¿Puede el cine español sobrevivir al tsunami de Hollywood y el streaming?

Hollywood se lleva el 60% de la taquilla española con solo el 20% de películas. ¿Qué frena al cine local y cómo podemos cambiarlo?

✍🏻 Por Lucas Ferrer

septiembre 22, 2025

• La industria audiovisual española se enfrenta al dominio aplastante de las plataformas estadounidenses, que representan el 60% de la taquilla con solo el 20% de las películas exhibidas.

• La inteligencia artificial debe ser vista como una herramienta de creación de empleo, no como una amenaza, aunque existe el riesgo de homogeneización cultural si no se gestiona correctamente.

• España necesita urgentemente leyes más robustas de protección de propiedad intelectual para que los creadores puedan competir en igualdad de condiciones con el resto de Europa.

Los números no mienten. Cuando veo que las películas estadounidenses ocupan apenas el 20% de las pantallas españolas pero se llevan el 60% de los ingresos, me quedo pensando en lo que esto dice sobre nosotros como audiencia. ¿Somos realmente tan predecibles, o es que la maquinaria de Hollywood simplemente funciona mejor?

Esta reflexión cobra sentido después de analizar las conclusiones del encuentro europeo celebrado en San Sebastián, donde los líderes de la industria audiovisual española se reunieron para hablar de los retos que nos esperan. Porque si algo he aprendido después de años siguiendo la taquilla, es que detrás de cada cifra hay una historia, y la que emerge de esta conferencia es la de una industria en plena transformación.

La inteligencia artificial: ¿amenaza u oportunidad?

El debate sobre la IA en el audiovisual me recuerda a cuando llegó el sonoro al cine y todos pensaban que se acabaría el mundo. Los ponentes de la conferencia, organizada por el Ministerio de Transformación Digital, fueron claros: la inteligencia artificial no viene a quitarnos el trabajo, sino a crear nuevos empleos.

Pero aquí viene lo interesante. Mientras que la industria se esfuerza por vender la IA como la panacea, existe una preocupación legítima sobre la homogeneización cultural. Como bien apuntó Nathalie Martínez: «Lo que creamos debería representarnos. Deberíamos tener historias originales».

Y tiene razón. Si dejamos que los algoritmos decidan qué historias contar basándose únicamente en datos de éxito previo, corremos el riesgo de crear un cine predecible y sin alma. Es como si Netflix decidiera hacer solo series sobre narcotraficantes porque «La Casa de Papel» funcionó bien.

El talón de Aquiles: la propiedad intelectual

Aquí es donde los números se vuelven realmente reveladores. Alfonso Blanco lo resumió perfectamente: «Necesitamos una ley que proteja al creador y al producto». Cuando comparas el marco legal español con el de otros países europeos, entiendes por qué nuestros creadores tienen las de perder.

El sistema actual hace que sea tremendamente difícil para los creadores retener los derechos sobre sus obras. Es como jugar al Monopoly con las reglas cambiadas: por mucho talento que tengas, si no puedes quedarte con tus propiedades, nunca vas a ganar la partida.

Esta debilidad en la protección de la propiedad intelectual no es solo un problema legal, es un problema económico que se refleja directamente en la taquilla. Cuando los creadores no pueden capitalizar sus éxitos, la industria local se debilita y el mercado queda en manos de los grandes estudios extranjeros.

El dominio estadounidense: más que números

Volvamos a esa cifra que me obsesiona: el 60% de la taquilla española en manos del cine estadounidense. No es casualidad. Es el resultado de décadas de una maquinaria perfectamente engrasada que sabe cómo llegar al público global.

Para ponerlo en perspectiva: mientras «Spider-Man: No Way Home» recaudó más de 20 millones de euros en España, la película española más taquillera de 2021, «El Buen Patrón», apenas superó los 3 millones. La diferencia no está solo en el presupuesto, sino en la estrategia de distribución y marketing.

Lo que más me llama la atención es que solo el 44% de las películas europeas viajan internacionalmente. Estamos creando contenido que se queda en casa mientras consumimos masivamente productos de fuera. Es como tener un restaurante que hace la mejor paella del mundo pero solo la sirve a los vecinos del barrio.

Las coproducciones europeas: unidos somos más fuertes

La conferencia también puso sobre la mesa la necesidad de crear un modelo audiovisual europeo más unificado. Y aquí veo una oportunidad real. Si conseguimos armonizar los marcos legales y facilitar las coproducciones transfronterizas, podríamos crear contenido con presupuestos más competitivos y mayor alcance internacional.

Pensad en «The Crown», una coproducción británica que Netflix convirtió en fenómeno global. O en «Lupin», que siendo francesa conquistó audiencias mundiales. El contenido era genuinamente europeo, pero tenía la plataforma y el músculo financiero para competir.

El reto está en superar las diferencias culturales y legales entre países. Es complejo, pero no imposible. Al fin y al cabo, si Europa consiguió crear una moneda común, debería poder crear un espacio audiovisual común.

El streaming: el nuevo campo de batalla

Los datos son contundentes: el 70% del mercado de streaming español está en manos de plataformas no europeas. Netflix, Amazon Prime, Disney+… todas estadounidenses. Es como si hubiéramos entregado las llaves de nuestro entretenimiento a Silicon Valley.

Esto no significa que debamos declarar la guerra a las plataformas americanas, pero sí que necesitamos crear alternativas viables. Y para eso, volvemos al principio: necesitamos mejores leyes de propiedad intelectual, más colaboración europea y una visión estratégica a largo plazo.

El futuro está en nuestras manos

La industria audiovisual española está en una encrucijada. Podemos seguir siendo espectadores de nuestro propio mercado o podemos tomar las riendas y crear un ecosistema que funcione para nosotros.

Los números que salen de San Sebastián no son solo estadísticas, son una llamada de atención. Tenemos talento, tenemos historias que contar y tenemos público. Lo que nos falta es la estructura legal y empresarial para competir en igualdad de condiciones.

Si hay algo que me han enseñado años analizando la taquilla es que en el cine, como en la vida, las tornas pueden cambiar muy rápido. Solo hace falta que alguien se atreva a apostar por el talento local con la misma convicción que ponemos en las superproducciones de Hollywood.


Apasionado por los números que cuentan historias, llevo más de 12 años desentrañando qué hay detrás del éxito (o fracaso) en taquilla. Para mí, cada cifra es un reflejo del público y la industria, y me encanta traducir esos datos en análisis claros y sorprendentes.

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