Netflix demuestra que Aquaman 2 nunca fue el fracaso que Warner vendió

Aquaman y el Reino Perdido, ninguneada por crítica y estudio, renace en Netflix: el público la convierte en éxito y firma la despedida del DCEU con justicia poética.

✍🏻 Por Iván Salcedo

noviembre 29, 2025

• Aquaman y el Reino Perdido encuentra su verdadero público en Netflix tras ser maltratada por estudios y crítica especializada.

• El DCEU merece una despedida más digna que el silencio mediático con el que han enterrado su legado.

• Jason Momoa continuará en DC como Lobo, cerrando para siempre su etapa como Arthur Curry.

¿Sabéis qué me revienta? Que una película tenga que «redimirse» en streaming después de que los estudios la hayan tratado como basura. Pero aquí estamos, viendo cómo Aquaman y el Reino Perdido encuentra por fin su público en Netflix, lejos del ruido mediático y las expectativas infladas de Hollywood.

Y es que hay algo poético en todo esto. La última película del DCEU, ese universo que comenzó con la visión épica de Snyder en El Hombre de Acero, encuentra su despedida silenciosa en las pantallas de casa. Sin fanfarrias, sin campañas millonarias, solo el boca a boca de quien sabe reconocer cuando algo funciona.

El fracaso que no era tanto fracaso

Vamos a poner las cosas en perspectiva. Aquaman y el Reino Perdido recaudó 440 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 205 millones. ¿Fracaso? Por favor.

Pero claro, la crítica le dio un 33% en Rotten Tomatoes. Los mismos que probablemente aplaudieron cualquier bodrio «artístico» que pasase por sus manos. Mientras tanto, la audiencia le otorgó un 79% en el Popcornmeter.

¿Sabéis qué significa eso? Que la gente normal, la que va al cine a pasárselo bien, entendió perfectamente lo que James Wan estaba haciendo.

Netflix: donde las películas encuentran su verdadero valor

Y ahora resulta que la película es la segunda más vista en Netflix Estados Unidos. ¿Casualidad? Para nada. Es la prueba de que cuando quitas el ruido mediático y las expectativas absurdas, el público encuentra lo que realmente vale la pena.

Me recuerda a lo que pasó con la Liga de la Justicia de Snyder. Años de campaña hasta que por fin pudimos ver la visión real del director. Aquí no hace falta tanto drama, pero el principio es el mismo: dale tiempo al público para que descubra las cosas por sí mismo.

James Wan sabía lo que hacía. El tío dirigió Saw, Insidious, Expediente Warren… y luego se metió en el mundo de los superhéroes con una visión única. Su Aquaman siempre tuvo esa mezcla perfecta entre espectáculo visual y aventura clásica.

El final de una era

Lo que más me duele es que esta película marca el final definitivo del DCEU. Ese universo que comenzó en 2013 con El Hombre de Acero, que nos dio momentos épicos como el «Do you bleed?» de Batman, o la resurrección de Superman en la Liga de la Justicia de Snyder.

Ahora James Gunn y Peter Safran han tomado las riendas con su DCU, empezando de cero con una nueva película de Superman. Vale, entiendo la lógica comercial, pero joder, duele ver cómo se cierra un capítulo así, casi de puntillas.

Al menos Jason Momoa seguirá en el universo DC, pero como Lobo. Y no me malinterpretéis, me parece una elección cojonuda. Momoa tiene esa energía salvaje perfecta para el personaje. Pero también significa que su Arthur Curry se queda aquí, en esta película que ahora triunfa en streaming.

La venganza silenciosa del streaming

¿Sabéis qué es lo más irónico de todo? Que las plataformas de streaming se han convertido en el lugar donde las películas encuentran su verdadero valor. Sin la presión del primer fin de semana, sin la histeria de los medios.

Aquaman y el Reino Perdido está demostrando que tenía público, que tenía valor, que merecía más respeto del que recibió. Es la venganza silenciosa de una película que nunca tuvo una oportunidad justa.

Y esto me hace pensar en cuántas otras obras habrán pasado por lo mismo. Cuántas películas masacradas por la crítica están esperando su momento en streaming para demostrar lo que realmente valen.

El legado que perdura

Al final, lo que importa no son las cifras del primer fin de semana ni las reseñas de cuatro críticos amargados. Lo que importa es si una película conecta con su público, si merece ser recordada.

Aquaman y el Reino Perdido está demostrando que sí, que tenía algo especial. Que el DCEU, pese a todos sus problemas y decisiones cuestionables de los estudios, dejó películas que merecen ser vistas y disfrutadas.

Es una lección para todos: a veces hay que darle tiempo al tiempo. A veces las mejores historias se cuentan en el silencio de quien descubre algo especial cuando nadie está mirando.

La última película del DCEU ha encontrado su lugar en el mundo, lejos de los focos pero cerca del corazón de quien sabe apreciar el buen cine de aventuras. Y al final, ¿no es eso lo que realmente importa?


Soy un apasionado del cine de autor y creo firmemente en las visiones arriesgadas, no en los productos hechos por comité. Sí, pienso que Zack Snyder fue incomprendido. Sí, Batman v Superman es una obra mayor. Si eso te molesta… probablemente no te guste lo que escribo. Pero si te intriga, quédate. Prometo argumentos, no gritos.

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