• The Conjuring: Last Rites ha arrasado en taquilla con 226,6 millones de dólares globales, superando ampliamente las expectativas iniciales de 40 millones en su fin de semana de estreno.

• El terror sigue siendo el género más rentable y predecible del cine actual, como demuestra este nuevo éxito que ya supera a The Social Network en recaudación mundial.

• Esta cifra prácticamente garantiza que veremos más secuelas y el desarrollo de la serie de televisión planificada del universo Conjuring.

Hay algo fascinante en cómo el terror logra conectar con audiencias de todo el mundo de una manera que otros géneros simplemente no consiguen. Mientras las comedias se quedan en fronteras culturales y los dramas luchan por encontrar su público, el miedo parece ser un idioma universal que trasciende barreras geográficas y generacionales.

Y si necesitabais una prueba más de esta teoría, ahí tenéis los números de The Conjuring: Last Rites.

Cuando los analistas de taquilla se equivocan por más del doble en sus predicciones, sabes que algo grande está pasando. Estamos ante uno de esos casos que me encantan: cuando las cifras cuentan una historia mucho más interesante que las propias películas.

Porque sí, podemos debatir sobre la calidad artística de esta nueva entrega, pero los 226,6 millones de dólares que lleva recaudados hablan un idioma que toda la industria entiende perfectamente.

Un fin de semana que cambió las reglas del juego

Empecemos por lo básico: las previsiones. Los expertos esperaban un debut de unos 40 millones de dólares para The Conjuring: Last Rites. Nada mal para una película de terror, pero tampoco para tirar cohetes.

Sin embargo, la realidad les dio una lección magistral de humildad: 84 millones de dólares en su primer fin de semana.

Esa diferencia no es un simple error de cálculo. Es la demostración de que el público tenía ganas, muchas ganas, de volver al universo de los Warren. Y cuando digo ganas, me refiero a esas que se traducen en colas en los cines y sesiones agotadas.

Michael Chaves, que ya había dirigido otras entregas de la saga, sabía perfectamente lo que tenía entre las manos. Con 135 minutos de duración, la película no se anda con prisas para desarrollar su propuesta de terror.

Los números sugieren que el público ha agradecido esa paciencia narrativa.

Cuando el terror supera al drama de prestigio

Aquí viene la parte que más me divierte de toda esta historia. The Conjuring: Last Rites no solo ha sido un éxito comercial, sino que ha superado en recaudación mundial a The Social Network de David Fincher.

Sí, habéis leído bien: una película de terror sobre demonios y casas encantadas ha dejado atrás a la película sobre la creación de Facebook.

The Social Network recaudó 224,9 millones de dólares en su momento y se convirtió en un fenómeno cultural. Ganó tres Oscars, apareció en todas las listas de mejores películas de la década, y el propio The New York Times la incluyó en su ranking de las mejores películas del siglo XXI.

Pero las cifras son las cifras, y Last Rites ya va por los 226,6 millones.

Esta comparación nos dice algo fundamental sobre cómo funciona el mercado cinematográfico actual. El prestigio crítico y el reconocimiento cultural son importantes, pero la conexión emocional directa con el público sigue siendo el factor determinante para el éxito comercial.

El fenómeno internacional del terror

Lo que más me llama la atención de estos números es su distribución internacional. The Conjuring: Last Rites no es solo un éxito en Estados Unidos; está funcionando igual de bien en mercados internacionales.

Y eso, en el mundo del terror, no siempre es fácil de conseguir.

El miedo, aunque universal, tiene matices culturales. Lo que aterroriza en una cultura puede resultar ridículo en otra. Sin embargo, la saga Conjuring ha encontrado una fórmula que trasciende estas barreras.

Quizás sea la combinación de elementos sobrenaturales con drama familiar, o tal vez la construcción cuidadosa de la tensión que caracteriza a estas películas.

Los mercados asiáticos, tradicionalmente complicados para el terror occidental, han respondido especialmente bien a esta entrega. Y Europa, siempre más selectiva con las producciones de género, también ha aportado cifras sólidas a la recaudación global.

La matemática del éxito continuado

Con estos números sobre la mesa, la pregunta no es si habrá más películas de The Conjuring, sino cuántas y cuándo. La franquicia ya había demostrado su rentabilidad en entregas anteriores, pero Last Rites ha elevado el listón considerablemente.

Actualmente, la película ocupa el puesto 818 en el ranking de películas más taquilleras de todos los tiempos. Puede parecer una posición modesta, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de toda la historia del cine.

Y con el ritmo de recaudación que lleva, es probable que siga escalando posiciones.

La serie de televisión que ya estaba en desarrollo ahora tiene luz verde asegurada. Los ejecutivos de los estudios han visto las cifras, y cuando una película supera las expectativas por más del 100%, las decisiones se toman solas.

El terror como inversión segura

Si hay algo que me han enseñado años analizando taquillas es que el terror es el género más predecible del cine. No en términos creativos, obviamente, sino en términos de retorno de inversión.

Una película de terror bien hecha, con un presupuesto controlado y una campaña de marketing inteligente, casi siempre encuentra su público.

The Conjuring: Last Rites es la demostración perfecta de esta teoría. Mientras otros géneros luchan contra la competencia del streaming y los cambios en los hábitos de consumo, el terror sigue llevando gente a las salas.

Hay algo en la experiencia colectiva del miedo que no se puede replicar en casa.

Los estudios lo saben, y por eso seguimos viendo una producción constante de películas de terror. Pero no todas consiguen los números de Last Rites. La diferencia está en entender qué busca realmente el público del género.

Al final, los 226,6 millones de dólares de The Conjuring: Last Rites nos cuentan una historia fascinante sobre el estado actual del cine. Nos hablan de un público que sigue yendo a las salas cuando encuentra lo que busca, de un género que mantiene su vigencia pese a todos los cambios de la industria.

Y de una franquicia que ha sabido evolucionar sin perder su esencia.

Estos números no mienten: el terror sigue siendo uno de los idiomas más universales del cine. Y mientras los críticos debaten sobre la calidad artística de la película, los exhibidores cuentan las entradas vendidas y los estudios planifican las siguientes entregas.

Porque al final, en esta industria, las cifras siempre tienen la última palabra. Y las de Last Rites están gritando que el universo Conjuring tiene cuerda para rato.