• Paramount programa para 2028 una película híbrida de las Tortugas Ninja y un evento cinematográfico del universo Sonic que promete expandir ambas franquicias.
• Hollywood sigue exprimiendo las gallinas de los huevos de oro, pero al menos estas dos propiedades han demostrado que pueden mantener su alma mientras generan pasta.
• La clave estará en si conservan esa autenticidad visual y narrativa o se convierten en otro producto industrial sin corazón.
Joder, cómo han cambiado las cosas. Hace una década, las adaptaciones de videojuegos eran el cementerio de Hollywood. Ahora Sonic se ha convertido en una máquina de hacer dinero que funciona de verdad, y Paramount quiere repetir la jugada con las Tortugas Ninja.
Y sabes qué, me parece perfecto.
Porque cuando algo funciona, cuando tiene esa chispa auténtica que conecta con la gente, hay que aprovecharlo. El problema viene cuando los estudios confunden «aprovechar» con «exprimir hasta que no quede nada».
La apuesta de 2028: híbridos y eventos cinematográficos
Paramount acaba de marcar el calendario: 2028 será el año en que tanto Sonic como las Tortugas Ninja den el salto definitivo. Y no hablamos de secuelas normalitas, sino de proyectos que prometen expandir estos universos de formas que no habíamos visto.
Para las Tortugas Ninja han programado una película híbrida de acción real y animación por ordenador para el 17 de noviembre de 2028. Será la primera vez que veamos a Leonardo, Donatello, Michelangelo y Raphael en formato live-action desde «Fuera de las sombras» de 2016.
Y seamos sinceros: esa película fue un puto desastre.
Pero aquí viene lo interesante. Después del éxito de «Mutant Mayhem», que demostró que las Tortugas podían funcionar perfectamente en animación moderna, el salto al híbrido tiene sentido. Es evolución natural: coger lo mejor de ambos mundos y crear algo que pueda competir visualmente con las grandes producciones.
Me recuerda a lo que Snyder hizo con «Watchmen»: respetar el material original pero darle una dimensión visual que solo el cine puede ofrecer. Esa mezcla de realidad y fantasía que, cuando se hace bien, es pura magia cinematográfica.
El evento Sonic que puede cambiarlo todo
Pero lo que realmente me pone es el «Sonic Universe Event Film» programado para el 22 de diciembre de 2028. Fijaos: no es Sonic 4, que ya tiene su hueco en marzo de 2027. Esto es algo completamente diferente.
Un evento cinematográfico que promete expandir el universo del erizo azul de maneras que aún no podemos imaginar.
Neal H. Moritz seguirá como productor en ambos proyectos, y eso es una puta noticia excelente. Este tío entiende lo que funciona. Su trabajo en las películas de Sonic ha sido clave para que la franquicia no se convierta en otro producto industrial sin alma.
La fórmula que funciona (cuando se respeta)
La estrategia de Paramount es cristalina: han encontrado dos franquicias que funcionan y van a explotarlas de forma inteligente. No es el típico bombardeo de contenido sin sentido que hemos visto en otros estudios.
Aquí hay un plan. Una visión a largo plazo.
Y eso me da esperanza, porque ambas franquicias han demostrado que pueden evolucionar sin perder su esencia. Sonic pasó de ser un meme andante en su primer tráiler a convertirse en una saga respetada. Las Tortugas Ninja han sabido reinventarse una y otra vez, manteniendo ese equilibrio perfecto entre acción, humor y corazón.
Es lo que pasa cuando respetas el material original. Cuando entiendes que los fans no son idiotas y que merecen algo más que productos de marketing disfrazados de películas.
El formato híbrido: riesgo y oportunidad
El formato híbrido para las Tortugas Ninja me recuerda a «Detective Pikachu» o las aventuras de Sonic. Cuando mezclas acción real con personajes digitales bien hechos, el resultado puede ser espectacular.
Pero también puede ser un desastre absoluto si no tienes la tecnología, el presupuesto y, sobre todo, la visión artística adecuada.
La clave está en la autenticidad. En entender qué hace especiales a estos personajes y trasladarlo a la pantalla sin traicionarlo. Es lo que diferencia una adaptación con alma de un producto industrial.
2028: el año de la verdad
Estos proyectos nos dan una idea clara de hacia dónde se dirige la industria. Los universos cinematográficos ya no son exclusivos de Marvel o DC. Cualquier propiedad con potencial puede convertirse en una saga épica si se trata con respeto.
Pero ahí está la clave: el respeto.
Sonic triunfó porque respetó tanto el material original como las expectativas de una nueva generación. Las Tortugas Ninja tienen esa misma oportunidad: demostrar que los héroes en caparazón siguen teniendo mucho que ofrecer.
El futuro pinta emocionante, pero también peligroso. Paramount ha demostrado que sabe manejar estas propiedades, pero la tentación de convertirlas en máquinas de hacer dinero sin alma siempre está ahí.
Solo espero que mantengan esa magia que convierte una simple adaptación en algo verdaderamente especial. Porque al final, de eso se trata: de crear experiencias cinematográficas que nos hagan sentir como críos otra vez, pero con la sofisticación visual y narrativa que merecemos.
La industria necesita más proyectos con visión y menos productos de marketing. Veremos si 2028 nos da la razón.

