Por qué Zach Cregger (Weapons) podría ser el próximo Fincher

Descubre cómo Zach Cregger revoluciona el cine de género con Weapons, un thriller coral que desafía todas las fórmulas predecibles. ¡No te lo pierdas!

✍🏻 Por Tomas Velarde

agosto 11, 2025

• Zach Cregger presenta Weapons, un thriller coral que aborda la desaparición de una clase escolar mediante una estructura narrativa inspirada en Magnolia de Paul Thomas Anderson.

• El realizador demuestra una madurez cinematográfica excepcional al construir cada personaje con autonomía dramática completa, evitando las fórmulas predecibles del género contemporáneo.

• La mentoría de David Fincher y su próximo proyecto de Resident Evil confirman la consolidación de Cregger como una voz autoral prometedora en el panorama del cine de género actual.

En una época donde el cine de terror parece haberse refugiado en fórmulas predecibles, emerge ocasionalmente un realizador que comprende la verdadera esencia del género. Zach Cregger, tras el notable éxito de Barbarian, regresa con Weapons, una propuesta que desafía las convenciones narrativas con la misma audacia que antaño demostraron maestros como Hitchcock o De Palma.

Durante mis años escribiendo sobre cine desde finales de los noventa, he observado cómo la mayoría de cineastas contemporáneos optan por la simplicidad comercial. Cregger, sin embargo, abraza la ambición formal con una madurez que merece atención rigurosa.

La Construcción Coral de Weapons

Weapons se articula en torno a la desaparición de una clase entera de estudiantes, pero Cregger evita convertir esta premisa en otro thriller convencional. Construye una estructura coral donde cada personaje recibe tratamiento autónomo y completo.

«Una vez que avanzaba, el capítulo de ese personaje había terminado», explica el director. Esta disciplina narrativa recuerda a los mejores exponentes del cine coral, desde Nashville de Altman hasta el mencionado Magnolia.

La aproximación no es meramente estilística. Responde a una necesidad emocional profunda del realizador, quien canalizó experiencias de duelo personal hacia una propuesta cinematográfica universal.

Esta capacidad alquímica distingue a los verdaderos autores de los meros artesanos del entretenimiento.

El Dominio del Tono

Una virtud destacable de Cregger es su comprensión instintiva del humor negro. En Weapons, permite que emerja orgánicamente de las situaciones, sin forzar momentos que rompan la tensión dramática.

Esta sensibilidad recuerda a Billy Wilder en El apartamento, cuando lograba extraer risas amargas de situaciones desesperadas. Cregger entiende que el humor negro no es alivio cómico, sino profundización en la naturaleza absurda de la existencia.

La película incluye secuencias oníricas audaces, como un arma de asalto flotante. Elementos que podrían resultar pretenciosos funcionan aquí como extensiones naturales del estado psicológico de los personajes.

El equilibrio tonal es uno de los aspectos más difíciles de dominar en el cine. Cregger demuestra un instinto notable para calibrar estos registros.

La Obsesión Técnica

Resulta revelador que Cregger mantenga una obsesión particular con las escenas de violencia extrema. Busca lograr el equivalente cinematográfico al brutal momento del extintor en Irreversible de Gaspar Noé.

«Sigo trabajando en eso porque lo intenté en Barbarian y no lo conseguí del todo», confiesa. Esta búsqueda técnica no es gratuita; revela a un cineasta que comprende el poder visceral del cine.

La violencia, cuando está justificada narrativamente, puede ser herramienta poética tan válida como cualquier otra. Kubrick lo demostró en La naranja mecánica, Scorsese en Taxi Driver.

La mentoría de David Fincher ha sido fundamental en este proceso. El maestro de Zodiac ha compartido conocimientos sobre montaje y resolución técnica, transmisión de sabiduría que recuerda a las mejores tradiciones del aprendizaje cinematográfico.

El Riesgo de Resident Evil

El próximo proyecto de Cregger representa tanto oportunidad como riesgo considerable. Las adaptaciones de videojuegos han sido territorio pantanoso para cineastas talentosos.

Su intención de honrar la mitología del juego mientras crea una historia nueva demuestra el equilibrio necesario entre respeto al material fuente y libertad creativa. Busca capturar la tensión específica que caracteriza a los mejores juegos de la saga.

Sin embargo, aquí reside el peligro. Las expectativas comerciales de una franquicia establecida pueden comprometer la identidad autoral que Cregger ha desarrollado.

La historia del cine está plagada de directores prometedores que perdieron su voz en el laberinto de las grandes producciones.

La Maduración de un Autor

Lo más prometedor de la trayectoria de Cregger es su evolución constante como narrador visual. Desde la comedia hasta el thriller psicológico, ha demostrado versatilidad sin sacrificar coherencia estilística.

Weapons representa un paso adelante en ambición formal y profundidad emocional. Funciona simultáneamente como thriller de género y meditación sobre el duelo.

Esta síntesis entre entretenimiento y arte caracteriza al mejor cine contemporáneo. Su capacidad para trabajar dentro de las convenciones mientras las subvierte lo sitúa en la tradición de realizadores como Jordan Peele o Ari Aster.

No obstante, la verdadera prueba llegará con Resident Evil. Allí veremos si Cregger puede mantener su integridad artística dentro del sistema comercial más despiadado.

La Puesta en Escena Como Lenguaje

En mis años analizando cine, he aprendido que la verdadera maestría reside en los detalles técnicos. Cregger demuestra comprensión profunda de la puesta en escena como lenguaje cinematográfico.

Su uso del encuadre para crear tensión, la precisión en el montaje para construir ritmo, y especialmente su manejo del sonido para generar atmósfera, revelan a un cineasta que piensa en términos puramente cinematográficos.

Esta aproximación técnica, combinada con sensibilidad emocional, lo distingue de muchos contemporáneos que confunden espectáculo con cinema.


Zach Cregger se perfila como una de las voces más interesantes del cine de género actual. Un realizador que comprende que la innovación no reside en la ruptura radical, sino en la reinterpretación inteligente de las tradiciones.

Weapons promete confirmar su talento, honrando la complejidad narrativa mientras mantiene la accesibilidad emocional del mejor cine popular.

En una industria dominada por la fórmula, cineastas como Cregger representan esperanza renovada. Su capacidad para combinar rigor formal y comprensión del género lo sitúa en posición privilegiada para contribuir significativamente al panorama contemporáneo.

El futuro del cine de autor dentro del sistema comercial podría depender de realizadores con su visión y determinación.


Cinéfilo empedernido, coleccionista de vinilos de bandas sonoras y defensor de la sala de cine como templo cultural. Llevo más de una década escribiendo sobre cine clásico, directores de culto y el arte de la narrativa visual. Creo que no hay nada como un plano secuencia bien ejecutado y que el cine perdió algo cuando dejó de oler a celuloide.

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