Por qué el director de «Weapons» ELIMINÓ el capítulo más esperado

Explora «Weapons», una película que desafía la tendencia explicativa del cine y abraza el misterio, dejando a Gladys en las sombras para intensificar el terror.

✍🏻 Por Alex Reyna

agosto 15, 2025

• La decisión del director Zach Cregger de eliminar un capítulo completo sobre los orígenes de Gladys en «Weapons» demuestra que el terror más efectivo nace de lo inexplicable.

• En una era obsesionada con explicar cada detalle de las mitologías cinematográficas, esta película abraza conscientemente el poder del misterio como herramienta narrativa.

• La elección de mantener a Gladys en las sombras conecta con una tradición cinematográfica que comprende que algunas preguntas son más poderosas sin respuesta.

En el vasto universo del cine de terror, existe una tensión constante entre la revelación y el misterio. Como espectadores, anhelamos respuestas, explicaciones que den sentido al caos que se despliega ante nuestros ojos. Sin embargo, los mejores cineastas comprenden una verdad fundamental: el miedo más profundo nace de lo inexplicable.

«Weapons» nos presenta un dilema fascinante sobre la naturaleza del storytelling contemporáneo. En una época donde cada franquicia siente la necesidad de explicar hasta el último detalle de su mitología, surge una película que abraza conscientemente lo opuesto.

Me recuerda a esos momentos en «Arrival» donde Louise Banks comprende que algunas verdades trascienden la necesidad de explicación completa. O a la forma en que «Dune» de Lynch mantenía ciertos aspectos del poder de Paul Atreides envueltos en misterio, haciendo que su naturaleza mesiánica resultase más inquietante.

El personaje de Gladys, interpretado por Amy Madigan, funciona como una anomalía narrativa deliberada. Sabemos que es una bruja malévola con poderes de control mental, una entidad sobrenatural cuyo objetivo parece ser extender su vida antinatural. Pero ahí se detiene nuestro conocimiento, y ahí radica su poder.

Zach Cregger tomó una decisión que va contra la corriente actual del entretenimiento. Escribió un capítulo completo sobre los orígenes de Gladys, una explicación detallada de su naturaleza y motivaciones. Luego, en un acto de valentía creativa, lo eliminó por completo.

Esta elección no surge del capricho, sino de una comprensión profunda de cómo opera el terror en nuestra psique. «Es más convincente no saber algunas de estas cosas», explica Cregger. Y tiene razón.

El miedo más primitivo, el que nos acompaña desde la infancia, no necesita explicaciones racionales. Es como el lado oscuro de la Fuerza en el universo de Star Wars: sabemos que existe, intuimos su poder, pero su verdadera naturaleza permanece envuelta en sombras que nuestra imaginación se encarga de poblar.

La decisión de mantener a Gladys en las sombras narrativas conecta con una tradición cinematográfica que comprende el poder de la sugerencia. Pensemos en el xenomorfo de «Alien» antes de que las secuelas lo convirtieran en una criatura catalogable.

O en la presencia malévola de «El resplandor» que nunca necesitó un manual de instrucciones para aterrorizarnos. Incluso en la ciencia ficción, los mejores ejemplos de terror cósmico funcionan precisamente porque no podemos comprenderlos completamente.

Amy Madigan recibió algunos detalles sobre su personaje, pero Cregger intencionalmente dejó muchos aspectos sin explicar. Esta colaboración refleja un proceso creativo donde el misterio se convierte en herramienta interpretativa.

Madigan tuvo que construir a Gladys desde la intuición, desde esa comprensión visceral del mal que trasciende la lógica. Como un ingeniero que debe trabajar con variables desconocidas, encontró la forma de hacer funcionar el personaje sin tener todas las especificaciones.

En «Weapons», los niños de la clase de la señorita Gandy han desaparecido, todos excepto Alex. Gladys manipula al director Andrew para sus propios fines oscuros. Pero sus métodos exactos, sus orígenes, su verdadera naturaleza, permanecen envueltos en sombras.

Esta aproximación narrativa me hace reflexionar sobre nuestra relación contemporánea con lo inexplicable. Vivimos en una era de información instantánea, donde cada pregunta puede ser respondida con una búsqueda rápida.

Sin embargo, el arte del cine de terror nos recuerda que algunas preguntas son más poderosas sin respuesta. Es la misma lección que nos enseñan las mejores distopías: no necesitamos conocer cada detalle del sistema opresivo para sentir su peso.

«Lo más aterrador de Gladys podría ser que nunca sabremos realmente todo lo que es capaz de hacer», sugiere la reflexión sobre el personaje. Esta incertidumbre no es una debilidad narrativa, sino su mayor fortaleza.

Convierte a cada espectador en cómplice de la creación del terror, obligándonos a llenar los vacíos con nuestros propios miedos. Como esos momentos en «Blade Runner» donde la verdadera naturaleza de la humanidad permanece ambigua, generando más impacto que cualquier revelación definitiva.

La película funciona como un experimento sobre los límites de la revelación narrativa. En un panorama cinematográfico obsesionado con los universos expandidos y las explicaciones exhaustivas, «Weapons» propone algo radical: la belleza de lo incompleto.

El cine de terror, en su mejor expresión, no nos da respuestas; nos hace las preguntas correctas. Y las preguntas que plantea Gladys trascienden su propia película.

¿Qué es más aterrador: conocer la naturaleza exacta del mal o intuir que existe algo malévolo que escapa a nuestra comprensión? ¿Necesitamos realmente entender los mecanismos del horror para experimentar su impacto?

La decisión de Cregger de eliminar el capítulo explicativo sobre Gladys representa algo más que una elección estilística. Es una declaración de principios sobre el poder del misterio en el arte narrativo.

En un mundo que constantemente demanda explicaciones, «Weapons» nos recuerda que algunas verdades son más poderosas cuando permanecen en las sombras, alimentándose de nuestra imaginación y nuestros miedos más primitivos.

Al final, Gladys trasciende su condición de personaje para convertirse en símbolo. Representa todo aquello que preferimos no examinar demasiado de cerca, esas fuerzas que intuimos pero que escapan a nuestra capacidad de catalogación.

Como los monolitos de «2001: Una odisea del espacio», su poder reside precisamente en su naturaleza inexplicable. En su misterio reside su eternidad, y en su eternidad, nuestro miedo más auténtico.

«Weapons» nos enseña que en el arte del terror, como en la vida misma, las preguntas sin respuesta a menudo resuenan más profundamente que cualquier explicación que podamos ofrecer.

Gladys permanece como un enigma deliberado, un recordatorio de que el mejor horror no se explica: se experimenta, se siente, se lleva en la memoria mucho después de que las luces del cine se hayan encendido.


Sobre Alex Reyna

Mi primer recuerdo de infancia es ver El Imperio Contraataca en VHS. Desde entonces, la ciencia ficción ha sido mi lenguaje. He montado Legos, he visto Interstellar más veces de las que debería, y siempre estoy buscando la próxima historia que me vuele la cabeza. Star Wars, Star Trek, Dune, Nolan… si tiene naves o viajes temporales, cuenta conmigo.

Document

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

books

SOLO EN

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

SOLO EN

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
>