• Andrew Garfield ha vuelto a despertar la esperanza de los fans con declaraciones crípticas sobre su posible regreso en Avengers: Secret Wars, usando la misma estrategia de despiste que empleó antes de No Way Home.
• Como seguidora de los cómics desde antes del MCU, creo que su Spider-Man merece una conclusión digna que explore las conexiones multiversales que Marvel apenas ha arañado en pantalla.
• Sus ganas de hacer crossovers con Wolverine y Venom demuestran que comprende las dinámicas de personajes que funcionaron brillantemente en los cómics durante décadas.
¿Os acordáis de esa sensación agridulce después de No Way Home? Esa mezcla de satisfacción por ver a los tres Spider-Man juntos y frustración por saber que apenas habíamos arañado la superficie de lo que el multiverso podría ofrecernos. Pues bien, Andrew Garfield acaba de reavivar esa llama con unas declaraciones que tienen toda la pinta de ser otro de sus juegos de despiste magistrales.
El actor, que ya nos engañó una vez negando categóricamente su participación en la película de Jon Watts hasta que le vimos aparecer por sorpresa, ahora vuelve a las andadas con respuestas que huelen a NDA firmado desde kilómetros de distancia. Y es que seamos sinceros: en Marvel nadie dice nada por casualidad, y menos cuando se trata de Secret Wars.
El Spider-Man que merece una segunda oportunidad
Garfield ha pasado de un rotundo «jamás volvería» a un mucho más esperanzador «si se alinea con mi alma y va a ser divertido, quizás». Aunque lo dice con esa sonrisa traviesa característica, añadiendo bromas sobre necesitar dinero para la educación de sus futuros hijos, hay algo en su tono que sugiere conversaciones más serias de lo que aparenta.
Como alguien que leyó los cómics de Ultimate Spider-Man mucho antes de que Garfield pisara un set, siempre defendí que su interpretación capturaba algo esencial del personaje que otros habían pasado por alto. Su Peter Parker tenía esa arrogancia juvenil y esa vulnerabilidad emocional que Stan Lee y Steve Ditko plasmaron en las primeras historias. Ver cómo el tiempo le ha dado la razón es tremendamente satisfactorio.
Su actuación en No Way Home demostró que tenía capas narrativas sin explorar. Ese momento de dolor genuino al hablar de Gwen Stacy conectó con algo que los cómics han explorado durante décadas: las consecuencias reales de ser Spider-Man.
Crossovers que los cómics ya nos enseñaron que funcionan
Lo que realmente me emociona son sus comentarios sobre trabajar con Wolverine y Venom. Mencionar específicamente a Hugh Jackman y Tom Hardy no es casualidad: Garfield conoce el material fuente y sabe qué dinámicas han funcionado en papel durante años.
En los cómics, Spider-Man y Wolverine han tenido algunas de las mejores historias de equipo de Marvel. La dinámica entre la juventud idealista de Peter y el cinismo experimentado de Logan crea una tensión narrativa perfecta. Imaginar al Spider-Man más maduro de Garfield, que ya ha perdido a Gwen, interactuando con Wolverine tiene un potencial dramático enorme.
Y no hablemos de Venom. El simbionte siempre ha funcionado mejor cuando hay una historia emocional de fondo, y el universo de Garfield ya tenía establecido todo el tema de Oscorp y los experimentos genéticos. Las conexiones prácticamente se escriben solas.
Secret Wars: la oportunidad perfecta para cerrar círculos
Secret Wars, programada para 2027 como el gran final de la Saga del Multiverso, parece el escenario ideal para este tipo de reuniones épicas. Si realmente van a cerrar esta etapa por todo lo alto, necesitan aprovechar todas las conexiones multiversales posibles.
El evento original de Jim Shooter en los cómics funcionó precisamente porque reunió a personajes de diferentes rincones del universo Marvel en una historia que tenía consecuencias reales. Si Marvel Studios quiere hacer justicia a ese legado, necesita más que simples cameos: necesita arcos narrativos que signifiquen algo.
Sus declaraciones, especialmente ese «¿Es esto una pista? ¿O qué es? ¡Ya lo descubriréis!», tienen toda la esencia de alguien que está guardando un secreto muy gordo. Y conociendo cómo funciona Marvel con sus NDAs, es muy probable que ya haya firmado algo.
La evolución de un personaje que nunca tuvo su final
Lo que más me gusta de todo esto es que Garfield parece haber encontrado la perspectiva correcta sobre el personaje. Ya no hay resentimiento por cómo Sony truncó su saga, sino ganas genuinas de explorar qué más puede aportar a este universo expandido.
Como fan de los cómics, siempre he sabido que Spider-Man funciona mejor cuando tiene tiempo para desarrollarse. Los mejores arcos de Peter Parker en papel han sido aquellos que le han permitido crecer, fallar y aprender de sus errores. Garfield nunca tuvo esa oportunidad en su trilogía original.
Verle de nuevo balanceándose entre rascacielos junto a Tom Holland y Tobey Maguire sería la culminación perfecta para esta saga del multiverso. Porque si algo nos han enseñado tanto los cómics como las películas es que nunca hay demasiados Spider-Man cuando la historia lo justifica.
Mientras esperamos a 2027, solo nos queda hacer lo que mejor sabemos como fans: especular, teorizar y mantener viva esa esperanza que nos caracteriza. Porque al final, ¿no es esa incertidumbre emocionante lo que hace que merezca la pena seguir este universo? Andrew Garfield lo sabe, Marvel lo sabe, y nosotros seguiremos aquí, esperando a que nos sorprendan una vez más con conexiones que honren tanto el material fuente como nuestras expectativas.