Esta es la decisión más polémica de Wicked 2… y tiene sentido

Jon M. Chu quitó “Defying Gravity” del inicio de Wicked 2 para confiar en el público y centrarse en la amistad Elphaba‑Glinda con apuestas emocionales más altas.

✍🏻 Por Clara Domenech

noviembre 6, 2025

• Jon M. Chu eliminó «Defying Gravity» del inicio de Wicked: For Good tras una proyección de prueba, considerando que el público ya conocía suficientemente a los personajes.

• La secuela se centra en la amistad entre Elphaba y Glinda cuando esta última debe elegir entre su mejor amiga y el Mago de Oz, con apuestas mucho más altas.

• Como fan de los musicales que se han llevado al cine, creo que esta decisión demuestra una confianza admirable en el público y en la narrativa propia de la película.

¿Alguna vez habéis sentido esa sensación de estar viendo una secuela que no para de recordaros lo que pasó en la primera película? Esos momentos incómodos donde los directores parecen pensar que tenemos memoria de pez y necesitamos que nos refresquen cada detalle emocional de la entrega anterior.

Pues bien, parece que Jon M. Chu ha decidido confiar en nosotros como espectadores de una forma que, sinceramente, me parece refrescante. Me recuerda a cómo los Russo manejaron Capitán América: Civil War, asumiendo que ya conocíamos a estos personajes y podían lanzarse directamente al conflicto emocional.

La decisión de eliminar «Defying Gravity» del arranque de Wicked: For Good no es solo una elección técnica, es toda una declaración de intenciones. Es como si Chu nos dijera: «Sé que recordáis perfectamente ese momento épico, así que vamos a construir algo nuevo encima de esos cimientos».

Y eso, viniendo de una industria que a veces peca de subestimar a su audiencia, me parece una apuesta valiente.

Una decisión que habla de confianza en el público

Jon M. Chu tenía claro desde el principio que Wicked: For Good iba a abrir con una reprise de «Defying Gravity». Tiene sentido, ¿verdad? Es el momento cumbre de la primera película, esa canción que nos dejó con la piel de gallina y ganas de más.

Pero después de una proyección de prueba, el director se dio cuenta de algo fundamental: el público ya estaba completamente metido en la historia.

«Me di cuenta de que la audiencia ya conocía a estos personajes y su relación», explicó Chu. No necesitaban ese recordatorio emocional porque ya habían hecho el viaje con Elphaba y Glinda.

Es una de esas decisiones que solo se pueden tomar cuando realmente entiendes a tu público y confías en que han prestado atención. Me recuerda a cuando Marvel decidió no explicar otra vez el origen de Spider-Man en Homecoming porque sabían que ya lo conocíamos de sobra.

Como alguien que ha visto demasiadas secuelas que dedican los primeros veinte minutos a explicarte lo que acabas de ver hace seis meses, esta aproximación me parece brillante. Chu está apostando por la inteligencia emocional de los espectadores, algo que no siempre vemos en Hollywood.

El corazón sigue siendo la amistad

Lo que más me gusta de las declaraciones de Chu es cómo insiste en que, pese a todos los elementos fantásticos y la espectacularidad visual, el núcleo de Wicked: For Good sigue siendo la relación entre las dos protagonistas.

«Se trata de las chicas, como nos decíamos una y otra vez: ‘Se trata de las chicas, estúpido'», comentó el director.

Cynthia Erivo y Ariana Grande vuelven como Elphaba y Glinda, pero esta vez su amistad se pone a prueba de una forma mucho más intensa. Glinda debe elegir entre su mejor amiga y el Mago de Oz, interpretado por Jeff Goldblum.

Es ese tipo de conflicto que trasciende la fantasía y conecta con algo muy humano: ¿hasta dónde llega la lealtad cuando las circunstancias te empujan en direcciones opuestas?

Esta dinámica me recuerda a algunos de los mejores momentos del MCU, especialmente Capitán América: El Soldado de Invierno, cuando Steve debe elegir entre su lealtad a SHIELD y su amistad con Bucky. O el conflicto entre Tony y Steve en Civil War, donde ambos tenían razón desde su perspectiva, pero sus diferencias ideológicas los llevaron por caminos opuestos.

La tensión entre Elphaba y Glinda promete ser igual de compleja y emocionalmente rica.

