• My Hero Academia concluye tras casi una década, pero Koki Terumoto emerge como el protagonista perfecto para una posible secuela que explore el heroísmo en una sociedad en proceso de sanación.

• Este nuevo personaje encarna exactamente lo que necesita la franquicia: una perspectiva fresca que conecte el trauma del pasado con la esperanza del futuro.

• El final confirma la segunda temporada de Vigilantes y ese «Nuestra historia continúa…» que me ha puesto la piel de gallina sugiere que hay mucho más por explorar.

¿Conocéis esa sensación agridulce cuando termina una serie que ha sido vuestra compañera durante años? Esa mezcla de satisfacción y vacío que te deja mirando la pantalla preguntándote «¿y ahora qué?». Exactamente eso me pasó el 13 de diciembre con el último episodio de My Hero Academia.

Pero justo cuando pensaba despedirme para siempre de este universo, aparece Koki Terumoto. Un personaje que en apenas unos minutos ha conseguido hacerme pensar «ostras, esto podría ser solo el principio».

El legado de una década

Después de tantos años siguiendo a Deku y la Clase 1-A, es inevitable sentir nostalgia. My Hero Academia no solo nos dio superhéroes increíbles y peleas épicas (que MAPPA y Bones han animado de forma espectacular), sino que exploró qué significa ser un héroe en una sociedad compleja.

La serie siempre destacó por mostrar que el heroísmo no es solo tener un Quirk poderoso. Es sobre conexión humana, entender el dolor ajeno y construir una sociedad mejor. Por eso la introducción de Koki Terumoto me parece tan brillante.

Un nuevo protagonista para una nueva era

Koki no es vuestro típico protagonista shonen. Este chaval viene con un bagaje emocional que da vértigo. Su Quirk, aparentemente relacionado con algo oscuro y perturbador, le ha traído una infancia de aislamiento y trauma.

Es el tipo de personaje que me recuerda por qué amo tanto los slice of life más profundos como March Comes in Like a Lion. Esas historias que no tienen miedo de explorar el dolor real de crecer, pero siempre con esa calidez que te abraza el corazón.

Lo que más me emociona es cómo encaja perfectamente con el mensaje central de MHA. Fue salvado por una mujer que había tenido un encuentro previo con Shigaraki, creando una conexión narrativa preciosa entre el pasado traumático de la serie y su futuro esperanzador.

Verle convertirse en estudiante de U.A. después del salto temporal no es solo nostalgia. Es una declaración sobre cómo ha evolucionado esta sociedad. Ahora ser héroe es más difícil precisamente porque hay menos villanos, planteando preguntas fascinantes sobre el propósito del heroísmo en tiempos de paz.

El contexto perfecto para una secuela

Una de las cosas que más me gusta es que no ignora las consecuencias de todo lo vivido. La Guerra Final dejó cicatrices profundas, y Koki representa tanto esas heridas como el proceso de sanación.

Su historia podría explorar cómo es crecer en un mundo que está aprendiendo a ser mejor, pero que aún carga con el peso de su pasado. Es esa narrativa madura que me encanta ver en el anime, la que no tiene miedo de abordar temas complejos sin perder la esperanza.

Además, que Vigilantes tenga segunda temporada confirma que este universo está lejos de agotarse. Hay tantas historias por contar, tantos rincones por explorar…

Más allá del final

Aunque oficialmente no se ha confirmado ninguna secuela centrada en Koki, ese «Nuestra historia continúa…» del final no puede ser casualidad. La introducción de este personaje se siente demasiado deliberada como para ser solo un easter egg.

¿Cómo sería el heroísmo en una sociedad que ha aprendido de sus errores? ¿Qué nuevos desafíos surgirían? ¿Cómo afrontaría Koki su pasado traumático mientras intenta convertirse en el héroe que quiere ser?

Son preguntas que me tienen con ganas de ver qué pasa. Y cuando una historia te deja con tantas ganas de más, es que ha hecho algo muy bien.

My Hero Academia ha terminado, pero su legado está lejos de acabar. Koki Terumoto podría ser exactamente lo que necesitamos para seguir explorando este universo desde una perspectiva fresca y emocionante.

Después de casi una década con Deku y compañía, no se me ocurre mejor manera de continuar que con un personaje que encarna tanto el dolor del pasado como la esperanza del futuro.

Porque al final, ¿no es eso lo que siempre ha sido My Hero Academia? Una historia sobre cómo incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz que nos guía hacia algo mejor. Y Koki podría ser exactamente esa luz para la próxima generación de héroes.

Sayonara, Deku… pero creo que estamos en muy buenas manos para lo que viene después.