HBO quiere 4 temporadas de The Last of Us… y podría ARRUINAR todo

HBO valora extender The Last of Us a 4 temporadas para desarrollar Abby y Santa Bárbara. Profundidad vs. fatiga: el equilibrio podría romper la magia.

✍🏻 Por Alex Reyna

noviembre 24, 2025

• HBO considera extender The Last of Us hasta una cuarta temporada para adaptar completamente la narrativa de Santa Bárbara del videojuego.

• La complejidad emocional de la historia de Abby requiere más tiempo de desarrollo del que una sola temporada podría ofrecer adecuadamente.

• Existe el riesgo de fatiga del público y limitaciones narrativas si se extiende demasiado una historia originalmente concebida para un formato más compacto.

Hay algo fascinante en cómo las historias migran entre medios. Se transforman como organismos vivos que se adaptan a nuevos ecosistemas narrativos.

The Last of Us comenzó como una experiencia interactiva donde cada decisión del jugador construía un vínculo emocional único con los personajes. Ahora, en su forma televisiva, debe encontrar nuevas maneras de generar esa misma conexión visceral sin el poder de la interactividad.

La pregunta que plantea HBO sobre una posible cuarta temporada no es meramente logística, sino profundamente filosófica: ¿cuánto tiempo necesita una historia para respirar?

En una era donde el contenido se consume vorazmente y las plataformas luchan por mantener la atención, la decisión de extender o comprimir una narrativa revela mucho sobre cómo valoramos la profundidad frente a la inmediatez.

Recuerdo cuando vi por primera vez Blade Runner 2049. Denis Villeneuve se tomó casi tres horas para contar una historia que podría haberse resumido en noventa minutos. Pero cada minuto adicional era necesario para que las ideas respiraran, para que la emoción se asentara.

El dilema temporal de la adaptación

Craig Mazin, showrunner de la serie, se enfrenta a un problema que trasciende lo meramente técnico. La tercera temporada debe abordar tres arcos narrativos complejos: los tres días de Abby en Seattle, la vida de Ellie y Dina en la granja, y el desenlace en Santa Bárbara.

Comprimir todo esto en una sola temporada sería como intentar explicar la teoría de la relatividad en un tuit. Técnicamente posible, pero perdiendo toda la elegancia y profundidad del concepto original.

El videojuego tenía una ventaja crucial que la televisión no posee: la interactividad como mecanismo de empatía. Cuando juegas como Abby durante horas, tu resistencia inicial hacia el personaje se transforma gradualmente en comprensión, incluso en cariño.

Es un proceso alquímico que ocurre en tiempo real, donde tus propias acciones te obligan a habitar su perspectiva. La televisión debe recrear esta transformación emocional sin ese atajo interactivo.

Requiere tiempo, paciencia, y sobre todo, espacio narrativo para que los matices del personaje emerjan de forma orgánica.

Las ventajas de la expansión narrativa

Una cuarta temporada ofrecería algo que el medio televisivo hace excepcionalmente bien: la exploración profunda de personajes secundarios. Las temporadas anteriores han demostrado esta fortaleza, convirtiendo figuras menores del juego en seres humanos completamente realizados.

Imagino las posibilidades: explorar el pasado de Abby con más detalle, desarrollar las dinámicas de su grupo, mostrar cómo el trauma se manifiesta de formas diferentes en cada personaje.

El juego apenas rasca la superficie de estas relaciones. La televisión podría sumergirse en las profundidades psicológicas que hacen que una historia trascienda el entretenimiento para convertirse en reflexión.

Además, existe la oportunidad de expandir elementos que en el juego fueron meramente funcionales. Santa Bárbara, en el videojuego, es principalmente un escenario para el clímax.

En televisión, podría convertirse en un microcosmos de cómo la sociedad se reconstruye después del colapso. Una meditación sobre la esperanza y la desesperación en igual medida.

Los riesgos de sobreextender el universo

Sin embargo, no todo lo que puede expandirse debe expandirse. El segmento de Santa Bárbara en el juego es deliberadamente breve y brutal, un golpe final que resuena precisamente por su concisión.

Extenderlo demasiado podría diluir su impacto emocional, como estirar una sinfonía hasta que se convierte en ruido de fondo.

Existe también el factor temporal real: llevarnos hasta los años 2030 significa que los actores envejecerán junto con sus personajes. Pero también que el público podría perder el hilo emocional que conecta una temporada con la siguiente.

La fatiga del espectador es un fenómeno real en nuestra era de sobreabundancia narrativa. Me recuerda a esas series que, en su afán de explorar cada rincón de su universo, terminan perdiendo el núcleo emocional que las hizo especiales.

The Last of Us funciona porque es, en esencia, una historia sobre el amor paternal en un mundo que ha olvidado cómo amar. Alejarse demasiado de ese centro gravitacional podría hacer que la serie se pierda en su propia complejidad.

La búsqueda del equilibrio perfecto

La decisión final sobre una cuarta temporada revelará mucho sobre cómo HBO entiende el arte de la adaptación. ¿Es la fidelidad a la fuente material más importante que crear la mejor experiencia televisiva posible?

¿O pueden ambos objetivos coexistir en armonía?

En mi opinión, la respuesta está en entender que cada medio tiene su propio lenguaje emocional. El videojuego de The Last of Us es una experiencia sobre la agencia y la culpa, donde tus acciones como jugador reflejan las decisiones morales de los personajes.

La serie televisiva, en cambio, es una meditación sobre la observación y la empatía. Somos testigos de decisiones que no podemos influir pero que nos transforman como espectadores.

La pregunta no debería ser si necesitamos una cuarta temporada, sino qué historia queremos contar y cuánto tiempo necesita esa historia para florecer completamente.

En un mundo obsesionado con la velocidad, quizás la verdadera revolución esté en tomarse el tiempo necesario para hacer las cosas bien.

Al final, The Last of Us nos ha enseñado que las mejores historias no son las que llegan más rápido al destino, sino las que nos transforman durante el viaje.

Si una cuarta temporada puede profundizar esa transformación sin traicionar la esencia de lo que hace especial a esta historia, entonces quizás el riesgo valga la pena.

Pero si se convierte en una extensión artificial de algo que ya estaba completo, habremos perdido algo más valioso que el tiempo: habremos perdido la magia de saber cuándo parar.

En última instancia, esta decisión nos dice tanto sobre nosotros como audiencia como sobre los creadores. ¿Estamos dispuestos a esperar por la excelencia, o preferimos la gratificación inmediata?

La respuesta podría definir no sólo el futuro de The Last of Us, sino el de la narrativa televisiva en general.


Sobre Alex Reyna

Mi primer recuerdo de infancia es ver El Imperio Contraataca en VHS. Desde entonces, la ciencia ficción ha sido mi lenguaje. He montado Legos, he visto Interstellar más veces de las que debería, y siempre estoy buscando la próxima historia que me vuele la cabeza. Star Wars, Star Trek, Dune, Nolan… si tiene naves o viajes temporales, cuenta conmigo.

Document

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

books

SOLO EN

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

SOLO EN

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
>