. Si Lionsgate aprende las lecciones correctas, el futuro del universo John Wick podría ser más sólido.