Netflix produjo 14.000 películas en 10 años… y estas son las PEORES

Netflix produjo 14.000 películas en una década: analizamos sus peores ejemplos y cómo la sobreproducción, el algoritmo y la inmediatez erosionan la calidad cinematográfica.

✍🏻 Por Tomas Velarde

octubre 14, 2025

• Netflix ha producido aproximadamente 14.000 películas en la última década, una cifra que estadísticamente garantiza la existencia de auténticos desastres cinematográficos.

• La democratización de la producción que ofrece la plataforma, si bien ha dado cabida a voces diversas, también ha permitido que lleguen a nuestras pantallas obras de una mediocridad alarmante.

• Este análisis de los peores films de Netflix nos recuerda que la cantidad nunca debe anteponerse a la calidad artística, una lección que Hollywood aprendió hace décadas.

En una época donde el algoritmo parece dictar nuestros gustos cinematográficos, resulta paradójico que tengamos acceso a más contenido que nunca y, sin embargo, nos encontremos navegando en un océano de mediocridad.

Netflix, ese gigante del streaming que ha revolucionado nuestra forma de consumir cine, nos presenta una realidad incómoda: no todo lo que brilla en la pantalla de inicio merece nuestra atención.

Como espectador que ha presenciado la evolución del séptimo arte desde los albores del cine sonoro hasta esta era digital, no puedo sino observar con cierta melancolía cómo la facilidad de producción ha dado paso a una inflación de contenido que, en muchos casos, carece de la esencia misma del buen cine.

La democratización de la creación cinematográfica, si bien loable en sus intenciones, ha traído consigo una consecuencia inevitable: la proliferación de obras que jamás habrían visto la luz en los estudios clásicos de Hollywood, donde cada proyecto pasaba por filtros rigurosos de calidad.

Hoy, armados con la sabiduría que otorgan décadas de cinefilia, nos adentramos en un territorio peligroso pero necesario: el análisis de aquellas producciones que representan lo peor que la plataforma roja ha ofrecido en su última década de existencia.

El Dilema de la Sobreproducción

Netflix ha logrado una hazaña que ni los magnates de la época dorada de Hollywood habrían imaginado: producir aproximadamente 14.000 películas en tan solo diez años.

Esta cifra, que podría impresionar a los ejecutivos más ambiciosos, esconde una realidad que cualquier estudioso del cine comprende de inmediato: la imposibilidad estadística de mantener un estándar de calidad uniforme.

Recordemos que incluso los grandes maestros del cine tuvieron sus tropiezos. Hitchcock nos regaló «Topaz» junto a «Vértigo», y Kubrick, ese perfeccionista obsesivo, tardaba años en concebir cada obra maestra.

La diferencia radica en que aquellos cineastas entendían que el cine es, ante todo, un arte que requiere tiempo, reflexión y, sobre todo, respeto hacia el espectador.

La plataforma, con sus aproximadamente 470.000 títulos disponibles, ha creado un ecosistema donde la cantidad se ha convertido en el nuevo paradigma.

Sin embargo, como bien señalaba Billy Wilder, «si tienes un problema con el tercer acto, el problema real está en el primer acto». Netflix parece haber olvidado esta máxima fundamental.

Producciones como «The Ridiculous 6» o «The Do-Over» ejemplifican perfectamente esta filosofía de producción masiva sin criterio artístico, donde el presupuesto millonario no logra ocultar la pobreza narrativa.

La Democratización y Sus Consecuencias

La facilidad con la que Netflix produce contenido ha permitido que voces antes silenciadas encuentren su lugar en el panorama cinematográfico.

Esta democratización, innegablemente positiva en muchos aspectos, ha traído consigo una consecuencia inesperada: la llegada masiva de proyectos que carecen de la madurez narrativa y técnica que caracteriza al buen cine.

En mis años como observador del séptimo arte, he aprendido a valorar la importancia de la puesta en escena, esa construcción meticulosa que convierte una simple secuencia de imágenes en una experiencia cinematográfica memorable.

Cuando analizo las producciones más desafortunadas de Netflix, encuentro un denominador común: la ausencia de esa comprensión profunda del lenguaje cinematográfico.

Es como si muchos de estos films hubieran sido concebidos por algoritmos en lugar de por cineastas.

La falta de coherencia narrativa, la puesta en escena descuidada y, lo que resulta más preocupante, el desprecio hacia la inteligencia del espectador, son características recurrentes en estas producciones fallidas.

El Horror de la Mediocridad

El género de terror, que en manos maestras como las de Hitchcock se convertía en una sinfonía de tensión psicológica, ha sufrido particularmente en el catálogo de Netflix.

Muchas de estas producciones confunden el susto barato con el verdadero horror cinematográfico, ese que nace de la construcción atmosférica y la sugerencia inteligente.

Recuerdo vívidamente la secuencia de la ducha en «Psicosis», donde cada corte, cada ángulo, cada nota de la partitura de Bernard Herrmann contribuía a crear una experiencia cinematográfica inolvidable.

