• Timothée Chalamet y James Mangold se reúnen en «High Side», un thriller de atracos que fusiona motocross con drama familiar.

• La película promete ser una reflexión sobre los vínculos humanos más que un simple espectáculo de acción, recordando a los mejores films del género.

• En una industria obsesionada con franquicias, este proyecto original representa una apuesta arriesgada pero necesaria.

Cuando el cine contemporáneo parece atrapado en un bucle infinito de secuelas, surge una noticia que despierta algo parecido a la esperanza. Me recuerda a esas películas de ciencia ficción que mezclan géneros aparentemente incompatibles y terminan creando algo completamente nuevo. Como Blade Runner, que nunca fue realmente sobre replicantes, sino sobre qué significa ser humano.

La reunión de talentos específicos puede generar esa alquimia narrativa que transforma una premisa simple en algo profundo. Cuando escuchamos hablar de motocross, atracos bancarios y hermanos enfrentados, podríamos pensar en otro thriller más. Pero hay algo en esta configuración que me hace pausar y reflexionar sobre qué está realmente en juego.

El reencuentro que importa

El reencuentro entre Timothée Chalamet y James Mangold para «High Side» representa algo más que una colaboración profesional. Tras trabajar juntos en el biopic de Bob Dylan, ambos exploran un territorio completamente diferente: el mundo de los atracos visto a través del prisma de un ex-piloto de motocross.

La premisa, basada en una historia original de Jaimie Oliveira, sitúa a Chalamet como un antiguo corredor cuyo pasado familiar lo arrastra de vuelta al peligro. Su hermano distanciado lo involucra en una serie de robos que inevitablemente atraerán la atención del FBI.

Los ejecutivos de Paramount han descrito la película como una fusión entre «Heat» y «Hell or High Water». Dos films que elevaron el género más allá de la espectacularidad. Me quedé pensando en esta comparación durante días, porque ambas películas comparten algo fundamental: utilizan la acción como vehículo para explorar temas más profundos.

Más allá de la superficie

«Heat» de Michael Mann no era sobre robos; era sobre hombres definidos por su trabajo, atrapados en roles que los aíslan del mundo. «Hell or High Water» tampoco se centraba en los atracos, sino en hermanos unidos por la desesperación. Si «High Side» logra capturar esa esencia, estaremos ante algo mucho más interesante.

La elección del motocross como trasfondo añade una capa de significado que me fascina. Este deporte combina velocidad extrema con riesgo calculado, funcionando como metáfora perfecta para la vida del protagonista. Un ex-corredor que debe volver a calcular riesgos, pero esta vez las consecuencias van más allá de una caída.

Es el tipo de simbolismo que encuentro en las mejores películas de ciencia ficción: elementos aparentemente simples que revelan verdades más complejas sobre la condición humana.

La visión de Mangold

James Mangold ha demostrado una habilidad particular para encontrar humanidad en géneros rígidos. Desde «Cop Land» hasta «Logan», el director muestra interés por personajes atrapados entre la lealtad y la supervivencia. Entre lo que deben hacer y lo que quieren hacer.

La participación de Chalamet añade otra dimensión. El actor ha construido su carrera alternando entre dramas intimistas y grandes producciones, manteniendo siempre un enfoque en la complejidad emocional. Su presencia sugiere que «High Side» no será un vehículo de acción convencional.

Una apuesta necesaria

La decisión de Paramount de apostar por una historia original merece reconocimiento. En una época donde los estudios priorizan las propiedades establecidas, proyectos como este representan una bocanada de aire fresco.

Me recuerda a cuando Arrival llegó a los cines sin ser secuela de nada, solo con una historia poderosa que contar. Los ejecutivos del estudio han expresado su entusiasmo por trabajar con «artistas visionarios», una declaración que, más allá del marketing, refleja una apuesta real por la narrativa original.

El guión de Oliveira parece entender que los mejores thrillers de atracos funcionan como espejos de la sociedad. No es casualidad que tanto «Heat» como «Hell or High Water» resonaran con audiencias que enfrentaban sus propias crisis.

El futuro de las historias originales

En un panorama cinematográfico saturado de fórmulas predecibles, «High Side» emerge como una promesa. La combinación de motocross y atracos bancarios podría parecer extraña, pero las mejores películas suelen nacer de yuxtaposiciones inesperadas.

Si Mangold y Chalamet logran capturar la esencia de sus referencias mientras crean algo genuinamente original, estaremos ante una de esas raras ocasiones donde la industria recuerda su capacidad para sorprender.

Porque al final, como en las mejores historias de ciencia ficción, las mejores historias de atracos nunca son sobre el dinero que se roba, sino sobre el precio que pagamos por nuestras decisiones. Y eso, en cualquier galaxia, siempre será relevante.