• Dragon Ball Daima tenía un diseño secreto de Gohan en versión mini creado por Akira Toriyama que nunca se utilizó en la serie.
• La ausencia de personajes tan queridos como Gohan en una celebración del 40º aniversario resulta decepcionante y parece más una decisión comercial que artística.
• Esta revelación deja un sabor agridulce sobre las oportunidades perdidas en lo que debería haber sido un homenaje completo al legado de Dragon Ball.
¿Os imagináis abrir un regalo de cumpleaños y que falte la mitad de lo que esperabais? Eso es exactamente lo que siento al enterarme de los secretos de Dragon Ball Daima. Toriyama-sensei diseñó una versión chibi de Gohan que jamás veremos, y sinceramente, me duele un poquito el kokoro.
Como fan de toda la vida que creció viendo las aventuras de Goku por las tardes, esta noticia me ha dejado con sentimientos encontrados. Es como cuando Studio Ghibli guarda bocetos preciosos que nunca llegan a convertirse en película.
El Gohan que nunca fue
Según reveló Akio Iyoku, presidente de Capsule Corporation Tokyo, el equipo tenía un as en la manga. «Hicimos que el sensei lo dibujase, por si acaso», confesó refiriéndose al diseño secreto de Gohan mini.
¿En serio? ¿Tenían el diseño listo y decidieron no usarlo? Es como tener el guión perfecto guardado en un cajón. La premisa de Daima gira en torno a personajes convertidos en versiones miniatura, así que era el momento perfecto para incluir a Gohan.
Lo que más escuece es que Gohan y Videl brillan por su ausencia en esta supuesta celebración. En el anime, la única mención es Goku explicando que está «ocupado estudiando». Ni siquiera se molestaron en darle una despedida digna.
Como alguien que se emociona hasta las lágrimas con los momentos familiares de Dragon Ball (sí, lloré con GT, no me juzguéis), esta decisión me parece un desperdicio tremendo. Imagináos las dinámicas entre un Goku mini y un Gohan mini. El material se escribía solo.
Entre celebración y negocio
Esta situación me hace reflexionar sobre algo preocupante en la industria del anime. A veces parece que las decisiones se toman más pensando en estrategias comerciales que en honrar el material original.
Entiendo que el anime es un negocio. Studios como MAPPA también tienen que comer. Pero cuando celebras cuatro décadas de una obra tan influyente, esperarías que la nostalgia pesase más en la balanza.
Mantener este diseño como «plan de contingencia» me suena a esas estrategias donde guardan contenido para posibles DLCs futuros. Es comprensible empresarialmente, pero deja un sabor agridulce.
Lo que más me duele es pensar en Toriyama-sensei dedicando tiempo a crear este diseño, poniendo su cariño en cada trazo, para que quede archivado en algún ordenador de Toei Animation. Sus diseños siempre han tenido esa magia especial, esa capacidad de hacer naturales las transformaciones más absurdas.
La esperanza permanece
Al final, Dragon Ball Daima sigue siendo una adición bienvenida al universo que amamos. Pero no puedo evitar sentir que se perdió una oportunidad dorada para este aniversario tan importante.
Esta revelación me deja con esa sensación de «¿y si…?» que te acompaña cuando sabes que algo genial podría haber sido pero no fue. Como fan, solo espero que algún día podamos ver ese diseño cobrar vida.
Mientras tanto, me quedo con la esperanza de que Daima, a pesar de estas ausencias, logre capturar esa magia que nos enamoró de la serie original. Porque al final, ¿no es eso lo que buscamos? Esa sensación de volver a ser niños viendo a nuestros héroes favoritos, aunque sea en versión mini.