• Netflix podría desembolsar 82.700 millones de dólares para adquirir Warner Bros., una cifra que supera la recaudación conjunta de las 50 películas más taquilleras de 2024.

• Seth Rogen y Evan Goldberg muestran el escepticismo típico de los creativos ante estas megafusiones, aunque reconocen que son inevitables en el mercado actual.

• La propuesta jocosa de que AMC compre Warner Bros. refleja lo impredecible que se ha vuelto una industria donde ya nada parece imposible.

Cuando dos de los nombres más irreverentes de Hollywood se plantan ante los micrófonos para hablar de una operación de 82.700 millones de dólares, sabes que van a salir chispas. Seth Rogen y Evan Goldberg no defraudaron en los National Arts and Entertainment Awards de Los Ángeles, donde entre risas y declaraciones dejaron caer algunas perlas sobre el futuro de la industria.

Pero esta historia tiene más capas de las que parece a primera vista. Porque mientras los titulares hablan de fusiones millonarias, la verdadera razón de su presencia allí tenía que ver con algo mucho más personal.

Los números que marean

Hablemos claro: 82.700 millones de dólares es una cifra que da vértigo. Para que os hagáis una idea de la magnitud, es más pasta de la que recaudaron las 50 películas más taquilleras de 2024 juntas. Y esa es precisamente la cantidad que Netflix estaría dispuesta a soltar para hacerse con Warner Bros. y HBO Max.

Los datos no mienten. Estamos ante una operación que cambiaría para siempre el mapa del entretenimiento global. Netflix, que empezó enviando DVDs por correo, se convertiría en el depredador definitivo del ecosistema audiovisual.

Cuando les preguntaron a Rogen y Goldberg qué pensaría su arquetípico ejecutivo de estudio sobre esta movida, la respuesta de Seth fue directa al grano: «Estaría aterrorizado». Y tiene toda la lógica del mundo.

La propuesta más loca de la noche

Pero si Rogen mostró cierto escepticismo, Evan Goldberg decidió apostar por el humor. Su propuesta fue tan inesperada como brillante: «AMC debería comprarlo todo. No sé cómo, pero deberían hacerlo. Nadie se lo vería venir».

La sugerencia de Goldberg, aunque dicha en plan coña, toca una fibra sensible del mercado actual. AMC, la cadena que sobrevivió a la pandemia por los pelos, comprando el imperio de Warner Bros. Sería como ver a David no solo vencer a Goliat, sino quedarse con su casa.

Esta broma esconde una verdad incómoda: ya no sabemos qué esperar de esta industria. Las reglas han cambiado tanto que lo imposible se ha vuelto probable.

Más allá de las cifras millonarias

Pero vayamos a lo que realmente importaba esa noche. Rogen y Goldberg no estaban allí para hablar de fusiones, sino para recoger el Premio Visionario por su trabajo con Hilarity for Charity, su organización benéfica contra el Alzheimer.

Esta iniciativa nació de algo personal y devastador: el diagnóstico de Alzheimer de aparición temprana de la suegra de Rogen. Lo que empezó como una forma de canalizar el dolor se convirtió en una plataforma que ha conseguido visibilizar una enfermedad que afecta a millones de familias.

Es curioso cómo funciona Hollywood. En una industria obsesionada con los números de taquilla, a veces las historias más poderosas son las que no se pueden medir en euros.

Una industria en plena transformación

Esta posible adquisición se enmarca en una guerra sin cuartel por el control del entretenimiento global. Las plataformas ya no se conforman con distribuir contenido: quieren controlar toda la cadena de valor.

Warner Bros., con su catálogo histórico y sus franquicias millonarias, representa exactamente lo que Netflix necesita para competir con Disney+ o Apple TV+. Es una partida de ajedrez donde cada movimiento vale decenas de miles de millones.

La reacción de estos dos creativos refleja perfectamente el sentir de muchos en Hollywood. Por un lado, entienden que estos movimientos son inevitables. Por otro, no pueden evitar cierta nostalgia por una industria que cambia a velocidad de vértigo.

El impacto en el mercado español

Desde nuestra perspectiva europea, estos movimientos tienen implicaciones directas. Netflix ya domina el mercado español de streaming, pero hacerse con Warner Bros. le daría acceso a un catálogo histórico que incluye desde «Casablanca» hasta «El Señor de los Anillos».

Para los espectadores españoles, esto podría traducirse en más contenido premium, pero también en una mayor concentración del mercado. Menos competencia suele significar precios más altos a largo plazo.

Las implicaciones futuras

Si esta operación se materializa, estaríamos ante un punto de inflexión histórico. Netflix se convertiría en un conglomerado capaz de competir de tú a tú con Disney o Universal.

Para creativos como Rogen y Goldberg, esto significa oportunidades y desafíos a partes iguales. Más presupuesto y alcance global, pero también más presión para crear contenido que funcione en todos los mercados.

La eterna tensión entre creatividad y rentabilidad, amplificada a escala planetaria.

La nueva realidad del entretenimiento

Los números no mienten: estamos viviendo la mayor transformación de la industria del entretenimiento desde la llegada del cine sonoro. Cada fusión, cada adquisición, cada nueva plataforma es una pieza más de un puzzle que aún no sabemos cómo quedará.

La propuesta jocosa de Goldberg sobre AMC comprando Warner Bros. refleja perfectamente esta nueva realidad: en un mercado donde ya nada parece imposible, hasta las ideas más locas cobran sentido.

Mientras esperamos a ver si Netflix se hace finalmente con Warner Bros., una cosa está clara: la industria nunca había sido tan impredecible. Y quizás esa incertidumbre sea precisamente lo que la hace tan fascinante de analizar.

Al final, detrás de cada cifra millonaria hay personas como Rogen y Goldberg, que siguen creando y utilizando su éxito para hacer del mundo un lugar mejor. Porque las mejores historias, por muy grandes que sean los números, siempre son humanas.