• My Hero Academia desafía las nociones tradicionales de héroe y villano a través del complejo personaje de Shigaraki, quien podría no ser realmente malvado por naturaleza.
• All For One emerge como el verdadero antagonista maestro que manipuló toda la vida de Shigaraki desde antes de su nacimiento para usarlo como recipiente de su conciencia.
• La serie demuestra una vez más por qué es considerada una de las mejores del género shōnen, con villanos tridimensionales que trascienden los arquetipos típicos del anime.
¿Alguna vez habéis sentido esa sensación de vacío en el estómago cuando una serie que adoráis os hace replantearos todo lo que creíais saber sobre sus personajes? Eso es exactamente lo que me pasó viendo la temporada final de My Hero Academia.
Después de años siguiendo las aventuras de Deku y compañía, pensaba que tenía clarísimo quiénes eran los buenos y quiénes los malos. Pero Horikoshi-sensei tenía otros planes para nosotros.
La revelación sobre Shigaraki no es solo un plot twist más; es una reflexión profunda sobre la naturaleza del mal que me ha dejado dándole vueltas durante días. Como alguien que ha visto cómo Monster explora la psicología del villano, puedo decir que My Hero Academia está jugando en las grandes ligas del storytelling maduro.
El «mejor villano» que nunca eligió serlo
Shigaraki Tomura ha sido durante años el rostro del mal en My Hero Academia. Con su Quirk «Decay» que le permite desintegrar todo lo que toca, ha sembrado el terror por todo Japón.
Pero la temporada final nos ha regalado una revelación que cambia completamente nuestra percepción: ¿y si Shigaraki nunca fue realmente malvado por elección propia?
La pregunta que me ronda la cabeza es demoledora: «Shigaraki ha sido malvado, pero ¿fue alguna vez su decisión?» Esta reflexión me recuerda a esos momentos en Berserk cuando te das cuenta de que incluso Griffith tenía sus razones.
La diferencia aquí es que Shigaraki fue literalmente moldeado desde antes de nacer para ser lo que es.
All For One resulta ser el verdadero arquitecto de toda esta tragedia. No adoptó a Shigaraki por bondad o maldad caprichosa, sino como parte de un plan calculado para crear el recipiente perfecto para su propia conciencia.
Es una manipulación tan profunda que hace que los planes de Light Yagami parezcan improvisaciones de principiante.
La manipulación perfecta: cuando el mal crea al mal
Lo que más me impresiona es cómo All For One orquestó cada aspecto de la vida de Shigaraki. Le dio deliberadamente un Quirk destructivo, sabiendo perfectamente las consecuencias que tendría en un niño.
Es como si hubiera escrito el guión de una tragedia griega, siendo él mismo el dramaturgo, el director y el villano principal.
Esta manipulación me recuerda a Johan Liebert en Monster, pero llevado a un nivel aún más personal y devastador. All For One no solo destruyó la vida de Shigaraki; la construyó desde cero para que fuera destructiva.
La revelación de que Shigaraki una vez quiso ser un héroe para sus amigos añade una capa de tragedia que me ha partido el corazón. Imagináos: un niño con sueños heroicos, transformado en el símbolo del terror por la manipulación de alguien que veía en él solo una herramienta.
Es el tipo de ironía cruel que hace que My Hero Academia trascienda el típico shōnen de «buenos contra malos».
Villanos complejos en un mundo complejo
Una de las cosas que más me gusta de My Hero Academia es cómo trata a sus antagonistas. Dabi, Twice, Himiko… ninguno es un villano unidimensional. Todos tienen trasfondos ricos y motivaciones comprensibles, aunque no justificables.
Es algo que estudios como Madhouse han perfeccionado en series como Death Note, y que aquí BONES ha sabido adaptar brillantemente.
Shigaraki encaja perfectamente en esta galería de villanos complejos, pero su caso es especial porque cuestiona la propia naturaleza de la villanía. ¿Puede alguien ser considerado verdaderamente malvado si nunca tuvo la oportunidad de elegir ser bueno?
Es una pregunta filosófica que me recuerda a las reflexiones más profundas de Psycho-Pass sobre la naturaleza del crimen y la responsabilidad.
La temporada final está siendo considerada una de las mejores jamás creadas, y revelaciones como esta son precisamente la razón. No es solo la animación espectacular; es la profundidad emocional que eleva la serie a otro nivel.
El verdadero rostro del mal
All For One emerge como un villano aún más terrorífico de lo que pensábamos. No es solo poderoso o cruel; es metódico, paciente y completamente despiadado en su manipulación.
«Creó a un compañero villano igual a él en maldad solo para poder usar su cuerpo después.» Esta frase me da escalofríos cada vez que la leo.
Es el tipo de villano que trasciende el género shōnen y se adentra en territorio de thriller psicológico. Su maldad no es explosiva ni dramática; es fría, calculada y absolutamente implacable.
La forma en que ha jugado con las vidas de múltiples generaciones, manipulando eventos desde las sombras, lo convierte en uno de los villanos más efectivos que he visto en anime. No necesita gritar ni hacer poses dramáticas; su sola presencia es suficiente para generar horror existencial.
Después de procesar toda esta información, no puedo evitar sentir admiración y tristeza. Admiración por la maestría narrativa de Horikoshi para construir esta revelación, y tristeza por el destino de Shigaraki.
My Hero Academia nos ha demostrado que las mejores historias no son aquellas donde los buenos y los malos están claramente definidos, sino aquellas que nos hacen cuestionar nuestras percepciones sobre la moralidad y la elección.
Y sinceramente, creo que eso es lo que distingue a una buena serie de una obra maestra. Mata ne, y preparaos para que os sigan sorprendiendo hasta el final.

