• James Gunn deja claro que el personaje y la interpretación importan más que el diseño del traje para el nuevo Batman del DCU
• Por fin alguien en Warner entiende que Batman no es un desfile de moda sino un personaje complejo que necesita sustancia antes que estilo
• Andy Muschietti dirigirá «The Brave and the Bold» basándose en el trabajo de Grant Morrison mientras Gunn construye su visión a largo plazo
¿Sabéis qué me revienta? Que los fans se obsesionen con el color del traje cuando lo que importa de verdad es la visión del director y el alma del personaje. James Gunn acaba de soltar una verdad como un templo sobre el próximo Batman del DCU, y la gente sigue preguntando por el puto traje azul y gris.
Por fin alguien con dos dedos de frente en Warner. Gunn ha salido al paso de todas las especulaciones y ha dicho algo que debería ser obvio: el traje no hace al héroe.
En una conversación en Threads, Gunn confesó lo que ya sabíamos: los fans están obsesionados con que el nuevo Batman lleve el traje azul y gris, el símbolo amarillo y los ojos blancos. Pero escuchad bien lo que dijo: «Todas esas cosas me parecen menos importantes que el personaje en sí mismo, la escritura y la persona que lo interprete».
Ahí está la clave, coño. Por fin alguien que entiende que Batman no es un desfile de moda. Es un personaje complejo, atormentado, épico.
Mientras tanto, «The Brave and the Bold» sigue siendo un misterio. Andy Muschietti estará al mando —el tío de las películas de «It»— y se inspirará en el trabajo de Grant Morrison. Y Morrison sabe lo que se hace con Batman.
Lo interesante es que Gunn está jugando a largo plazo. No se precipita como hicieron otros. Primero tenemos «The Batman: Part II» con Pattinson en octubre de 2027. Sí, 2027. Una eternidad.
Y mientras esperamos, Gunn construye su visión del DCU con paciencia. Algo que me recuerda a cuando Zack tenía su plan maestro perfectamente trazado antes de que los ejecutivos se cagaran encima y lo destrozaran todo.
Lo que me mola de Gunn es que entiende las prioridades. No está vendiendo humo con trailers llenos de efectos baratos. Habla de personaje, de interpretación, de narrativa. Cosas que importan cuando quieres crear algo memorable.
Porque seamos sinceros: ¿cuántas veces hemos visto trajes espectaculares desperdiciados en películas de mierda? ¿Cuántas veces hemos visto actores brillantes elevando material mediocre? El traje puede estar guapísimo, pero si el actor no transmite esa oscuridad, esa intensidad que necesita Batman, te quedas con un cosplay caro.
No estoy diciendo que el diseño visual no importe. Joder, si hay alguien que aprecia una buena composición visual, ese soy yo. Pero tiene que estar al servicio de algo más grande, de una visión completa. Como cuando Snyder usaba cada plano como una pintura renacentista, donde cada elemento tenía su propósito narrativo.
Gunn lo tiene claro: primero el alma, después el envoltorio. Y eso me da esperanza de que quizás Warner haya aprendido algo de sus errores pasados. Aunque conociendo a esos ejecutivos, seguramente encontrarán la manera de cagarla de nuevo.
Me quedo con esta declaración de intenciones. Un director que prioriza la sustancia sobre el estilo superficial. Que entiende que Batman es más que un símbolo amarillo en el pecho. Que sabe que la verdadera magia está en encontrar al actor perfecto y darle el material adecuado para brillar.
Al final, Gunn está haciendo algo revolucionario en Hollywood: pensar antes de actuar. Construir desde los cimientos en lugar de empezar por el tejado. Y después de años viendo cómo destrozan personajes icónicos por prisas y decisiones de marketing, esto suena a música celestial.
Esperemos que mantenga esta filosofía cuando llegue el momento de la verdad. Porque los fans seguirán pidiendo sus trajes azules y grises, pero lo que realmente necesitamos es un Batman que nos haga sentir algo. Que nos recuerde por qué este personaje lleva décadas fascinando a generaciones enteras.
Y eso, amigos, no se consigue con hilo y aguja.

