• Allan Heinberg reveló que se planteó incluir un cameo de Batman de Robert Pattinson en el funeral de Morfeo para el final de The Sandman.
• Para mí, esto demuestra una vez más cómo las decisiones corporativas de Warner siguen limitando la visión creativa, igual que hicieron con el Snyderverso.
• Una oportunidad perdida que habría conectado perfectamente con el universo DC, algo que Snyder siempre entendió mejor que los ejecutivos.
¿Os imagináis por un momento ver a Robert Pattinson apareciendo en el funeral de Morfeo? Pues casi ocurre. Allan Heinberg, el showrunner de The Sandman, ha soltado una bomba que me ha dejado con sentimientos encontrados: estuvieron a punto de traer al Batman de Matt Reeves para el final de la serie de Netflix.
Y claro, como era de esperar, la cosa se quedó en nada más que una conversación «breve».
Es fascinante y frustrante a la vez pensar en las posibilidades que se quedan en el tintero por cálculos corporativos. Cuando tienes material tan rico como el de Neil Gaiman, donde los universos se entrelazan de forma natural, ¿por qué limitarse?
Ya sabemos cómo funcionan estas cosas en Warner. Lo hemos visto demasiadas veces.
El cameo que pudo ser épico
Heinberg no se anduvo con rodeos: «Hablamos sobre si Robert Pattinson querría venir al funeral. Brevemente, lo discutimos, pero solo brevemente».
Es una puta pena. En el cómic original, Batman sí aparece en el velatorio de Morfeo, interactuando con otros personajes del universo DC de forma completamente natural.
La serie decidió mantener las conexiones DC en segundo plano. Es comprensible, pero duele cuando piensas en el potencial narrativo perdido.
Es como tener todos los ingredientes para el guiso perfecto y usar solo la mitad porque «es más seguro». Snyder nunca habría tenido ese miedo a conectar universos.
Las referencias que sí llegaron
No todo está perdido. El episodio bonus incluye referencias a Superman que fueron completamente intencionadas.
«Superman es el más limpio. He estado metiendo cosas de DC Comics en todo lo que he escrito desde que tengo memoria», explicó Heinberg.
Estas referencias muestran el carácter idealista de Sexton, su amor por los superhéroes. Es una forma sutil de conectar con ese universo más amplio sin grandes aspavientos.
Pero joder, qué diferencia con la visión original que teníamos con Zack. Él entendía que estos universos están hechos para conectarse, para respirar juntos.
La visión limitada por las decisiones corporativas
Lo que más me jode es que volvemos a ver el mismo patrón: los creativos tienen ideas brillantes, entienden el material, saben conectar las piezas… pero las decisiones de arriba lo complican todo.
¿Cuántas veces hemos visto esto ya? Creativos con visión clara que se topan con muros corporativos.
Heinberg claramente entiende la importancia de esas conexiones del universo DC. Pero Warner sigue siendo Warner.
No estoy diciendo que The Sandman sea malo tal como está, porque la serie es cojonuda. Pero imagínate lo que podría haber sido con libertad total para explorar las conexiones.
Es exactamente lo que pasó con el Snyverso: una visión coherente, interconectada, que se quedó a medias por decisiones de despacho.
El equilibrio entre fidelidad y adaptación
La serie ha logrado mantener la esencia de Gaiman navegando por las aguas turbias de los derechos y las decisiones de estudio.
Pero casos como este nos recuerdan que siempre hay un «qué hubiera pasado si» rondando por ahí.
Heinberg ha demostrado que respeta el material original. Sus comentarios sobre incluir referencias DC «en todo lo que ha escrito» demuestran que no es casualidad, sino decisión creativa consciente.
Me recuerda a cómo Snyder siempre respetaba el material fuente, pero lo elevaba visualmente. Esa épica de verdad, no la de cartón que vemos ahora.
El futuro de las conexiones DC
Con The Sandman renovada para segunda temporada, queda esperanza de que estas conexiones se exploren más.
Aunque sea de forma sutil, cualquier guiño al universo más amplio es bienvenido.
La clave está en encontrar equilibrio entre mantener la identidad propia de The Sandman y reconocer que forma parte de algo más grande.
Porque al final, esa es la magia del universo DC: todo está conectado. Snyder lo entendía perfectamente en su trilogía.
Una oportunidad perdida
Al final del día, The Sandman sigue siendo una serie excepcional que respeta su material fuente.
Pero declaraciones como las de Heinberg nos recuerdan que siempre hay margen para más, para esas conexiones que harían que los fans nos levantáramos del sofá gritando.
Nos quedamos con la imagen mental de Robert Pattinson en el funeral de Morfeo. Una escena que habría sido puro cine y que se quedó en una conversación «breve».
Porque así funcionan las cosas en este mundillo: las mejores ideas se quedan en el tintero, perdidas para siempre en los pasillos de las decisiones corporativas.
Como el Snyderverso. Como tantas otras visiones originales que Warner ha enterrado.