James Gunn ADMITE que Snyder tenía razón… y Warner lo saboteó

Gunn detalla un DCU adulto: Gobiernos, Corporaciones y Metahumanos en conflicto. Superman cataliza el cambio, retomando la complejidad que Snyder propuso y Warner frenó.

✍🏻 Por Iván Salcedo

octubre 7, 2025

• James Gunn ha revelado las tres estructuras de poder que definirán el nuevo DCU: Gobiernos, Corporaciones y Metahumanos en constante conflicto, exactamente lo que Snyder ya había empezado a plantear en BvS.

• Superman será el catalizador que rompa el equilibrio de poder existente, dando inicio a una nueva era donde los metahumanos actúan con mayor autonomía, como ya vimos en la visión original de Man of Steel.

• Por fin tenemos una visión coherente y adulta del universo DC que promete la complejidad narrativa que siempre mereció, lejos de las comedias de cartón que Warner nos ha estado sirviendo desde que interrumpieron el Snyderverso.

¿Sabéis qué? Por primera vez desde que Warner decidió cargarse la visión original de Zack, alguien en DC parece entender lo que significa construir un universo cinematográfico de verdad. No me refiero a esas chapuzas conectadas por chistes forzados y cameos vacíos que nos han estado endosando, sino a algo con peso, con estructura, con una visión que va más allá del próximo tráiler viral.

James Gunn acaba de levantar el telón sobre algo que me tiene genuinamente emocionado: un DCU construido sobre cimientos sólidos, donde el conflicto no viene de alienígenas genéricos o villanos de turno, sino de algo mucho más inteligente y cinematográficamente rico. Tres fuerzas titánicas chocando entre sí, cada una con sus propios intereses, sus propias agendas, sus propias razones para existir.

Y joder, esto es exactamente lo que Snyder estaba intentando construir en Man of Steel y BvS. La diferencia es que ahora Warner parece dispuesta a dejar que alguien desarrolle la idea hasta el final.

El tablero de ajedrez que Snyder ya había diseñado

Gunn ha diseñado lo que cualquier narrador visual competente reconocería como la base perfecta para el drama épico: tres estructuras de poder en tensión constante. Gobiernos que luchan por mantener el control, Corporaciones que buscan beneficiarse del caos, y Metahumanos que empiezan a darse cuenta de que no tienen por qué seguir las reglas de nadie.

Es brillante. Es maduro. Es exactamente lo que necesitaba DC después de años de tanteos y reinicios fallidos. Y es, también, exactamente lo que Zack ya había plantado cuando mostró a un Superman enfrentándose al Senado en BvS.

Los Gobiernos, representados por agencias como ARGUS, se encuentran en una posición cada vez más precaria. Rick Flag Sr. lo resume perfectamente cuando admite que Superman «fue el inicio de que más metahumanos empezaran a hacer mucho más… de lo que les dé la gana».

Ahí está la clave: Superman no es solo un héroe, es el catalizador que rompe el status quo. Es el momento en que el mundo se da cuenta de que las reglas han cambiado para siempre. Desde que vi por primera vez cómo Superman se enfrentaba al mundo en Man of Steel, sabía que esa era la dirección correcta: mostrar las consecuencias reales de la existencia de seres con poder divino en un mundo humano.

Cuando las corporaciones juegan a ser dioses

Pero aquí viene lo realmente jugoso: las Corporaciones no se quedan de brazos cruzados viendo cómo se les escapa el control. LuthorCorp y LordTech no son simples empresas malvadas de cómic, son entidades que entienden el nuevo paradigma y lo explotan sin piedad.

LordTech financiando a la Justice Gang es un movimiento maestro narrativamente hablando. No es casualidad, es estrategia pura. Mientras los gobiernos se rascan la cabeza preguntándose cómo controlar a los metahumanos, las corporaciones ya han encontrado la respuesta: si no puedes vencerlos, cómpralos.

Es una dinámica que promete generar conflictos mucho más interesantes que el típico «héroe bueno contra villano malo». Aquí tenemos héroes que pueden estar trabajando para intereses corporativos sin saberlo, gobiernos que pueden convertirse en antagonistas por necesidad, y corporaciones que pueden ser tanto salvadoras como destructoras dependiendo de sus objetivos.

Me recuerda a la complejidad que Snyder logró capturar en esas secuencias de Watchmen donde las corporaciones y el gobierno se entrelazaban en una danza mortal de poder. Esa narrativa visual que tanto echaba de menos en las últimas producciones de DC.

Los metahumanos despiertan

Y luego están los Metahumanos, la pieza más impredecible del tablero. Gunn entiende algo fundamental que Zack ya había captado perfectamente: cuando tienes el poder de cambiar el mundo, ¿por qué ibas a seguir las reglas de quienes no pueden hacerlo?

