• TRON: Ares proyecta 95 millones mundiales en su estreno pese a críticas tibias, demostrando que el público está más preparado que los especialistas para volver al mundo digital.
• Disney apuesta 180 millones por esta secuela porque los números no mienten: la nostalgia tecnológica vende, especialmente cuando la IA forma parte de nuestro día a día.
• El desfase entre crítica (53% en Rotten Tomatoes) y expectativas comerciales confirma una tendencia que llevo años observando: las audiencias buscan espectáculo, no sermones cinematográficos.
¿Recordáis cuando las pelis de ciencia ficción eran sinónimo de ruina comercial? Esos tiempos han quedado más obsoletos que un disquete. Hoy, una franquicia como TRON puede permitirse un presupuesto de 180 millones y generar expectativas que harían palidecer a muchos blockbusters.
Los datos preliminares de TRON: Ares me cuentan una historia fascinante sobre cómo el mercado actual valora la nostalgia, los efectos visuales y las temáticas tecnológicas. Y aquí viene lo jugoso: mientras la crítica se muestra tibia con un 53% en Rotten Tomatoes, las proyecciones siguen siendo sólidas.
Este divorcio entre crítica y audiencia no es casualidad. Es el reflejo de una industria que ha aprendido a leer mejor los deseos del público que las reseñas de los especialistas.
Las cifras no se equivocan
Cuando analizo las proyecciones de TRON: Ares, veo un patrón que se repite en Hollywood: la confianza ciega en las franquicias, incluso las que han estado hibernando durante años. Los 45-50 millones esperados en Norteamérica y los 40-45 millones internacionales no son cifras de infarto, pero sí sólidas para una secuela que llega más de una década tarde a la cita.
Lo que me resulta revelador es cómo Disney ha decidido apostar fuerte por esta propiedad. Un presupuesto de 180 millones no se aprueba tomando café en los consejos de administración. Esto significa que han visto algo en los datos que justifica semejante inversión.
La elección de Jared Leto también cuenta una historia comercial interesante. Leto trae reconocimiento global y una base de fans que trasciende géneros. Combinado con el regreso de Jeff Bridges, tenemos esa mezcla de nostalgia y renovación que suele funcionar en taquilla como un reloj suizo.
La nostalgia cotiza al alza
La TRON original de 1982 recaudó 50 millones con un presupuesto de 17 millones. Cifras modestas que crearon un fenómeno cultural duradero. TRON: Legacy (2010) multiplicó esas cifras por cuatro, alcanzando los 400 millones mundiales con 170 millones de presupuesto.
Estos números demuestran que existe una base sólida, especialmente en el mercado internacional. Lo fascinante es cómo las temáticas de IA y mundos digitales han pasado de ciencia ficción pura a formar parte de nuestras conversaciones del desayuno.
En 1982, hablar de realidad virtual era casi brujería; en 2024, discutimos con ChatGPT sobre el tiempo. Esta evolución convierte a TRON: Ares en algo más que una secuela: es un espejo de nuestros miedos y fascinaciones actuales.
Críticos vs. público: divorcio consumado
El 53% en Rotten Tomatoes no me sorprende ni debería preocupar a Disney. Hemos visto repetidamente cómo películas con puntuaciones críticas mediocres logran éxitos rotundos. Venom cosechó críticas demoledoras pero recaudó más de 850 millones mundiales. ¿Coincidencia? Lo dudo.
La clave está en entender que críticos y público valoran aspectos diferentes. Mientras los especialistas se centran en narrativa u originalidad temática, las audiencias buscan entretenimiento, espectáculo visual y conexión emocional.
TRON: Ares, dirigida por Joachim Rønning (que ya nos regaló Piratas del Caribe: La venganza de Salazar), apuesta claramente por el segundo enfoque. Y los números sugieren que es la estrategia correcta.
El mercado internacional al rescate
Una tendencia que llevo años observando: el mercado internacional se ha convertido en el verdadero motor de la taquilla. Las proyecciones de 40-45 millones internacionales reflejan esta realidad.
China, en particular, ha mostrado históricamente gran receptividad hacia la ciencia ficción con efectos impactantes. La temática de inteligencia artificial resuena especialmente bien en mercados asiáticos, donde la tecnología es tema de conversación constante.
Esto podría traducirse en cifras superiores a las proyectadas. Y cuando digo «podría», mis años analizando taquillas me dicen que es bastante probable.
La apuesta de Disney por el futuro
Invertir 180 millones en TRON: Ares no es apostar por una película, sino por todo un universo expandido. Disney ha demostrado repetidamente su capacidad para convertir propiedades cinematográficas en franquicias multimedia: parques temáticos, merchandising, contenido para plataformas digitales.
La fecha de estreno del 10 de octubre de 2025 también está estratégicamente elegida. Octubre se ha convertido en un mes atractivo para estrenos de gran presupuesto, evitando la saturación veraniega y posicionándose antes de la temporada navideña.
El veredicto de los números
Mirando estas cifras, veo una industria que ha aprendido a gestionar el riesgo de manera más inteligente. TRON: Ares puede que no revolucione el cine, pero los números sugieren que no necesita hacerlo para ser un éxito comercial.
En un mercado donde la originalidad absoluta es cada vez más difícil de vender, apostar por franquicias conocidas con un toque de modernidad parece la fórmula más segura. Y seamos honestos: después de años analizando taquillas, he aprendido que «seguro» no es una palabra sucia en Hollywood.
Los 95 millones proyectados para el estreno mundial cuentan la historia de una industria que ha encontrado el equilibrio entre nostalgia e innovación. Los críticos pueden no estar convencidos, pero el público parece listo para volver a la red digital.
Y en taquilla, como bien sabemos los que llevamos años con estos números, el público siempre tiene la última palabra. Los datos no mienten, y estos datos cantan victoria.