Apuestas más altas, emociones más profundas

Chu ha prometido que «las apuestas son mucho más altas» en esta secuela, y por el desarrollo de los personajes que conocemos del musical original, sabemos que no exagera.

Sin hacer spoilers para quienes no conozcan la obra teatral, puedo decir que la segunda parte de Wicked lleva a los personajes a territorios emocionales mucho más oscuros y complejos.

Lo interesante es cómo Chu equilibra esa intensidad dramática con la espectacularidad visual que esperamos de una producción de este calibre. No es fácil mantener la intimidad emocional cuando tienes que crear mundos fantásticos y números musicales a gran escala.

Es un reto similar al que enfrentan las películas de Marvel cuando tienen que balancear momentos íntimos de personajes con secuencias de acción épicas. Los mejores directores del MCU han aprendido que las emociones deben impulsar la espectacularidad, no al revés.

El director también ha mencionado su deseo de poder estrenar ambas películas como una experiencia cinematográfica única, incluyendo escenas que se cortaron de la primera entrega. Es una idea fascinante que me recuerda a los cortes del director que tanto valoramos en el cine de superhéroes.

La evolución de los personajes como motor narrativo

Una de las cosas que más me emociona de Wicked: For Good es la promesa de un desarrollo de personajes más dramático. Chu ha hablado de cómo los personajes experimentan cambios más profundos, y eso es exactamente lo que necesita una secuela para justificar su existencia.

No basta con reunir a los mismos actores y darles canciones nuevas. Una buena continuación debe llevar a los personajes a lugares donde no han estado antes, tanto emocional como narrativamente.

Por lo que sabemos del musical, Elphaba y Glinda van a enfrentarse a decisiones que cambiarán no solo su amistad, sino su comprensión del mundo que las rodea.

Es esa evolución orgánica la que separa las buenas secuelas de las que solo existen por motivos comerciales. Como fan que ha seguido franquicias desde sus orígenes hasta sus desarrollos más complejos, puedo decir que Wicked: For Good parece pertenecer al primer grupo.

Aunque debo admitir que me preocupa ligeramente cómo van a manejar ciertos giros argumentales del musical original. Algunas decisiones narrativas funcionan mejor en el teatro que en el cine, y espero que Chu haya encontrado la forma de adaptarlas sin perder su impacto emocional.

Un enfoque cinematográfico maduro

La decisión de eliminar «Defying Gravity» del inicio también habla de una aproximación cinematográfica más madura. En lugar de depender de los momentos más obvios de la primera película, Chu está construyendo una narrativa que puede sostenerse por sí misma mientras honra lo que vino antes.

Es el tipo de confianza creativa que me gustaría ver más a menudo en las secuelas de grandes franquicias. No necesitamos que nos recuerden constantemente por qué nos enamoramos de estos personajes; necesitamos razones nuevas para seguir amándolos.

Me recuerda a cómo Thor: Ragnarok no perdió tiempo recordándonos quién era Thor, sino que se lanzó directamente a reinventarlo. O cómo Guardianes de la Galaxia Vol. 2 asumió que ya conocíamos la dinámica del grupo y se centró en explorar sus traumas familiares.

La decisión de Jon M. Chu de confiar en la inteligencia emocional de su audiencia es exactamente el tipo de apuesta que necesitamos ver más en Hollywood. En una época donde muchas secuelas parecen temer que hayamos olvidado por qué nos importaban los personajes, Wicked: For Good promete tratarnos como espectadores maduros que han hecho el viaje emocional completo.

Al final, las mejores continuaciones no son las que nos recuerdan lo que sentimos antes, sino las que nos hacen sentir algo nuevo. Y si Chu cumple su promesa de llevarnos más profundo en la amistad entre Elphaba y Glinda, sin muletas nostálgicas, podríamos estar ante una de esas raras secuelas que mejora la experiencia completa.

Porque al final del día, como dice el propio director, se trata de las chicas y de esa hermosa historia de amistad que trasciende géneros y conecta con algo universal en todos nosotros.


Crecí con los cómics de Marvel y me enamoré del MCU desde el primer “I am Iron Man”. Me encanta seguir teorías, analizar tramas y perderme en cada nuevo estreno, pero también sé cuándo algo no está a la altura. Disfruto del hype, pero escribo con criterio. Porque si no le exigimos al cine que mejore, ¿entonces para qué estamos aquí?

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