Superman interfiriendo en asuntos geopolíticos no es solo acción espectacular, es una declaración de principios. Es el momento en que los metahumanos se dan cuenta de que pueden ser algo más que simples herramientas al servicio de estructuras de poder obsoletas.

Esta autonomía creciente de los metahumanos es lo que realmente va a definir el tono del nuevo DCU. No son empleados del gobierno ni productos corporativos, son una fuerza independiente con su propia moral, sus propios objetivos, sus propias líneas rojas.

Es exactamente la evolución natural de lo que vimos en BvS cuando Superman decide actuar por encima de las instituciones humanas. Esa épica de verdad, no la de cartón que nos han estado vendiendo.

La visión que siempre necesitamos (y que ya teníamos)

Lo que me tiene realmente emocionado es que Gunn ha entendido algo que muchos otros han pasado por alto, pero que Snyder ya había comprendido desde el principio: el mejor cine de superhéroes no trata sobre poderes, trata sobre poder. Sobre quién lo tiene, quién lo quiere, y qué están dispuestos a hacer para conseguirlo o mantenerlo.

«Las corporaciones en el DCU van a ser una fuerza tan importante como los gobiernos y los metahumanos de aquí en adelante», dice Gunn, y esa frase me da más esperanza que cualquier tráiler lleno de efectos especiales.

Porque eso significa que vamos a tener conflictos reales, dilemas morales complejos, y situaciones donde no hay respuestas fáciles. Significa que Superman puede encontrarse enfrentado no solo a villanos obvios, sino a sistemas enteros que operan en zonas grises.

Es la misma complejidad que Zack logró plasmar en cada frame de sus películas DC, esa capacidad de mostrar el contraste entre la luz y la oscuridad, entre el poder y la responsabilidad, entre lo divino y lo humano.

El equilibrio perfecto que Warner nunca dejó completar

Esta estructura de tres pilares es exactamente lo que necesitaba DC para diferenciarse definitivamente de la competencia. Mientras otros universos se conforman con amenazas cósmicas genéricas, Gunn está construyendo algo mucho más sofisticado: un ecosistema donde cada acción tiene consecuencias políticas, económicas y sociales.

ARGUS luchando por mantener el control mientras los metahumanos actúan cada vez con mayor independencia. Corporaciones como LuthorCorp manipulando la situación para su beneficio. Metahumanos navegando entre la responsabilidad moral y la libertad personal.

Es el tipo de complejidad narrativa que hace que quieras ver cómo se desarrolla cada hilo, cómo cada decisión afecta al equilibrio global, cómo cada personaje navega por este laberinto de intereses contrapuestos. Es la misma complejidad que me hizo ver Watchmen una docena de veces, analizando cada detalle, cada contraste, cada decisión visual que Snyder tomó para construir ese mundo.

La diferencia es que ahora, por primera vez desde el Snyderverso, parece que Warner va a dejar que alguien desarrolle esta visión hasta sus últimas consecuencias. Sin interrupciones. Sin pánico. Sin reinicios a medias.

La épica que merecemos

Por primera vez en mucho tiempo, DC tiene una hoja de ruta que no solo promete grandes espectáculos, sino grandes historias. Gunn ha construido los cimientos para algo épico de verdad, recuperando esa narrativa visual madura que tanto echábamos de menos.

Este DCU promete ser el universo cinematográfico maduro y complejo que los fans llevamos esperando desde que Warner decidió interrumpir la visión original. Un universo donde cada película y serie será una pieza más en un rompecabezas fascinante de poder, moralidad y consecuencias reales.

Y sinceramente, ya era hora de que alguien entendiera que los mejores conflictos no vienen del espacio exterior, sino de la naturaleza humana y las estructuras que creamos para organizarnos. Snyder lo entendió desde el primer día. Gunn parece haberlo entendido también, y el DCU va a ser infinitamente mejor por ello.

Por fin vamos a tener de vuelta esa épica de verdad, esa cámara lenta como recurso poético, esa complejidad narrativa que convierte cada frame en una obra de arte. Gunn ha cogido el testigo donde Zack lo dejó, y joder, qué ganas tengo de ver adónde nos lleva.


Soy un apasionado del cine de autor y creo firmemente en las visiones arriesgadas, no en los productos hechos por comité. Sí, pienso que Zack Snyder fue incomprendido. Sí, Batman v Superman es una obra mayor. Si eso te molesta… probablemente no te guste lo que escribo. Pero si te intriga, quédate. Prometo argumentos, no gritos.

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