• Tom Hanks revela que Pixar desechó 80 minutos completos de la primera versión de Toy Story porque se centraba solo en insultos sin corazón emocional.
• Esta decisión valiente de John Lasseter salvó no solo la película, sino que definió el ADN emocional que caracteriza a Pixar hasta hoy.
• Como fan del MCU, entiendo perfectamente lo crucial que es saber cuándo cambiar de rumbo, aunque duela económicamente.
¿Os imagináis un mundo donde Toy Story hubiera sido una comedia de insultos sin alma? Por poco lo tenemos. A veces las mejores decisiones en Hollywood implican tirar todo a la basura y empezar de cero, aunque duela en el presupuesto.
Como alguien que ha visto cómo Kevin Feige tuvo que replantearse el rumbo del MCU tras algunas decisiones cuestionables de la Fase 4, sé que estos cambios pueden marcar la diferencia entre el éxito y el desastre. En el caso de Toy Story, literalmente salvaron una franquicia antes de que naciera.
La versión perdida que cambió la historia del cine
Tom Hanks acaba de desvelar uno de los secretos mejor guardados de Pixar: la versión original de Toy Story que nunca vimos. Y menos mal, porque habría sido un desastre épico.
Los ejecutivos del estudio tenían una visión completamente diferente. Querían que Hanks y Tim Allen se centrasen en crear una comedia basada en pullas constantes e insultos mutuos entre Woody y Buzz. Básicamente, convertir a nuestros juguetes favoritos en una buddy comedy sin corazón.
«Fueron más de 30 años, porque Tim Allen y yo grabamos una película de Toy Story completa, unos 80 minutos que fueron completamente desechados», explicó Hanks.
Ochenta minutos. Eso es prácticamente una película entera en la papelera.
Cuando Lasseter dijo «esto no es Toy Story»
El punto de inflexión llegó cuando John Lasseter se dio cuenta de que aquello no funcionaba. «Francamente, no era Toy Story. No era lo que Pixar buscaba», admitió Hanks.
Y aquí me quito el sombrero ante Lasseter. Tomar esa decisión requiere unas agallas tremendas. Es como cuando Feige decidió que Thor necesitaba un cambio radical después de El Mundo Oscuro, apostando por Taika Waititi y el tono de Ragnarok. A veces hay que arriesgar para encontrar la esencia real del personaje.
La decisión no fue tomada a la ligera. Significaba otros dos años y medio de trabajo adicional. Pero Lasseter entendía algo fundamental: sin el corazón emocional adecuado, Toy Story habría sido solo otra película de animación más.
El impacto de una decisión valiente
Pensadlo por un momento: si hubieran seguido adelante con esa primera versión, probablemente no habríamos tenido la franquicia que conocemos. No habríamos llorado con la partida de Andy en Toy Story 3, ni habríamos sentido esa conexión tan profunda con unos juguetes de plástico.
Esta decisión no solo salvó una película, sino que definió el ADN de Pixar. Estableció que la emoción y la conexión humana eran más importantes que las risas fáciles.
Es una lección que me recuerda a cómo Marvel Studios aprendió de sus errores iniciales. Recordad cómo Iron Man 2 se centró demasiado en preparar el terreno para otros proyectos y perdió parte de su alma. Feige y su equipo aprendieron que cada película debe funcionar por sí sola antes de servir al universo expandido.
Lecciones para la industria
El proceso de reimaginación llevó años, pero el resultado habla por sí solo. Toy Story lanzó una franquicia que ya cuenta con cuatro películas y tiene una quinta programada para junio de 2026.
Como alguien que ha visto cómo el MCU ha tenido que corregir el rumbo en varias ocasiones, entiendo perfectamente la importancia de saber cuándo algo no funciona. No es fácil admitir que te has equivocado, especialmente cuando ya has invertido tiempo y dinero.
Pero la historia de Toy Story nos enseña que a veces la mejor decisión es la más difícil. Lasseter y su equipo podrían haber seguido adelante, lanzado una película mediocre y cobrado sus cheques. En su lugar, eligieron la excelencia.
Esta anécdota también nos recuerda que detrás de cada obra maestra hay decisiones difíciles y versiones descartadas. El cine que amamos no surge por casualidad, sino gracias a personas que se niegan a conformarse con «suficientemente bueno».
La próxima vez que veáis Toy Story, recordad que estáis viendo el resultado de una de las decisiones más valientes en la historia de la animación. Una decisión que cambió para siempre la forma en que contamos historias con personajes animados.
Y mientras esperamos Toy Story 5 en 2026, podemos estar tranquilos sabiendo que Pixar mantiene esos estándares de calidad que nacieron de aquella decisión de empezar de cero. Porque al final, como bien saben tanto en Pixar como en Marvel Studios, el corazón de una historia siempre debe estar en el lugar correcto, aunque eso signifique tirar 80 minutos de trabajo a la basura.

