Tomas Velarde

Tras las acusaciones, Brett Ratner regresa con Rush Hour 4. Paramount y Warner mueven ficha, nostalgia a tope y un Hollywood que prioriza el negocio sobre la integridad.

El tiempo puso orden: varios “clásicos” de los 2000, aplaudidos entonces, hoy se sienten vacíos. Entre el hype, la pirotecnia digital y la nostalgia que engaña.

Bethany Weaver debuta como Dorothy sin mostrar el rostro. Respeto al legado de Judy Garland y una secuela que expande Oz: estreno doméstico récord de $150M.

Yamazaki planea traer a Hedorah en la secuela. Un kaiju metáfora ambiental, visualmente brutal y fiel a Honda, que desafía el blockbuster vacío de Hollywood.

Johnson rechaza precuela de Benoit Blanc para conservar el misterio, defiende películas independientes y adelanta que la tercera explorará la fe americana con madurez y enfoque propio.

Arnold critica el remake de 2012 como vacío y “estúpido”, defiende la complejidad del original de Verhoeven y distingue remakes válidos como The Running Man de Edgar Wright.

Wicked demuestra que el gran musical vive: selección de 10 títulos recientes que combinan espectáculo y profundidad, y enseñan el rigor que Hollywood olvidó.