El director de Mad Max respalda la IA mientras Hollywood entra en pánico

George Miller respalda OMNI y legitima la IA en cine: 400 obras, costes menores y producción democratizada mientras Hollywood debate riesgos y futuro del sector.

✍🏻 Por Lucas Ferrer

noviembre 8, 2025

• George Miller, director de Mad Max, respalda activamente OMNI, el primer festival de cine con IA de Australia que recibió 400 participaciones internacionales en su debut.

• La IA no es una amenaza sino una oportunidad: Miller la compara con revoluciones artísticas como la fotografía, y los números le dan la razón con un crecimiento exponencial en producciones.

• Mientras Hollywood debate, Miller actúa: su apoyo podría catalizar la adopción masiva de IA en estudios, cambiando para siempre los modelos de producción y presupuestos.

Mientras Hollywood se debate entre el pánico y la fascinación por la inteligencia artificial, George Miller ha decidido apostar fuerte por esta tecnología. El genio detrás de Mad Max no solo abraza la IA como herramienta creativa, sino que ha puesto su prestigio al servicio del primer festival de cine con inteligencia artificial de Australia.

Y los números no mienten: cuando un director de su calibre se involucra, la industria toma nota.

Los datos que importan

OMNI recibió 400 participaciones internacionales. Para un festival inaugural, esta cifra es extraordinaria. He analizado debuts de festivales durante años, y conseguir esa tracción global desde cero es casi imposible. El Festival de Sundance tardó una década en alcanzar números similares en sus primeras ediciones.

Pero hay algo más interesante: Miller no fue solo una cara bonita en el jurado. Se involucró directamente con los creadores, preguntando sobre procesos y explorando posibilidades. Eso me dice que ve algo que muchos ejecutivos aún no ven: una revolución que podría cambiar los presupuestos para siempre.

«No estoy pensando en cómo se creó, sino en si quiero saber qué pasa después», declaró Miller. Una filosofía que resume perfectamente por qué algunos directores triunfan y otros se quedan atrás.

El ganador que marca tendencia

Mark Wachholz se llevó el Mirror Award con «The Cinema That Never Was», explorando películas imaginarias. El concepto es brillante, pero lo que me fascina son las implicaciones económicas.

Durante décadas, contar ciertas historias requería presupuestos millonarios. He visto proyectos cancelados por costes de efectos especiales que ahora podrían resolverse con IA por una fracción del precio. Si Wachholz puede crear mundos imposibles sin los 200 millones que cuesta una superproducción, estamos ante un cambio de paradigma brutal.

«Estamos entrando en una nueva fase del cine más inmediata y empoderadora», dice Wachholz. Traducido a números: democratización de la producción cinematográfica. Y eso, amigos, es una bomba para el modelo tradicional de estudios.

La apuesta contra corriente

Lo fascinante es que Miller va contra la corriente dominante. Mientras sindicatos y estudios debaten riesgos, él explora posibilidades. No es ingenuidad; es visión estratégica de alguien que entiende que las tecnologías disruptivas no se paran.

He analizado suficientes tendencias para saber que los directores visionarios suelen llegar antes que los números de taquilla. Miller transformó las persecuciones en arte con Fury Road, recaudando 375 millones mundial con un presupuesto de 150. Sabe reconocer herramientas disruptivas.

Su participación en OMNI envía una señal clara: la IA no es enemiga del cine, es su próxima evolución. Y cuando directores de su nivel adoptan tecnologías, los estudios siguen. Siempre.

Revolución comparable a la fotografía

Miller compara la IA con la llegada de la fotografía o la pintura al óleo. Históricamente, cada revolución artística generó resistencia inicial seguida de adopción masiva. Los números siempre cuentan la misma historia.

Cuando el sonoro llegó al cine, muchos predijeron el fin del arte cinematográfico. El resultado: la Edad de Oro de Hollywood. Cuando llegó el color, mismo pánico, mismos resultados extraordinarios.

La diferencia ahora es la velocidad. La adopción tecnológica se acelera exponencialmente. Lo que antes tardaba décadas ahora ocurre en años.

El futuro en cifras

400 participaciones internacionales para un festival inaugural no es casualidad. Representa hambre creativa global por estas herramientas. Y Miller, con su olfato para detectar tendencias, está posicionándose en el lugar correcto.

Los próximos datos de taquilla serán cruciales. Pero si algo he aprendido analizando la industria es que el público abraza el cambio más rápido que los ejecutivos. Netflix lo demostró, el streaming lo confirmó, y la IA podría ser la siguiente revolución.

La participación de Miller no es anécdota; es señal de que los vientos cambian en Hollywood. En una industria donde las decisiones se basan en datos y algoritmos, tener la IA como aliada podría marcar la diferencia entre éxito y fracaso.

Miller está demostrando una vez más por qué pertenece a la categoría de visionarios. Su apoyo a OMNI es una apuesta por el futuro de contar historias. Y si los números del festival indican algo, es que ese futuro ya comenzó.


Apasionado por los números que cuentan historias, llevo más de 12 años desentrañando qué hay detrás del éxito (o fracaso) en taquilla. Para mí, cada cifra es un reflejo del público y la industria, y me encanta traducir esos datos en análisis claros y sorprendentes.

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