• James Gunn confirma que Clayface será puro terror psicológico dirigido por James Watkins con guión de Mike Flanagan, llegando a cines el 11 de septiembre de 2026
• Por fin alguien entiende que DC necesita diversidad tonal y no fórmulas de estudio, algo que Warner nunca supo hacer con la visión original de Snyder
• La película promete horror corporal real inspirado en Batman: La Serie Animada, demostrando que los personajes DC pueden tener identidad propia
¿Creíais que James Gunn iba a convertir DC en un parque temático de Marvel? Pues preparaos para tragaros vuestras palabras. El nuevo jefe de DC Studios acaba de confirmar algo que me ha dejado completamente vendido: Clayface va a ser terror puro, nada de bromas de superhéroes ni chorradas coloridas.
Y cuando digo terror, hablo en serio. Gunn ha sido rotundo: «Es puto terror real, totalmente real. Horror psicológico, horror corporal y asqueroso». Joder, por fin alguien que entiende que no todos los personajes de DC tienen que seguir la misma fórmula de estudio.
Mike Flanagan escribiendo el guión
El genio detrás de La Maldición de Hill House ha escrito el guión basándose en el episodio «Feat of Clay» de Batman: La Serie Animada. Y aquí es donde me emociono de verdad, porque esa serie sabía contar historias oscuras sin perder la esencia del personaje.
Clayface, ese actor convertido en criminal con habilidades de cambio de forma, tiene un potencial narrativo brutal. Un ser que puede adoptar cualquier forma, que puede ser cualquier persona. Las posibilidades son infinitas, y en manos de Flanagan, esto puede ser algo realmente especial.
James Watkins dirigiendo el caos
La dirección corre a cargo de James Watkins, un tío que sabe de horror psicológico de verdad. No estamos hablando de sustos baratos ni efectos especiales vacíos. Gunn ha prometido una «cosa totalmente diferente» dentro del universo DC, y eso es exactamente lo que necesitábamos.
Esto me recuerda a lo que Snyder siempre defendió: cada personaje necesita su propio tono visual y narrativo. La diferencia es que ahora Warner parece dispuesta a respetar esa visión autoral, algo que nunca hicieron con el Snyverso.
La diversidad tonal que DC siempre necesitó
Lo que más me mola es que por fin tenemos a alguien al mando que entiende que DC no necesita uniformidad de estudio. Clayface no es Superman, no es Batman, y desde luego no necesita ser tratado como tal.
Mientras otros estudios siguen machacando las mismas fórmulas, DC se atreve a experimentar. Y no me malinterpretéis, no digo que todas las pelis de superhéroes tengan que ser terror, pero joder, qué gusto da ver que alguien tiene las pelotas de arriesgar.
Horror corporal sin concesiones
La promesa de horror corporal y psicológico me tiene completamente vendido. Clayface como concepto ya da miedo: un personaje que nació en Detective Comics en 1940 y que siempre ha tenido ese aire siniestro que pide a gritos un tratamiento de terror real.
Gunn ha dejado claro que esto va a ser horror de verdad, del que te hace retorcerte en el asiento. Nada de «terror para toda la familia» ni chorradas similares.
Creadores siendo creadores
Esto es lo que pasa cuando dejas que los autores tengan visión propia en lugar de seguir mandatos corporativos. Flanagan conoce el material, Watkins sabe dirigir terror, y Gunn tiene la visión para dejarles trabajar sin meter las narices cada cinco minutos.
Es la diferencia entre hacer cine y hacer productos de consumo. Algo que Warner nunca entendió cuando tenía la visión completa de Snyder entre las manos y decidió destrozarla por miedo al riesgo.
El futuro de DC
El 11 de septiembre de 2026 va a ser una fecha que recordar. Si Gunn mantiene esta filosofía de dejar que cada película tenga su propia personalidad, DC puede convertirse en algo realmente especial.
Nada de fórmulas, nada de jugar sobre seguro. Solo cine puro y duro, con las tripas por fuera. Exactamente lo que este universo necesitaba para demostrar que puede ser valiente cuando se lo propone.
James Gunn me ha callado la boca. Pensaba que iba a ser más de lo mismo, pero esto suena a cine de verdad. Horror real, sin concesiones, sin miedo a asustar al público. Por fin alguien entiende que la diversidad tonal es la clave, no la uniformidad de estudio.