• Thunderbolts* se estrena el 2 de mayo de 2025 y promete ser la mejor película del MCU desde Endgame, con un reparto coral que incluye a Yelena, Bucky y John Walker.
• Mi opinión: Después de años de altibajos post-Endgame, Marvel parece haber encontrado la fórmula perfecta combinando personajes infrautilizados con profundidad emocional real.
• La película aborda temas como la depresión de forma genuina y establece las bases para el futuro del MCU, incluyendo una escena post-créditos que conecta con los Cuatro Fantásticos.
Seamos honestos: desde Endgame, el MCU ha sido una montaña rusa emocional. Hemos tenido momentos brillantes como Spider-Man: No Way Home, pero también tropiezos que nos han hecho preguntarnos si Marvel había perdido su magia. Como alguien que ha seguido este universo desde Iron Man, he vivido cada estreno con esa mezcla de esperanza y cautela que solo los verdaderos fans de Marvel entendemos.
Pero ahora llega Thunderbolts* con una propuesta que me tiene genuinamente emocionada: ¿qué pasa cuando juntas a los «segundones» del MCU y les das la oportunidad de brillar?
Dirigida por Jake Schreier y con 127 minutos de duración, esta película promete demostrar que a veces los personajes más interesantes no son los que llevan el nombre en el título principal, sino los que han estado esperando pacientemente su momento para destacar.
Desde que vi por primera vez a Yelena Belova en Black Widow, supe que Florence Pugh tenía algo especial. Y no soy la única que piensa así. Thunderbolts* parece haber entendido perfectamente qué hace funcionar a estos personajes que, hasta ahora, habían quedado en segundo plano.
La película reúne a un grupo fascinante: Yelena, que carga con el legado de Natasha; Bucky Barnes, que sigue lidiando con su pasado como el Soldado de Invierno; John Walker, el Capitán América que nunca llegó a serlo realmente; y un misterioso personaje llamado Bob que promete sorprendernos.
Lo que más me llama la atención es cómo la película aborda la construcción del equipo. Según las primeras reacciones, Thunderbolts* logra algo que muchas películas corales del MCU han intentado pero pocas han conseguido: hacer que realmente sientas que estos personajes se convierten en una familia.
No es solo que compartan pantalla; es que sus interacciones tienen peso emocional real. Y eso, viniendo de alguien que ha visto cómo algunas películas recientes del MCU han fallado precisamente en ese aspecto, me parece esperanzador.
La profundidad emocional parece ser una de las grandes fortalezas de la película. No estamos hablando solo de acción y espectáculo, sino de una exploración genuina de temas como la depresión y la búsqueda de pertenencia.
El hecho de que el antagonista principal sea derrotado no a puñetazos, sino a través de un abrazo grupal que demuestra a Bob que no está solo, me parece una decisión narrativa brillante. Es el tipo de resolución emocional que el MCU necesitaba recuperar.
Como fan de los cómics, siempre he tenido debilidad por los Thunderbolts. La idea de villanos o anti-héroes intentando redimirse tiene un potencial narrativo enorme. Y parece que Marvel ha entendido que no necesitas ser un Vengador para tener una historia que merezca la pena contar.
La película también promete ser importante para el futuro del MCU. Con una escena post-créditos que conecta con los Cuatro Fantásticos, Thunderbolts* no es solo una película autoconclusiva, sino una pieza clave en el puzzle más grande que Marvel está construyendo.
Esto me recuerda a los primeros días del MCU, cuando cada película se sentía como parte de algo más grande sin sacrificar su propia identidad. Es esa sensación de universo conectado que tanto hemos echado de menos en algunos proyectos recientes.
Hay algo poético en el hecho de que una película sobre personajes «de segunda fila» pueda ser la que devuelva al MCU a su mejor forma. Demuestra que no siempre necesitas a los nombres más grandes para contar las mejores historias.
Jake Schreier como director es una elección interesante. Conocido por su trabajo en proyectos más íntimos, parece la persona perfecta para manejar una historia que, en el fondo, trata sobre personas rotas intentando encontrar su lugar en el mundo.
La duración de 127 minutos también me parece acertada. Es tiempo suficiente para desarrollar a todos los personajes sin caer en el exceso que ha lastrado algunas películas recientes del MCU.
Lo que más me emociona es la posibilidad de que Thunderbolts* retroactivamente mejore películas anteriores del MCU. Cuando una película logra dar nueva profundidad a personajes que ya conocíamos, toda la experiencia cinematográfica se enriquece. Es como cuando Civil War hizo que Winter Soldier fuera aún mejor en retrospectiva.
Después de años navegando entre altos y bajos post-Endgame, Thunderbolts* llega como un recordatorio de por qué nos enamoramos del MCU en primer lugar. No se trata solo de espectáculo y efectos especiales, sino de personajes reales con problemas reales encontrando su camino juntos.
Si las primeras reacciones son ciertas, el 2 de mayo de 2025 podría marcar el regreso del MCU a su mejor forma. Y sinceramente, ya era hora. Porque si algo hemos aprendido en todos estos años siguiendo a Marvel, es que las mejores historias no siempre vienen de donde las esperas.
A veces, los héroes más interesantes son los que nunca pensaron que lo eran.

