ABC Cancela a Jimmy Kimmel: $25M Perdidos Por Un Comentario de 10 Segundos

ABC cancela ‘Jimmy Kimmel Live!’ tras un comentario polémico, perdiendo hasta $25M y desatando un debate sobre censura y poder político en TV.

✍🏻 Por Lucas Ferrer

septiembre 18, 2025

• ABC ha retirado indefinidamente ‘Jimmy Kimmel Live!’ tras los comentarios controvertidos del presentador sobre la muerte del activista conservador Charlie Kirk.

• La decisión de Nexstar de no emitir el programa en 28 filiales marca un precedente peligroso donde las presiones políticas superan a los beneficios económicos de 15-25 millones anuales.

• Esta crisis demuestra cómo la polarización política está redefiniendo las reglas del entretenimiento televisivo, poniendo en jaque la libertad creativa de los late-night shows.

Cuando los números de audiencia pasan a segundo plano y las decisiones de programación las dictan las controversias políticas, sabemos que algo gordo está pasando en la industria televisiva.

Lo que ha ocurrido con ‘Jimmy Kimmel Live!’ me recuerda a esos momentos en el cine donde una película se retira de los cines no por falta de público, sino por presiones externas. Aquí estamos ante algo similar, pero en televisión.

El Momento que lo Cambió Todo

Los comentarios de Jimmy Kimmel durante su programa del martes sobre la muerte de Charlie Kirk han desencadenado una reacción que pocos podrían haber previsto.

Kirk, activista conservador fallecido el 10 de septiembre durante un debate en la Universidad del Valle de Utah, se convirtió sin saberlo en el epicentro de una controversia que ha puesto en jaque a toda una cadena televisiva.

La frase que ha encendido la mecha fue aparentemente sencilla: «Hemos tocado algunos nuevos mínimos durante el fin de semana con la pandilla MAGA…».

Pero en el contexto actual del discurso político estadounidense, estas palabras han resonado como un cañonazo. Y aquí viene lo interesante desde el punto de vista de los números.

Nexstar Juega sus Cartas

La respuesta de Nexstar ha sido contundente y rápida. Como propietaria de 28 filiales de ABC, su decisión de no emitir el programa ha enviado un mensaje claro.

«Los comentarios del Sr. Kimmel sobre la muerte del Sr. Kirk son ofensivos e insensibles en un momento crítico de nuestro discurso político nacional», declaró Nexstar.

Esta postura contrasta con la habitual cautela corporativa que suelen mostrar las grandes empresas mediáticas. Y es que estamos hablando de dinero real.

La jugada de Nexstar demuestra el poder que tienen las filiales locales frente a las decisiones de las grandes cadenas. En una industria donde los ingresos publicitarios locales siguen siendo cruciales, esta rebelión podría marcar un precedente peligroso.

El Respaldo Institucional que Complica las Cosas

La intervención de Brendan Carr, presidente de la FCC, añade una dimensión política que trasciende lo puramente empresarial.

Su sugerencia de que las filiales deberían «presionar» contra la cadena convierte esta controversia en algo mucho más grande que una simple disputa sobre contenido televisivo.

Carr ha legitimado institucionalmente la rebelión de las filiales. Esta intervención gubernamental en decisiones de programación televisiva abre interrogantes sobre la independencia editorial de las cadenas.

Y aquí es donde los números empiezan a contar una historia diferente.

Los Números Detrás del Escándalo

Desde una perspectiva puramente económica, la decisión de suspender ‘Jimmy Kimmel Live!’ es arriesgadísima.

El programa, que ha emitido más de 3.500 episodios desde 2003, representa una inversión millonaria y una fuente constante de ingresos para ABC.

Los late-night shows como el de Kimmel suelen generar entre 15 y 25 millones de dólares anuales en ingresos publicitarios. Sin contar los beneficios de sindicación y distribución digital.

Renunciar a estos ingresos por tiempo indefinido sugiere que las presiones políticas han superado las consideraciones financieras. Algo que, en mis años analizando la industria, no es nada habitual.

La ausencia del programa también deja un hueco en la programación nocturna que deberá rellenarse con contenido alternativo, probablemente menos rentable.

El Silencio Ensordecedor de Kimmel

Lo más llamativo de toda esta situación es el silencio de Jimmy Kimmel.

Un presentador conocido por su capacidad de respuesta rápida ha optado por mantenerse al margen del debate público.

Este silencio puede interpretarse de múltiples maneras: desde una estrategia legal hasta una genuina reflexión sobre las consecuencias de sus palabras.

Lo cierto es que su ausencia del debate amplifica la sensación de crisis. Y deja el campo libre para que otros definan la narrativa.

Precedentes Peligrosos en la Industria

La suspensión indefinida de ‘Jimmy Kimmel Live!’ establece un precedente preocupante para la industria televisiva.

Si las filiales pueden rebelarse exitosamente contra las decisiones de programación con respaldo institucional, el equilibrio de poder en la televisión estadounidense podría cambiar radicalmente.

Otros presentadores de late-night shows estarán observando atentamente. Stephen Colbert y John Oliver saben que sus propios comentarios políticos podrían enfrentarse a escrutinios similares.

La autocensura podría convertirse en la norma. Y eso, desde una perspectiva de diversidad de contenidos, sería una pérdida considerable para la audiencia.

Me recuerda a cuando ciertas películas se autocensuran para conseguir determinadas clasificaciones por edades. Al final, el producto pierde fuerza.

El Futuro del Late-Night

Lo que estamos presenciando va mucho más allá de una simple controversia televisiva.

Es un síntoma de cómo la polarización política está redefiniendo las reglas del juego en la industria del entretenimiento.

Las consideraciones ideológicas empiezan a pesar más que los beneficios económicos tradicionales. Y eso, para alguien que vive de analizar números, es fascinante y preocupante a la vez.

El futuro de Kimmel y su programa sigue siendo incierto. Pero lo que está claro es que esta crisis marcará un antes y un después.

La pregunta que queda en el aire es si estamos ante un caso aislado o el inicio de una nueva era. Una era donde la libertad creativa en televisión estará más condicionada que nunca por las presiones externas.

Los números, que siempre han sido mi brújula en esta industria, esta vez parecen haber perdido su poder de decisión frente a fuerzas mucho más complejas y volátiles.

Y eso, amigos, es algo que no había visto en mis años de análisis. Los datos siguen ahí, pero las reglas del juego han cambiado por completo.


Apasionado por los números que cuentan historias, llevo más de 12 años desentrañando qué hay detrás del éxito (o fracaso) en taquilla. Para mí, cada cifra es un reflejo del público y la industria, y me encanta traducir esos datos en análisis claros y sorprendentes.

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