Por qué LOKI fue la serie más desperdiciada del MCU (y me duele admitirlo)

La serie de Loki sacrificó su premisa y variantes por montar el multiverso y un Kang sin payoff. Brilla Hiddleston, pero el MCU la convirtió en preparación.

✍🏻 Por Clara Domenech

noviembre 2, 2025

• La serie de Loki desperdició una premisa brillante por centrarse demasiado en conectar con el multiverso en lugar de explorar su potencial narrativo único.

• Como fan de Marvel desde los cómics, es frustrante ver cómo se sacrificó el desarrollo de personajes fascinantes por las prisas de establecer el próximo gran villano.

• El cambio de planes con Kang convierte gran parte de la serie en una configuración que nunca tendrá payoff, dejando un sabor agridulce.

¿Os acordáis de esa sensación de estar viendo algo especial cuando se estrenó Loki? Yo la recuerdo perfectamente. Después de años siguiendo al Dios de las Mentiras desde Journey into Mystery hasta su evolución en el MCU, por fin teníamos una serie que prometía explorar en profundidad uno de los personajes más complejos de Marvel.

La premisa era irresistible: Loki atrapado en una burocracia temporal, resolviendo crímenes en diferentes épocas mientras descubría versiones alternativas de sí mismo. Sonaba como el sueño de cualquier fan.

Pero como suele pasar cuando Marvel se emociona demasiado con sus planes a largo plazo, la ejecución no estuvo a la altura. Dos años después, con la perspectiva que da el tiempo, es inevitable preguntarse: ¿realmente aprovechó Loki todo su potencial?

El procedural temporal que nunca fue

Cuando nos presentaron la TVA, muchos pensamos que estábamos ante algo revolucionario: un procedural temporal dentro del MCU. La idea de Loki y Mobius investigando anomalías en diferentes épocas tenía un potencial narrativo enorme.

Pero la serie apenas arañó la superficie de esta premisa.

En lugar de explorar casos fascinantes que nos llevaran por la historia, la serie se centró rápidamente en la mitología interna de la TVA. La revelación de los Guardianes del Tiempo como farsantes fue brillante, sí, pero echamos de menos esas aventuras episódicas que podrían haber dado tanto juego.

Las variantes desperdiciadas

Si hay algo que me duele como fan de los cómics es cómo se desaprovecharon las variantes de Loki en «Journey into Mystery». Teníamos a Loki Clásico, Loki Cocodrilo, Loki Presidente… un buffet de posibilidades narrativas que apenas se exploraron.

Estos personajes podrían haber dado para episodios enteros. En los cómics, las diferentes versiones de Loki han protagonizado algunas de las historias más memorables del personaje. Aquí se quedaron en poco más que cameos divertidos.

Una pena monumental.

El problema Kang

Hablemos del elefante en la habitación: Jonathan Majors como El Que Permanece. En su momento, su introducción fue electrizante. Parecía que Marvel había encontrado a su próximo Thanos.

Pero los planes cambiaron.

Ahora, al revisar la serie, es imposible no sentir que estamos viendo la configuración de una historia que nunca se va a contar. Es como leer los primeros capítulos de una novela sabiendo que el autor nunca escribió el final.

Ritmo errático

La primera temporada tenía una cohesión narrativa que se perdió en la segunda. Mientras que los primeros seis episodios fluían hacia su clímax, la segunda temporada se sintió más errática, con episodios que daban vueltas en círculo.

Kate Herron estableció un tono muy específico en la primera temporada que no se mantuvo completamente. Esto no significa que la segunda fuera mala, pero sí que perdió parte de esa magia especial.

Doce episodios no son suficientes

Para contar una historia de esta magnitud, doce episodios se quedan cortos. Marvel se ha acostumbrado a estos formatos de seis episodios, pero algunas historias necesitan más espacio para respirar.

Loki era una de ellas.

Un final agridulce

El final de la segunda temporada es emocionalmente poderoso. Ver a Loki convertirse en el Dios de las Historias, sacrificándose para mantener el multiverso, es épico y funciona a nivel emocional.

Pero también hace que gran parte del desarrollo anterior parezca irrelevante. Todos esos intentos de arreglar el telar temporal se resuelven con Loki tomando el control de todo.

Es satisfactorio pero también frustrante.

El veredicto final

Loki sigue siendo una de las mejores series del MCU, y eso dice mucho tanto de sus virtudes como de la competencia. Tom Hiddleston entrega una interpretación magistral que evoluciona el personaje de formas inesperadas.

Pero también es víctima de los problemas más amplios del MCU: la obsesión por conectarlo todo, la prisa por establecer el siguiente gran arco, y la tendencia a sacrificar la narrativa individual en favor del plan maestro.

Al final, Loki funciona mejor como pieza independiente que como parte del rompecabezas más grande. Y quizás esa sea la lección más dura de todas.

Como fan que ha seguido este universo desde el principio, duele ver cómo el potencial se queda a medias. Pero hey, al menos nos quedan esos momentos brillantes que nos recuerdan por qué nos enamoramos de estos personajes en primer lugar.


Crecí con los cómics de Marvel y me enamoré del MCU desde el primer “I am Iron Man”. Me encanta seguir teorías, analizar tramas y perderme en cada nuevo estreno, pero también sé cuándo algo no está a la altura. Disfruto del hype, pero escribo con criterio. Porque si no le exigimos al cine que mejore, ¿entonces para qué estamos aquí?

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