• Los Cuatro Fantásticos regresan con su mejor adaptación cinematográfica hasta la fecha, destacando por su estética retro-futurista de los años 60 y la inclusión épica de Galactus y Silver Surfer.
• Como fan de Marvel desde los cómics de Lee y Kirby, es frustrante ver cómo la película homogeneiza a todos los personajes convirtiéndolos en científicos, perdiendo la diversidad de personalidades que los hacía únicos.
• Aunque es un primer paso prometedor que respeta el material original, sigue sin ser la película definitiva que la Primera Familia se merece después de tantos intentos fallidos.
¿Cuántas veces hemos visto fracasar a los Cuatro Fantásticos en pantalla? Como alguien que creció con los cómics originales, cada nuevo intento me genera esa mezcla familiar de esperanza y escepticismo. Esta vez, Matt Shakman apuesta por sacar a Reed, Sue, Johnny y Ben del MCU principal, creando una Nueva York de los años 60 con un toque retro-futurista que visualmente funciona.
El eterno dilema de personalidades
El reparto tiene química, pero aquí está el gran problema: convertir a todos en científicos súper equilibrados elimina la tensión dramática que hacía brillar a estos personajes. En los cómics, la magia estaba en sus diferencias: Reed obsesivo, Johnny impulsivo, Ben el tipo duro. Esa diversidad creaba conflictos genuinos que aquí se pierden.
Galactus salva el espectáculo
Donde la película sí acierta es en sus secuencias cósmicas. Ver a Galactus y Silver Surfer con el tratamiento visual que merecen captura esa sensación de maravilla que Kirby plasmaba en sus viñetas más ambiciosas. La inclusión de H.E.R.B.I.E. demuestra que conocen y respetan el material original.
Al final, es exactamente lo que promete su título: un primer paso. La mejor película de los Cuatro Fantásticos hasta la fecha, aunque eso no dice mucho. Como fan, agradezco el esfuerzo, pero seguimos esperando la película definitiva de la Primera Familia. Un 6/10 que mantiene viva la esperanza.