• La nueva película de Superman de James Gunn ya está disponible en plataformas digitales mientras sigue en cines, acelerando una tendencia que está matando la experiencia teatral tradicional.
• Warner vuelve a demostrar su obsesión por los números rápidos sacrificando la magia del cine en pantalla grande, algo que jamás habría pasado con la visión épica de Snyder.
• Esta estrategia puede ser el futuro de la distribución, pero es un futuro que cambia para siempre lo que significa ir al cine.
¿Recordáis cuando ir al cine era sagrado? Cuando una película llegaba a las salas y ahí se quedaba durante meses, obligándote a vivir esa experiencia épica en pantalla grande o quedarte sin ella para siempre.
Esos tiempos han muerto. Y la nueva Superman de James Gunn acaba de clavar el último clavo en el ataúd.
Más rápido que una bala, como diría el propio Hombre de Acero, esta película ya está disponible en digital mientras todavía puedes verla en cines. Es una jugada que dice mucho sobre hacia dónde se dirige esta industria, y no me gusta nada lo que veo.
La muerte de la experiencia cinematográfica
Esto no es casualidad, es pura estrategia de supervivencia. Los cines llevan décadas luchando: primero la televisión, luego el vídeo doméstico, después los DVD, y ahora el streaming nos tiene enganchados al sofá.
Pero aquí está la cuestión que me revienta: ¿de verdad creemos que ver Superman en el móvil puede compararse con la experiencia teatral?
Yo que he defendido a muerte la visión de Snyder, que entiendo que cada plano está pensado para esa pantalla gigante, me duele ver cómo se normaliza esta prisa por llevarlo todo al formato doméstico.
Cuando Snyder concibió sus planos épicos en Man of Steel, lo hizo pensando en que te perdieras en esa inmensidad visual que solo el cine puede ofrecer. Esa cámara lenta poética, esos contrastes perfectos, esa narrativa visual que te golpea en las tripas… todo eso se diluye en una pantalla doméstica.
Warner y su obsesión por los números
No me sorprende que Warner esté detrás de esta estrategia. La misma compañía que destrozó el Snyderverso por no entender la paciencia que requiere construir algo épico, ahora quiere resultados inmediatos en todas las ventanas.
Esta vez es diferente. No estamos hablando de una tecnología que complementa la experiencia teatral, sino de una que la está canibalizando directamente.
Los estudios están alimentando nuestra ansiedad en lugar de educar al público sobre el valor de la experiencia cinematográfica real.
El problema de fondo
Hemos perdido la paciencia como sociedad. Queremos todo ya, inmediatamente, sin esperas.
Los cines han sobrevivido a la televisión, al vídeo doméstico, a los DVD y al streaming inicial. Pero ahora los propios estudios están acelerando su destrucción.
En lugar de proteger la ventana teatral como algo sagrado, la sacrifican en el altar de los ingresos rápidos y las métricas de streaming.
¿Hacia dónde vamos?
Esta estrategia con Superman puede ser el futuro, pero no significa que sea el futuro que queremos. Estamos normalizando la mediocridad de la experiencia doméstica a costa de la magia del cine.
Los cines tendrán que reinventarse una vez más, ofrecer algo que el sofá no puede dar. Pero si los propios estudios no respetan esa diferencia, ¿cómo van a hacerlo los espectadores?
Superman merece volar en pantalla grande, no encogerse en nuestros dispositivos. Pero Warner ha decidido que los números rápidos importan más que la experiencia épica.
Y eso, amigos, es una tragedia moderna que estamos viviendo en tiempo real.
La industria cambia más rápido que una bala, sí, pero a veces la velocidad no es progreso. A veces es simplemente la forma más rápida de perder algo valioso para siempre.