James Gunn ADMITE que su Superman FRACASA… y echa la culpa al mundo

James Gunn defiende su Superman ante la baja taquilla global, atribuyéndolo a menor notoriedad que Batman y sentimiento anti-americano, pese a 600M globales.

✍🏻 Por Iván Salcedo

julio 22, 2025

• James Gunn admite que Superman está teniendo problemas en taquilla internacional debido a que el personaje no es tan conocido globalmente como Batman.

• El director sugiere que el sentimiento anti-americano actual en el mundo está afectando negativamente a los números de la película.

• A pesar de todo, Gunn considera el rendimiento de la película como una «victoria total» con proyecciones de 350 millones en Estados Unidos y 600 millones a nivel mundial.

¿Recordáis cuando los estudios sabían hacer películas que conquistaban el mundo entero? Cuando una película de superhéroes no necesitaba excusas porque simplemente arrasaba por méritos propios. Pues bien, parece que esos tiempos han quedado atrás, al menos para el nuevo Superman de James Gunn.

Y es que cuando un director tiene que salir a explicar por qué su película no conecta con el público mundial, algo huele a chamusquina.

En una entrevista con Rolling Stone, James Gunn ha decidido abrir el melón sobre el rendimiento internacional de su Superman. Y sus explicaciones suenan más a excusas que a análisis serio.

Según el director, Superman no es tan conocido internacionalmente como Batman. Vamos a ver, James, ¿en serio? ¿Superman, el primer superhéroe de la historia, no es conocido mundialmente?

Es cierto que Batman tiene un tirón internacional brutal – y yo lo sé bien porque he visto cómo las películas de Nolan arrasaron en todo el planeta – pero decir que Superman es un desconocido suena a broma de mal gusto.

El hombre de acero lleva décadas siendo un icono global, desde los cómics hasta las películas de Christopher Reeve, pasando por el Snyderverso que Warner decidió dinamitar.

Pero Gunn no se queda ahí. También echa mano del «sentimiento anti-americano» que supuestamente existe en el mundo ahora mismo.

Y aquí es donde la cosa se pone interesante, porque resulta que cuando Zack Snyder hizo Man of Steel en 2013, la película recaudó más de 668 millones de dólares a nivel mundial. ¿Había menos sentimiento anti-americano entonces?

La diferencia es clara como el agua. Snyder entendía que Superman no es solo un símbolo americano, sino un arquetipo universal de esperanza y poder.

Su Superman trascendía fronteras porque hablaba de temas universales: el sacrificio, la identidad, el peso de ser diferente. No necesitaba excusas porque su narrativa visual era tan potente que conectaba con cualquier cultura.

Las cifras que maneja Gunn tampoco son para tirar cohetes. 350 millones en Estados Unidos y 600 millones mundiales son números decentes, pero no espectaculares para un personaje de la envergadura de Superman.

Para ponerlo en perspectiva, Aquaman – sí, Aquaman – recaudó más de 1.100 millones en todo el mundo. ¿También había menos sentimiento anti-americano cuando salió esa película?

Lo que más me llama la atención es que Gunn describe estos números como una «victoria total». Tío, si esto es una victoria total, no quiero ni imaginar qué sería un fracaso parcial.

Es como si estuviéramos normalizando la mediocridad y celebrando lo que antes habría sido considerado un rendimiento tibio.

El problema de fondo es que Gunn parece no entender que Superman necesita una visión épica, grandiosa, que trascienda lo local. No se trata de hacer una película americana sobre un héroe americano, sino de crear una experiencia cinematográfica universal.

Snyder lo entendía perfectamente: sus planos épicos, su uso de la cámara lenta como poesía visual, su tratamiento casi mitológico del personaje.

Cuando veo a Gunn buscando explicaciones externas para el rendimiento de su película, no puedo evitar pensar en lo que podría haber sido si Warner hubiera dejado que Zack completara su visión.

El Snyderverso tenía esa épica de verdad, esa narrativa visual que no necesitaba subtítulos culturales porque hablaba el lenguaje universal del cine.

Y es que al final, las grandes películas de superhéroes no se excusan, simplemente conquistan. No buscan culpables en el sentimiento anti-americano o en el desconocimiento del personaje.

Crean su propia realidad cinematográfica tan potente que arrastra a todo el mundo consigo.

Quizás el problema no esté en el público internacional o en el clima político mundial. Quizás el problema esté en una visión que no termina de encontrar su voz épica, que se conforma con números mediocres y los vende como victorias.

Porque Superman merece algo más que excusas: merece una película que haga temblar los cimientos del cine, como las que ya hemos visto antes y que Warner decidió enterrar.

Al final, James Gunn puede seguir buscando explicaciones en factores externos, pero la realidad es tozuda: cuando tienes una visión verdaderamente poderosa, el mundo entero se rinde a tus pies. La diferencia entre la épica de verdad y la de cartón nunca ha sido tan evidente.


Soy un apasionado del cine de autor y creo firmemente en las visiones arriesgadas, no en los productos hechos por comité. Sí, pienso que Zack Snyder fue incomprendido. Sí, Batman v Superman es una obra mayor. Si eso te molesta… probablemente no te guste lo que escribo. Pero si te intriga, quédate. Prometo argumentos, no gritos.

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