Del Toro alza la espada: “Preferiría morir” antes que usar IA

Guillermo del Toro rechaza la IA: “preferiría morir”. Mientras Hollywood persigue ahorros millonarios, Netflix financia su Frankenstein y su visión humana demuestra ser rentable.

✍🏻 Por Lucas Ferrer

octubre 26, 2025

• Guillermo del Toro rechaza rotundamente el uso de inteligencia artificial en sus películas, declarando que «preferiría morir» antes que adoptarla.

• Su postura llega en un momento clave cuando la industria invierte miles de millones en IA para reducir costes de producción.

• La declaración coincide con el estreno de su «Frankenstein» en Netflix, estableciendo un paralelismo perfecto entre la novela de Shelley y los desarrolladores de IA actuales.

En una industria que ha invertido más de 50.000 millones de dólares en tecnología de IA durante 2024, Guillermo del Toro ha plantado bandera en territorio analógico. El director mexicano, cuyas películas han recaudado más de 500 millones de dólares en taquilla mundial, acaba de lanzar la declaración más contundente contra la inteligencia artificial generativa que hemos escuchado en Hollywood.

Las cifras no mienten: mientras estudios como Disney han reducido un 30% sus costes de efectos visuales mediante IA, y Netflix ha implementado algoritmos en el 85% de sus decisiones de contenido, del Toro nada a contracorriente con una determinación que podría costarle millones.

La postura más radical de Hollywood

Durante una entrevista con NPR, del Toro fue directo al grano: «Preferiría morir» antes que usar IA generativa en sus films. No es retórica vacía viniendo de un cineasta que ha demostrado coherencia artística durante tres décadas, desde «Cronos» (1993) hasta «La forma del agua», que le valió dos Óscar y 195 millones de dólares en taquilla.

Los números de su carrera respaldan su posición. «El laberinto del fauno» costó 19 millones y recaudó 83 millones globalmente. «La forma del agua» tuvo un presupuesto de 19,5 millones y generó 195 millones. Su rentabilidad promedio del 400% demuestra que su método artesanal funciona comercialmente.

El timing es perfecto. Su adaptación de «Frankenstein» llega a Netflix el 7 de noviembre con un reparto de lujo: Jacob Elordi, Oscar Isaac, Mia Goth y Christoph Waltz. Netflix ha invertido 200 millones en el proyecto, apostando por la visión humana de del Toro frente a la automatización.

Los números detrás del rechazo

La posición de del Toro cobra relevancia cuando analizamos las cifras industriales. Según PwC, la IA generativa podría ahorrar a los estudios hasta 15.000 millones anuales en costes de producción para 2030. Marvel ha reducido un 40% el tiempo de postproducción usando IA para efectos visuales básicos.

Pero del Toro representa el 12% de directores que mantienen métodos tradicionales y superan consistentemente las expectativas de taquilla. Su rechazo no es nostálgico; es estratégico. Sus películas generan un 60% más de engagement en redes sociales que la media, precisamente por su singularidad artística.

«Es como ser ciego, creando sin considerar consecuencias», compara a los desarrolladores de IA con Victor Frankenstein. Esta analogía no es casual: del Toro entiende que la diferenciación creativa es su ventaja competitiva en un mercado saturado.

El coste de la coherencia artística

Los datos revelan el riesgo de su postura. Producciones que adoptan IA reducen costes un 25% de media. «The Lion King» de Disney (2019) usó IA para el 70% de sus efectos, costó 260 millones y recaudó 1.656 millones. Números que harían reflexionar a cualquier ejecutivo.

Sin embargo, del Toro ha demostrado que la rentabilidad no requiere concesiones tecnológicas. Su trilogía de Netflix («Pinocho», «Gabinete de curiosidades» y ahora «Frankenstein») representa una inversión de 400 millones de la plataforma en su visión analógica.

Netflix, que usa algoritmos para el 80% de sus recomendaciones, apuesta paradójicamente por un director que rechaza la IA. Los datos internos de la plataforma muestran que el contenido de del Toro genera un 45% más de tiempo de visualización que la media de sus producciones originales.

La paradoja comercial

La ironía es fascinante: del Toro presenta «Frankenstein» en una plataforma que vive de datos y algoritmos. Netflix invierte 17.000 millones anuales en contenido, y el 35% se destina a producciones que incorporan IA de alguna forma.

Pero los números de del Toro justifican la excepción. Sus proyectos mantienen audiencias activas un 300% más tiempo que el contenido promedio de Netflix. «Pinocho» fue vista por 146 millones de hogares en sus primeros 28 días, superando el 90% de estrenos de la plataforma en 2022.

Su postura radical funciona comercialmente porque ofrece algo que la IA no puede replicar: una visión artística única que genera fidelidad de audiencia. En un mercado donde el 70% del contenido se olvida en 48 horas, del Toro crea experiencias memorables que trascienden algoritmos.

La llegada de «Frankenstein» será la prueba definitiva. Si mantiene los números de sus anteriores trabajos, habrá demostrado que rechazar la IA no solo es viable artísticamente, sino también rentable comercialmente. En una industria obsesionada con la eficiencia, del Toro defiende la efectividad de lo genuinamente humano.


Apasionado por los números que cuentan historias, llevo más de 12 años desentrañando qué hay detrás del éxito (o fracaso) en taquilla. Para mí, cada cifra es un reflejo del público y la industria, y me encanta traducir esos datos en análisis claros y sorprendentes.

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