Poder vs. creatividad: así cayó “The Hunt for Ben Solo”

Intrigas corporativas mataron “The Hunt for Ben Solo”: guion millonario, Soderbergh y Adam Driver listos… y Disney lo canceló por luchas de poder.

✍🏻 Por Alex Reyna

noviembre 1, 2025

• Disney canceló «The Hunt for Ben Solo» por luchas de poder internas, no por problemas creativos, perdiendo así un proyecto con Soderbergh y Driver ya confirmados.

• Esta cancelación revela cómo las decisiones corporativas pueden determinar qué historias de nuestras mitologías modernas llegan a contarse y cuáles se desvanecen.

• El proyecto tenía un guión completado por el que se pagó una cifra récord, demostrando que era una apuesta seria hasta que la política empresarial se interpuso.

Hay historias que nunca llegan a contarse. Proyectos que se desvanecen en los pasillos corporativos antes de que el público pueda siquiera imaginar su potencial.

En el universo de Star Wars, donde cada decisión creativa resuena a través de generaciones de fans, estas cancelaciones no son sólo pérdidas artísticas. Son ventanas hacia las fuerzas invisibles que moldean la narrativa de una galaxia muy, muy lejana.

Los Fantasmas de lo que Pudo Ser

Cuando pausé «The Rise of Skywalker» en esa escena final donde Ben Solo se desvanece, no pude evitar preguntarme qué quedaba por contar de ese personaje. La respuesta, al parecer, existía en forma de guión completado.

«The Hunt for Ben Solo» no era sólo una idea flotando en las oficinas de Lucasfilm. Era un proyecto tangible, con Steven Soderbergh preparado para escribir y dirigir. Adam Driver, quien había dado vida a Kylo Ren con una intensidad que trascendía el maniqueísmo típico de la saga, estaba dispuesto a regresar.

El guión de Scott Z. Burns, por el que recibió la suma más alta jamás pagada a un guionista en la historia de Lucasfilm, sugiere que Disney tomaba en serio este proyecto. Al menos inicialmente.

La Política del Poder en una Galaxia Corporativa

Lo fascinante de esta historia no es sólo lo que perdimos, sino por qué lo perdimos.

Las primeras versiones apuntaban a Bob Iger preocupado por la lógica narrativa: ¿cómo puede Ben Solo estar vivo después de los eventos de «The Rise of Skywalker»? Pero los nuevos detalles pintan un cuadro más complejo y, francamente, más inquietante.

Fuentes internas de Lucasfilm consideraban que la lógica de la historia era sólida y creativamente coherente. La cancelación, según múltiples testimonios, fue políticamente motivada.

Aquí es donde la realidad supera a la ficción. Mientras Ben Solo luchaba contra el lado oscuro en pantalla, su película póstuma se convertía en víctima de las luchas de poder reales en los pasillos de Disney.

El Coste de las Decisiones Corporativas

Hay algo profundamente revelador en el hecho de que Burns cobrara millones por un guión que nunca se filmará, mientras que Soderbergh y Driver no recibieron compensación alguna por su tiempo e implicación.

Es una metáfora perfecta de cómo funciona Hollywood: el papel se paga, la pasión se da por sentada.

La cancelación del proyecto aparentemente afectó la posición de ciertos ejecutivos de Disney, beneficiando a otros en la carrera por la sucesión corporativa. Josh D’Amaro y Dana Walden, según los informes, ganaron terreno en esta partida de ajedrez empresarial.

Es una ironía amarga que una saga sobre la lucha entre el bien y el mal se vea constantemente afectada por luchas de poder que poco tienen que ver con contar buenas historias.

Reflexiones Sobre el Futuro de la Narrativa

Este episodio me recuerda a esas escenas de «Blade Runner» donde los replicantes luchan por más tiempo de vida, sólo para ser desconectados por decisiones que escapan a su control.

«The Hunt for Ben Solo» era, en cierto modo, un replicante narrativo: tenía todos los componentes para existir, pero fue desconectado antes de poder respirar.

La pregunta que queda flotando es qué otras historias se pierden en estos juegos corporativos. Cuántas exploraciones profundas de personajes complejos como Ben Solo quedan sacrificadas en el altar de la política empresarial.

Como ingeniero, entiendo que las decisiones se toman basándose en múltiples variables. Pero cuando esas variables incluyen luchas de sucesión corporativa en lugar de mérito creativo, el sistema falla.


En el fondo, «The Hunt for Ben Solo» se ha convertido en algo más poderoso que cualquier película: es un símbolo de las historias que no se cuentan, de los caminos narrativos que se cierran antes de ser explorados.

Como esas civilizaciones perdidas en «Dune» que sólo conocemos por fragmentos y referencias, este proyecto cancelado nos habla de un universo de posibilidades que existió brevemente antes de desvanecerse.

Quizás sea apropiado que Ben Solo, un personaje definido por la tragedia y las oportunidades perdidas, tenga su propia película fantasma. En cierto modo, esta cancelación completa su arco narrativo de una manera que ningún guión podría haber logrado: recordándonos que algunas de las historias más poderosas son precisamente aquellas que nunca llegamos a ver.


Sobre Alex Reyna

Mi primer recuerdo de infancia es ver El Imperio Contraataca en VHS. Desde entonces, la ciencia ficción ha sido mi lenguaje. He montado Legos, he visto Interstellar más veces de las que debería, y siempre estoy buscando la próxima historia que me vuele la cabeza. Star Wars, Star Trek, Dune, Nolan… si tiene naves o viajes temporales, cuenta conmigo.

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