En contraste, las peores producciones de terror de Netflix parecen haber sido montadas con la sutileza de un martillo neumático.

Films como «The Open House» demuestran cómo la ausencia de una dirección cinematográfica sólida puede convertir premisas prometedoras en ejercicios de frustración para el espectador.

La animación, otro género que ha sufrido en manos de la plataforma, nos recuerda la importancia del cuidado artesanal.

Mientras que los estudios clásicos de animación entendían que cada fotograma era una obra de arte en sí misma, muchas producciones actuales parecen haber sido creadas con la única intención de llenar espacios en el catálogo.

La Acción Sin Alma

El cine de acción, que en manos de maestros como Kurosawa se convertía en ballet visual, ha encontrado en Netflix un terreno particularmente árido.

Las peores producciones del género en la plataforma adolecen de una comprensión fundamental: la acción sin contexto emocional es mero ruido visual.

Kurosawa nos enseñó que cada movimiento de cámara debe tener un propósito narrativo, que cada secuencia de acción debe servir al desarrollo del personaje y la historia.

Las producciones más desafortunadas de Netflix parecen haber olvidado estas lecciones básicas, optando por el espectáculo vacío sobre la sustancia narrativa.

La sobreproducción ha llevado a que muchos de estos films carezcan de la pausa reflexiva que caracteriza al gran cine.

Todo debe ser inmediato, explosivo, llamativo, como si el silencio y la contemplación fueran enemigos del entretenimiento moderno.

El montaje frenético reemplaza a la construcción dramática, y los efectos digitales intentan compensar la ausencia de una dirección de actores competente.

El Problema de la Inmediatez

En esta era de consumo inmediato, Netflix ha caído en la trampa de confundir velocidad de producción con eficiencia creativa.

Los grandes cineastas del pasado entendían que el arte requiere tiempo de gestación, que una idea debe madurar antes de convertirse en imagen.

La presión por alimentar constantemente el algoritmo con contenido nuevo ha resultado en una producción apresurada que se refleja en la calidad final de muchas obras.

Es como si la plataforma hubiera olvidado que el cine, en su esencia más pura, es un medio de comunicación que requiere precisión y cuidado.

Esta inmediatez se traduce en guiones sin pulir, actuaciones dirigidas sin criterio y, lo que resulta más grave, historias que no tienen nada que decir pero insisten en decirlo durante noventa minutos.

La fotografía descuidada, donde la iluminación parece un pensamiento tardío, contrasta dolorosamente con la meticulosidad visual de maestros como Sven Nykvist en las obras de Bergman.

La Responsabilidad del Espectador

Como cinéfilos, tenemos la responsabilidad de ser selectivos con nuestro tiempo y atención.

La abundancia de opciones no debe convertirse en una excusa para el consumo indiscriminado de contenido mediocre.

Cada vez que elegimos ver una producción de calidad cuestionable, estamos enviando un mensaje al mercado sobre nuestras expectativas.

La educación cinematográfica del público es fundamental para elevar el nivel general de las producciones.

Un espectador que conoce y aprecia las obras maestras del cine será naturalmente más exigente con el contenido contemporáneo.

Netflix, con todo su poder e influencia, tiene la oportunidad de ser un mecenas del buen cine, pero esto solo será posible si nosotros, como audiencia, demandamos calidad por encima de cantidad.

La curaduría inteligente debe prevalecer sobre la saturación algorítmica.

Enfrentados a este panorama de sobreproducción y mediocridad ocasional, no podemos sino reflexionar sobre el futuro del séptimo arte.

Netflix, en su afán por satisfacer todos los gustos y algoritmos posibles, ha creado un catálogo donde conviven obras maestras contemporáneas con auténticos desastres cinematográficos.

La clave, como siempre en el cine, reside en la curaduría inteligente y el respeto hacia el espectador que busca algo más que mero entretenimiento superficial.

La lección que debemos extraer de este análisis no es el rechazo absoluto hacia las nuevas formas de producción, sino la necesidad urgente de aplicar los mismos criterios de calidad que han distinguido al gran cine a lo largo de su historia.

Porque al final, independientemente de la plataforma o el presupuesto, el buen cine siempre encontrará su camino hacia aquellos espectadores que saben reconocerlo y valorarlo.

La responsabilidad, tanto de creadores como de audiencia, es asegurar que esa tradición de excelencia cinematográfica no se diluya en el océano infinito del contenido digital.


Cinéfilo empedernido, coleccionista de vinilos de bandas sonoras y defensor de la sala de cine como templo cultural. Llevo más de una década escribiendo sobre cine clásico, directores de culto y el arte de la narrativa visual. Creo que no hay nada como un plano secuencia bien ejecutado y que el cine perdió algo cuando dejó de oler a celuloide.

Document

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

books

SOLO EN

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

SOLO EN

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
>