• Disney+ ha perdido 700.000 suscriptores tras saturar el mercado con contenido mediocre de Marvel y Star Wars, demostrando que la cantidad nunca sustituye a la calidad.
• La estrategia de streaming ha convertido franquicias épicas en ruido de fondo, destruyendo la magia que solo el cine puede ofrecer con su narrativa visual y experiencia inmersiva.
• Los estudios están dando marcha atrás y volviendo al cine, una lección que Warner ya debería haber aprendido cuando destrozó la visión del Snyderverso por perseguir tendencias.
¿Os acordáis cuando ver una película de Marvel era un puto evento? ¿Cuando una nueva entrega de Star Wars te hacía saltar del sofá como si fueras un crío? Pues esos días han muerto, y el asesino tiene nombre: Disney+. La casa del ratón ha conseguido algo que parecía imposible: convertir el oro en plomo.
Han cogido las franquicias más poderosas del planeta y las han machacado a base de contenido basura hasta que la gente ha pasado completamente de ellas. Y esto me suena, joder. Me suena mucho a lo que Warner hizo con DC cuando decidió que la visión de Snyder no era «comercial» suficiente.
La Codicia Que Mata la Épica
Lo que estamos viendo es el resultado de una estrategia tan codiciosa como estúpida. Disney pensó que podía exprimir sus marcas como limones infinitos, lanzando serie tras serie hasta saturar el mercado. Exactamente lo mismo que hizo Warner cuando decidió que necesitaba «más humor» y «menos oscuridad» después de que Batman v Superman no les diera los números que esperaban.
Cuando tienes ejecutivos que solo ven números en lugar de narrativas, esto es lo que pasa. Se carga la visión, se carga la épica, y al final te quedas con un producto descafeinado que no emociona a nadie.
Marvel: De Épica Visual a Telefilme
Kevin Feige lo ha admitido sin tapujos: «Era demasiado. Fue una gran presión de la compañía». Y menos mal que alguien tiene los cojones de decirlo. Marvel Studios se vio obligado a entrar en modo hiperproducción, sacando series como churros.
¿El resultado? Que lo que antes tenía la épica visual de una batalla en Wakanda se convirtió en contenido de sofá. Porque hay cosas que necesitan la pantalla grande, tío. Necesitan esa cinematografía que te envuelve, esos planos que te hacen sentir pequeño ante algo grandioso.
Ahora han decidido reducir a una o dos series al año. Vamos, lo que deberían haber hecho desde el principio. Pero claro, cuando Disney+ necesitaba contenido para justificar su existencia, Marvel fue el cordero sacrificial.
Un productor anónimo de Marvel lo resume perfectamente: «A la gente ya no le importa». Brutal, pero cierto. Han conseguido que una marca que dominó una década entera se convierta en algo prescindible.
Star Wars: La Fuerza Perdida en el Streaming
Si hay algo que me duele es ver cómo han destrozado Star Wars. «Cuando ibas a ver una película de Star Wars, solía ser especial», dice un ejecutivo. Y tiene toda la razón del mundo.
¿Sabéis qué pasa cuando conviertes algo épico en contenido de consumo diario? Que deja de ser épico. Star Wars necesitaba esa sensación de evento, esa anticipación que solo viene cuando algo es escaso y valioso. Como cuando Snyder nos regalaba esos planos imposibles en 300 que te dejaban con la boca abierta.
La ironía es deliciosa: después de años diciéndonos que el futuro era el streaming, ahora vuelven corriendo al cine. Porque resulta que algunas cosas necesitan la pantalla grande para funcionar. Necesitan esa narrativa visual que solo el cine puede ofrecer.
Pixar: Prestigio Tirado por el Váter
Lo de Pixar es directamente criminal. Películas como «Soul» lanzadas directamente a streaming, como si fueran telefilmes cualquiera. Pixar, el estudio que redefinió la animación, tratado como relleno para Disney+.
Es como si Warner hubiera mandado el Snyder Cut directamente a HBO Max sin darle la oportunidad de brillar en cines. Ah, espera… que eso es exactamente lo que hicieron. Pero al menos ahí había una razón: estaban intentando arreglar el desastre que habían creado.
La Lección Que Nadie Quería Aprender
Disney+ perdiendo 700.000 suscriptores no es casualidad. Es la consecuencia directa de confundir cantidad con calidad, frecuencia con valor. Es lo que pasa cuando tratas a tus audiencias como consumidores compulsivos en lugar de como fans que buscan experiencias memorables.
Warner ya nos enseñó esta lección cuando decidió que la visión de Snyder era «demasiado oscura» y nos regaló la versión de Whedon de Justice League. ¿El resultado? Un desastre que tardaron años en arreglar.
La ambición era comprensible: tenían una plataforma que alimentar y las franquicias más poderosas del mundo. Pero se olvidaron de algo fundamental: la magia no se puede fabricar en serie.
Al final, lo que estamos viendo es una lección de humildad cósmica. Disney pensó que podía hackear el sistema, que podía convertir la épica en una fábrica de contenido infinito. Pero la épica no funciona así.
La épica necesita respeto, necesita esa cinematografía que te hace sentir algo, necesita autores con visión que no se dobleguen ante los focus groups. Cuando tratas tus franquicias como productos de consumo masivo, dejan de ser especiales.
Ahora toca reconstruir. Marvel volviendo a menos series, Star Wars regresando al cine, Pixar recuperando su prestigio. Será un camino largo, pero al menos alguien ha entendido que menos puede ser más.
Porque al final, prefiero una obra maestra cada dos años que diez mediocres cada temporada. La calidad siempre gana a la cantidad, aunque a algunos ejecutivos les haya costado millones aprenderlo.