• One-Punch Man revolucionó el anime de superhéroes en 2015, pero varias series han conseguido superarlo tanto en profundidad narrativa como en desarrollo emocional de personajes.
• Aunque Saitama sigue siendo icónico, creo firmemente que hay historias que exploran mejor los temas de poder y crecimiento personal, llegándome mucho más al corazón como espectadora.
• Esta selección abarca desde comedias brillantes hasta dramas intensos, demostrando la increíble madurez y diversidad que ha alcanzado el anime contemporáneo.
¿Os acordáis de cuando One-Punch Man irrumpió en nuestras vidas allá por 2015? Yo lo recuerdo perfectamente. Estaba en mi sofá, con mi taza de té verde favorita, viendo esa primera batalla contra el Hombre Cangrejo, y pensé «madre mía, esto va a cambiar completamente las reglas del juego». Y vaya si las cambió.
Pero aquí viene lo interesante: el poder del hype en el anime puede ser absolutamente arrollador. Dicta qué series suben como la espuma cada temporada y cuáles, por desgracia, acaban olvidadas en el rincón más oscuro de nuestras listas de «pendientes de ver».
Después de años siendo testigo de cómo evoluciona este medio que tanto adoro, me he dado cuenta de algo importante. Hay series que han logrado algo que One-Punch Man, con toda su genialidad innegable, no consiguió del todo: equilibrar perfectamente la comedia con una narrativa profunda que realmente te toque el alma.
No me malinterpretéis, por favor. Saitama seguirá siendo un icono para siempre, eso está clarísimo. Pero hay historias ahí fuera que merecen estar bajo los focos tanto o más que nuestro héroe calvo favorito.
Mob Psycho 100: Cuando ONE se supera a sí mismo
Si hay algo que me emociona hasta saltárseme las lágrimas es ver cómo un creador consigue superar su obra anterior. Y eso es exactamente lo que ocurrió con Mob Psycho 100. ONE, el genio creativo detrás de One-Punch Man, nos obsequió con una historia que trasciende completamente los poderes psíquicos.
Mob representa todo lo que Saitama podría haber sido con un desarrollo emocional más rico y complejo. Mientras que Saitama perdió por completo su pasión por la lucha, Mob batalla constantemente con sus emociones y el control de sus habilidades sobrenaturales.
La animación de Studio Bones es, sencillamente, una obra de arte. Cada secuencia te deja literalmente boquiabierta, con esa fluidez y creatividad visual que solo ellos saben conseguir.
Lo que más profundamente me llega de esta serie es su tratamiento de temas como la adolescencia, los problemas de autoestima y el crecimiento personal. Cada arco narrativo construye cuidadosamente sobre el anterior, creando una experiencia que te deja con el corazón completamente lleno.
Recuerdo especialmente el arco final, cuando Mob finalmente acepta todas las partes de sí mismo. Me pasé media hora llorando en el sofá, y no me da ninguna vergüenza admitirlo.
My Hero Academia: El shonen que reinventó la fórmula
Horikoshi-sensei consiguió algo verdaderamente increíble con Boku no Hero Academia: cogió la fórmula clásica del shonen y le dio una vuelta de tuerca completamente fresca. En un mundo donde tener superpoderes es lo más normal del mundo, seguimos a Midoriya, un chaval sin quirk que sueña con convertirse en héroe.
La serie brilla especialmente en cómo desarrolla no solo a Deku, sino a toda la clase 1-A. Cada personaje tiene sus propias motivaciones profundas, sus traumas personales y sus arcos de crecimiento únicos.
Bakugo, por ejemplo, tiene uno de los desarrollos de personaje más satisfactorios que he visto en años. Ver cómo evoluciona desde ese niño arrogante hasta convertirse en alguien que genuinamente se preocupa por sus compañeros ha sido un viaje emocional increíble.
MAPPA y Studio Bones han hecho un trabajo absolutamente excepcional con la animación. Esas secuencias de acción te ponen los pelos de punta de una manera que One-Punch Man, con sus batallas demasiado unilaterales, no siempre conseguía.
La pelea entre All Might y All For One sigue dándome escalofríos cada vez que la veo. Hay algo en cómo capturan la emoción pura del momento que me llega directamente al kokoro.
The Disastrous Life of Saiki K: La comedia llevada a la perfección
Si One-Punch Man os parece divertido, Saiki K directamente os va a matar de risa. En lugar del entrenamiento mundano que llevó a Saitama a romper su limitador, aquí seguimos a un psíquico cuyas habilidades inmensas le traen problemas constantemente.
Lo absolutamente genial de Saiki es que sus poderes no son ninguna bendición, sino una maldición cómica constante. Cada episodio es una auténtica masterclass en timing cómico y situaciones completamente absurdas.
La serie nunca se toma demasiado en serio a sí misma, pero precisamente esa es su mayor fortaleza. El formato de episodios cortos funciona perfectamente para el ritmo frenético de los gags.
