• Thunderbolts recaudó 382 millones de dólares mundialmente, convirtiéndose en la quinta película con menor recaudación del MCU.*
• El film demuestra tanto las fortalezas como las debilidades actuales de Marvel, especialmente en el equilibrio de poderes y desarrollo de personajes.
• Personalmente creo que esta película refleja perfectamente el momento de transición que vive el MCU: prometedora pero irregular.
¿Os acordáis de cuando leíamos los Thunderbolts de Kurt Busiek y Mark Bagley allá por los 90? Esa sensación de descubrir que los villanos podían ser héroes, que la redención era posible… Pues bien, después de ver la adaptación cinematográfica dos veces, tengo sentimientos muy encontrados.
Como alguien que lleva siguiendo a estos personajes desde que Baron Zemo formó el equipo original en Thunderbolts #1 (1997), he aprendido que las segundas visualizaciones suelen revelar más verdades incómodas que las primeras. Y esta película es exactamente eso: una promesa de nuevo comienzo que carga con todo el peso del MCU actual.
Después de verla por segunda vez en Disney+, puedo decir que Thunderbolts es tanto todo lo que me gusta del Marvel actual como todo lo que me preocupa de su futuro.
El Problema del Poder Desmedido de Sentry
Mirad, yo me leí toda la etapa de Paul Jenkins con Sentry en los 2000, y entiendo perfectamente por qué es un personaje tan complejo de adaptar. Pero joder, Marvel ha vuelto a caer en la misma trampa de siempre: crear un personaje tan poderoso que luego no saben qué hacer con él.
Sentry tiene telekinesis, invulnerabilidad, superfuerza, velocidad… básicamente es Superman con problemas de salud mental. Y aquí está el quid de la cuestión: cuando tienes un personaje que puede partir la Tierra por la mitad, ¿cómo justificas que no resuelva todos los conflictos en cinco minutos?
Es el mismo problema que tuvieron con Captain Marvel en Endgame o con Wanda en Multiverse of Madness. Crean personajes tan poderosos que luego tienen que buscar excusas narrativas para limitarlos, y esas excusas cada vez suenan más forzadas.
En los cómics, la lucha interna de Bob Reynolds con su alter ego es mucho más profunda y psicológicamente compleja. Aquí se siente como si hubieran cogido los Cliff Notes de la historia de Sentry y hubieran dicho «vale, con esto tiramos».
La Derrota Demasiado Fácil del Void
Y hablando del Void… madre mía, qué desperdicio. En los cómics de Jenkins, esta entidad no es solo «el lado malo de Sentry». Es la representación física de la depresión, la ansiedad, todo lo que Bob Reynolds no puede controlar de sí mismo.
Recordad Sentry: The Void #1, donde vemos cómo esta entidad ha estado manipulando la realidad durante años. Es prácticamente imparable, ha borrado la memoria de Sentry de la mente de todos los héroes de Marvel. Y aquí… los Thunderbolts lo derrotan con el poder de la amistad y cuatro hostias bien dadas.
Como fan de los cómics, entiendo que las adaptaciones necesitan comprimir narrativas. Pero esto no es comprimir, es simplificar hasta el punto de perder toda la esencia del personaje.
La Breve Carrera Política de Bucky Barnes
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es ver a Bucky intentando navegar por el mundo político. Es un detalle que me encanta porque muestra cómo estos personajes intentan adaptarse a un mundo post-Blip, pero su desarrollo se siente apresurado.
Sebastian Stan tiene el carisma para llevar estas escenas más dramáticas, y se nota que entiende perfectamente el arco narrativo de su personaje. De soldado del invierno a vengador, y ahora intentando ser una figura política… es fascinante sobre el papel.
Pero la película no le da el tiempo suficiente para explorar esta transición de manera convincente. Es como si hubieran dicho «vale, Bucky necesita un arco, pongámosle política» sin pensar realmente en las implicaciones.
«No Son Mis Vengadores»: La Escena Post-Créditos Que Lo Dice Todo
Esa escena post-créditos con el comentario «No son mis Vengadores» es puro genio narrativo. Marvel está siendo consciente del escepticismo de los fans, y me parece brillante que lo reconozcan abiertamente.
Es como si nos dijeran: «Sabemos que tenéis dudas, nosotros también las tenemos». Esta autoconciencia es algo que echo muchísimo de menos en otras producciones recientes de Marvel.
Después de la Saga del Infinito, todos sabíamos que iba a ser difícil igualar esa épica. Pero reconocer que están en un momento de transición y que no todo va a funcionar a la primera es un paso hacia la madurez narrativa que necesita desesperadamente el MCU.
