¿Una película sin diálogos? Alan Ritchson sorprende con Motor City y arrasa

Alan Ritchson protagoniza Motor City, el thriller casi mudo que conquista Venecia y Toronto con 77% en Rotten Tomatoes. ¿El cine visual vuelve a triunfar?

✍🏻 Por Tomas Velarde

septiembre 13, 2025

• Motor City apuesta por una narrativa prácticamente muda que recupera la esencia visual del cine, obteniendo un respetable 77% en Rotten Tomatoes tras su paso por Venecia y Toronto.

• La propuesta de Ponciroli representa un ejercicio de pureza cinematográfica que honra la tradición del séptimo arte, alejándose de la verborrea innecesaria del cine comercial actual.

• Alan Ritchson demuestra su evolución como intérprete, transitando del entretenimiento televisivo hacia propuestas más arriesgadas y cinematográficamente ambiciosas.

En una época donde el diálogo parece haberse convertido en el recurso más fácil para los guionistas perezosos, surge una propuesta que desafía las convenciones narrativas contemporáneas. Motor City, el nuevo thriller criminal protagonizado por Alan Ritchson, se atreve a contar su historia prácticamente sin palabras, recordándonos que el cine, en su esencia más pura, es un arte visual.

Esta audacia creativa, que evoca los experimentos narrativos de maestros como Kubrick en sus secuencias más contemplativas, merece nuestra atención en un panorama cinematográfico saturado de ruido innecesario.

El Silencio Como Herramienta Narrativa

La propuesta de Potsy Ponciroli no es meramente un capricho estilístico, sino una declaración de principios sobre el poder expresivo del lenguaje cinematográfico. Dirigida con una confianza admirable en la inteligencia del espectador, Motor City narra la historia de un hombre injustamente encarcelado que busca venganza tras su liberación, utilizando el silencio como herramienta narrativa principal.

El planteamiento no es nuevo en la historia del cine. Recordemos las secuencias mudas de 2001: Una Odisea del Espacio, donde Kubrick confiaba plenamente en la capacidad expresiva de la imagen y la música. Motor City parece beber de estas fuentes, aunque aplicadas a un género tan codificado como el thriller de venganza.

Con un reparto que incluye a Shailene Woodley, Ben Foster y Pablo Schreiber, la película ha logrado un 77% de aprobación en Rotten Tomatoes tras su paso por festivales tan prestigiosos como Venecia y Toronto. Esta recepción crítica resulta prometedora para una propuesta que desafía las convenciones narrativas contemporáneas.

La Evolución Interpretativa de Ritchson

Alan Ritchson, conocido principalmente por su trabajo televisivo en Reacher, demuestra aquí una madurez interpretativa que trasciende sus anteriores trabajos. La ausencia de diálogo exige del actor una expresividad corporal y facial que recuerda a los grandes intérpretes del cine mudo.

Es precisamente en estos ejercicios de contención donde se distingue al verdadero actor del mero recitador de líneas. Los críticos que han podido ver la película coinciden en que las secuencias de acción y la interpretación de Ritchson sostienen el peso narrativo durante los 103 minutos de metraje.

La Importancia de la Puesta en Escena

La apuesta de Ponciroli por el minimalismo verbal no es gratuita. En un género como el thriller criminal, tradicionalmente dependiente de explicaciones y revelaciones verbales, la decisión de confiar en la puesta en escena y la dirección de actores resulta especialmente valiente.

La fotografía y el montaje adquieren, por tanto, una importancia capital en Motor City. Sin el recurso fácil del diálogo expositivo, cada encuadre debe comunicar, cada corte debe significar. Es aquí donde se separa el cine del mero entretenimiento audiovisual: en la capacidad de crear significado a través de la imagen en movimiento.

La presencia de actores reconocibles como Woodley y Foster aporta el peso interpretativo necesario para sostener una propuesta tan arriesgada. Ambos han demostrado en trabajos anteriores su capacidad para comunicar sin depender exclusivamente del texto, cualidad indispensable para un proyecto de estas características.

Un Ejercicio de Memoria Cinematográfica

Motor City llega en un momento crucial para el cine contemporáneo, cuando la industria parece haber olvidado que el cine nació mudo y que su poder expresivo reside en la imagen, no en la palabra. El estreno programado para el 30 de agosto de 2025 nos permitirá comprobar si el público general está preparado para este tipo de propuestas.

La propuesta de Ponciroli, independientemente de sus virtudes o defectos, representa un ejercicio de memoria cinematográfica que merece nuestro respeto y atención. En una época donde cada plano parece necesitar subtítulos explicativos, encontrar una película que confía en la inteligencia visual del espectador resulta casi revolucionario.

El verdadero triunfo de Motor City no residirá en su recaudación, sino en su capacidad para recordarnos que el cine, en su forma más pura, es un arte de imágenes en movimiento. Si logra inspirar a otros cineastas a recuperar esta confianza en el lenguaje visual, habrá cumplido una función que trasciende su propia existencia como obra individual.


Cinéfilo empedernido, coleccionista de vinilos de bandas sonoras y defensor de la sala de cine como templo cultural. Llevo más de una década escribiendo sobre cine clásico, directores de culto y el arte de la narrativa visual. Creo que no hay nada como un plano secuencia bien ejecutado y que el cine perdió algo cuando dejó de oler a celuloide.

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