Es exactamente el tipo de anime que puedes ver cuando necesitas desconectar completamente y reírte un buen rato. Algo que One-Punch Man intentaba conseguir pero no siempre lograba mantener de forma consistente.
Me encanta especialmente cómo Saiki interactúa con sus padres. Esas escenas domésticas son puro oro cómico, y me recuerdan por qué el slice of life japonés es tan especial.
Frieren: Beyond Journey’s End: Profundidad emocional sin igual
Madhouse nos ha regalado una joya absolutamente preciosa con Frieren. Esta serie toma el concepto del «después del final feliz» y lo convierte en algo profundamente emotivo y reflexivo.
Seguimos a Frieren, una elfa que debe lidiar con la mortalidad de sus compañeros humanos después de derrotar al rey demonio. Es una premisa que podría sonar simple, pero la ejecución es sublime.
La serie explora temas de pérdida, memoria y el paso del tiempo de una manera que me ha hecho llorar más de una vez. Y no son lágrimas de tristeza, sino de esa melancolía hermosa que solo el mejor anime sabe provocar.
Cada episodio es una pequeña lección sobre la vida y las relaciones humanas. Lo que más me impresiona es cómo encuentra belleza en los momentos más cotidianos.
No necesita peleas espectaculares para mantenerte completamente enganchada. La fuerza reside en sus personajes y en cómo evolucionan a lo largo del tiempo. Es el tipo de serie que te hace valorar más cada momento con las personas que quieres.
Kaiju No. 8: Cuando la acción encuentra su corazón
Production I.G ha hecho un trabajo absolutamente increíble adaptando el manga de Naoya Matsumoto. Kafka Hibino nos demuestra que nunca es demasiado tarde para perseguir tus sueños, incluso cuando te conviertes accidentalmente en aquello que juraste combatir.
La serie equilibra perfectamente la acción trepidante con momentos genuinos de desarrollo de personajes. Las peleas contra kaiju son espectaculares, pero lo que realmente engancha es ver a Kafka luchar por mantener su humanidad mientras oculta su transformación.
El diseño de los kaiju es absolutamente brutal, con esa estética que mezcla lo orgánico con lo mecánico de forma brillante. Las secuencias de acción tienen un peso y una intensidad que te mantienen literalmente al borde del asiento.
Es el tipo de serie que te hace gritar de emoción durante las peleas, pero también te emociona con los momentos más íntimos entre personajes. Esa dualidad es algo que One-Punch Man intentaba pero no siempre conseguía equilibrar tan bien.
Devilman Crybaby: Belleza en la oscuridad más profunda
Science SARU y Masaaki Yuasa crearon algo completamente único con esta adaptación del clásico de Go Nagai. Es una serie que definitivamente no es para todos, pero que deja una marca absolutamente imborrable en quien la ve.
La animación experimental y el estilo visual único crean una experiencia visceral que va muchísimo más allá del simple entretenimiento. Es una reflexión cruda sobre la naturaleza humana, el amor y la destrucción.
Akira Fudo es un protagonista tremendamente complejo que lucha constantemente entre su humanidad y su naturaleza demoníaca. Es una historia que te remueve por dentro y te hace cuestionarte muchas cosas sobre la sociedad y la moralidad.
Admito que me costó digerir algunos episodios. Hay momentos de una crudeza emocional que te dejan completamente tocada. Pero precisamente esa capacidad de provocar emociones tan intensas es lo que la convierte en una obra maestra.
Otras joyas que brillan con luz propia
Series como Chainsaw Man han demostrado que MAPPA puede crear experiencias visuales y narrativas que van completamente más allá de lo convencional. Denji es un protagonista que, como Saitama, tiene motivaciones aparentemente simples, pero su desarrollo es muchísimo más complejo y satisfactorio.
Attack on Titan, con su narrativa intrincada y sus giros argumentales, nos enseñó que el anime puede ser tan complejo y maduro como cualquier otra forma de entretenimiento. La evolución de Eren Jaeger es una auténtica masterclass en desarrollo de personajes.
Incluso series más ligeras como Spy x Family han conseguido crear algo verdaderamente especial mezclando comedia, acción y momentos emotivos. Esa familia falsa que se convierte en algo real me llega directamente al corazón cada episodio.
Al final del día, One-Punch Man seguirá siendo una serie tremendamente importante en la historia del anime. Nos enseñó que se podían subvertir completamente las expectativas del género de superhéroes y crear algo fresco y divertido.
Pero como pasa con todo arte verdadero, la evolución es constante. Estas series han tomado esas lecciones y las han llevado aún más lejos, explorando territorios emocionales que Saitama apenas rozó.
Lo que más me emociona como fan incondicional del medio es ver cómo cada una de estas series aporta algo completamente único. Desde la profundidad emocional de Frieren hasta la comedia desternillante de Saiki K, pasando por la acción espectacular de Kaiju No. 8.
Todas demuestran que el anime actual está viviendo un momento absolutamente dorado. Y sinceramente, no puedo estar más emocionada por descubrir qué nos depara el futuro. ¡Ganbatte, industria del anime!