La Dependencia de Entregas Anteriores
Thunderbolts sufre del mismo problema que muchas películas recientes del MCU: asume que has visto absolutamente todo lo anterior. Y cuando digo todo, es TODO.
Referencias a Falcon and the Winter Soldier, Black Widow, Hawkeye, The Marvels… la lista es interminable. Para alguien como yo, que he visto religiosamente cada episodio y cada película desde 2008, no es problema.
Pero entiendo perfectamente que los espectadores casuales se sientan perdidos. Mi hermana, que solo ha visto las películas principales, me preguntó quién era la mitad del reparto. Y eso es un problema gordo.
Marvel necesita encontrar el equilibrio entre recompensar a los fans fieles y ser accesible para nuevos públicos. Los primeros Vengadores lo conseguían perfectamente.
¿Necesita el MCU un Reinicio?
Esta película plantea una pregunta que me quita el sueño: ¿necesita el MCU un reinicio completo? Con 382 millones de dólares de recaudación mundial, siendo la quinta película con menor recaudación del universo Marvel, los números no mienten.
No creo que necesite un reinicio total, pero sí una reestructuración seria. Thunderbolts demuestra que hay historias interesantes que contar con personajes secundarios, pero necesitan más espacio para respirar.
El problema es que cada película tiene que conectar con veinte proyectos anteriores, establecer otros cinco futuros, y encima contar su propia historia. Es imposible hacer todo eso bien en dos horas.
Los Desafíos de Adaptar Personajes Menos Conocidos
Uno de los mayores retos de Thunderbolts es presentar personajes que no son nombres conocidos fuera del mundo del cómic. Yelena Belova, John Walker, Ghost… todos tienen potencial, pero la película lucha por darles a cada uno su momento.
Es el eterno dilema de Marvel: ¿cómo equilibras el tiempo de pantalla entre múltiples protagonistas sin que ninguno se sienta subdesarrollado?
Los Vengadores originales tuvieron películas individuales antes de juntarse. Iron Man tuvo dos películas, Thor otras dos, Cap otras dos… Estos personajes han tenido apariciones dispersas en series y películas, pero no el mismo nivel de desarrollo.
Y se nota. Se nota muchísimo.
Temas de Salud Mental y Redención
Algo que me ha gustado mucho más en el segundo visionado es cómo la película aborda temas de salud mental y redención. Cada miembro de los Thunderbolts carga con su propio trauma.
Sentry y su lucha con la depresión y la ansiedad, Bucky lidiando con su pasado como soldado del invierno, Yelena procesando la pérdida de Natasha… hay material emocional real aquí que trasciende las típicas peleas de superhéroes.
Es algo que los cómics de Thunderbolts siempre han hecho bien. La idea de que los villanos pueden cambiar, de que la redención es posible, es el corazón de la franquicia.
Cuando funciona, funciona de maravilla. El problema es que no siempre funciona.
El Cambio de Título: ¿Marketing o Narrativa?
El cambio de título a «Los Nuevos Vengadores» al final de la película me genera sentimientos encontrados. Por un lado, entiendo la lógica narrativa. Por otro, me jode un poco como fan de los cómics.
Los Thunderbolts tienen su propia identidad en los cómics. Son únicos precisamente porque NO son los Vengadores. Convertirlos en «nuevos Vengadores» puede diluir lo que los hace especiales.
Entiendo la lógica comercial: «Vengadores» vende más que «Thunderbolts». Pero como fan, prefiero que los equipos mantengan sus identidades distintivas en lugar de intentar replicar fórmulas pasadas.
Recepción Crítica vs. Potencial Futuro
A pesar de ser la quinta película con menor recaudación del MCU, Thunderbolts tiene elementos que me dan esperanza para el futuro. Los personajes tienen química real, las secuencias de acción están bien ejecutadas, y hay momentos de humor genuino.
El problema no es la calidad intrínseca de la película, sino el momento en que llega. Los espectadores están experimentando fatiga de superhéroes, y Marvel necesita demostrar que todavía puede sorprendernos.
Como fan que ha estado aquí desde el principio, que se emocionó con el primer «I am Iron Man» y lloró con «I love you 3000», veo potencial en estos personajes. Pero también reconozco que el camino de vuelta a la relevancia cultural será largo y complicado.
Después de esta segunda visualización, mi opinión sobre Thunderbolts se ha matizado. No es la obra maestra que esperaba después de leer los cómics durante años, pero tampoco el desastre que algunos han pintado.
Es una película de transición, con todos los problemas y promesas que eso conlleva. Y después de verla dos veces, creo que representa un paso en la dirección correcta. Pequeño, irregular, pero hacia adelante.
Y en el estado actual del MCU, eso ya es mucho.