Lo que Kirsten Dunst NUNCA había contado sobre Robin Williams… (13 años)

Kirsten Dunst revela lo que Robin Williams le enseñó a los 13.

✍🏻 Por Tomas Velarde

octubre 19, 2025

• Kirsten Dunst rememora su experiencia trabajando con Robin Williams en Jumanji cuando tenía apenas 13 años, destacando su generosidad y profesionalidad.

• Williams encarnaba esa tradición de los grandes intérpretes clásicos que entendían el cine como un oficio colectivo donde el respeto mutuo es fundamental.

• Once años después de su fallecimiento, el legado humano de Williams sigue siendo tan poderoso como su obra cinematográfica.

En el vasto universo cinematográfico, pocas figuras han logrado conjugar con tal maestría el genio interpretativo y la nobleza humana como Robin Williams. Su capacidad para transitar desde la comedia más desternillante hasta el drama más conmovedor lo convirtió en uno de los actores más versátiles de su generación.

Pero quizás su mayor logro residía en algo menos tangible: su capacidad para tocar las vidas de quienes trabajaron junto a él, recordando a esos grandes maestros del Hollywood clásico que entendían el cine como un arte colectivo.

Las recientes declaraciones de Kirsten Dunst sobre su experiencia compartida en el rodaje de Jumanji nos ofrecen una ventana privilegiada hacia la personalidad de Williams. Estos testimonios, lejos de ser meras anécdotas nostálgicas, nos revelan aspectos fundamentales sobre la ética profesional que caracterizaba a los grandes intérpretes de antaño.

El Maestro y la Discípula

Durante su aparición en The Drew Barrymore Show, Dunst compartió recuerdos que trascienden la mera nostalgia. Con apenas 13 años, la joven actriz tuvo la fortuna de trabajar junto a Williams en Jumanji (1995), una experiencia que dejó una huella indeleble en su formación como intérprete.

«Dejó una impresión tan profunda en mí con su elegancia y la forma en que trataba a todo el mundo», recordaba Dunst. Estas palabras resuenan con particular fuerza en una industria a menudo caracterizada por el ego y la competitividad.

Williams se convirtió en un ejemplo viviente de cómo debe comportarse un profesional del cine. Su gesto de regalarle su primer ordenador personal habla de una generosidad que iba más allá de las obligaciones contractuales, recordando a esas figuras paternas del Hollywood dorado que cuidaban de las nuevas generaciones.

En una época en la que la tecnología comenzaba a transformar nuestras vidas, Williams intuyó la importancia de ese regalo para una joven actriz que se adentraba en un mundo complejo y exigente.

La Pedagogía del Respeto

«Qué lección tan importante aprender a una edad tan temprana sobre cómo tratar a un equipo de rodaje», reflexionaba Dunst. El cine, como arte colectivo, depende fundamentalmente de la armonía y el respeto mutuo entre todos los participantes del proceso creativo.

Williams, consciente de su posición como figura establecida, asumió sin aspavientos el papel de mentor. Su comportamiento en el plató de Jumanji se convirtió en una masterclass silenciosa sobre la importancia de la humildad y el profesionalismo.

Valores que trascienden cualquier técnica interpretativa y que conectan con esa tradición de grandes actores como Spencer Tracy o James Stewart, quienes entendían que la verdadera grandeza reside en elevar el trabajo de todo el conjunto.

Drew Barrymore, quien también compartió sus propios recuerdos del actor desde su encuentro cuando tenía siete años en Saturday Night Live, contribuyó a dibujar el retrato de un hombre cuya bondad era tan auténtica en la intimidad como en sus interpretaciones más emotivas.

El Legado Perdurable

Once años después de su fallecimiento a causa de la demencia por cuerpos de Lewy, el testimonio de Dunst nos recuerda que el verdadero legado de Williams trasciende sus memorables interpretaciones. Su influencia se extiende a través de las generaciones de actores que tuvieron la fortuna de trabajar junto a él.

En una industria donde las relaciones profesionales suelen estar marcadas por la competencia y el interés personal, Williams representaba una excepción luminosa. Su capacidad para combinar la excelencia artística con la decencia humana lo convierte en un modelo a seguir.

La Jumanji de 1995, dirigida por Joe Johnston, puede no figurar entre las obras maestras del séptimo arte, pero su valor como testimonio de la generosidad de Williams adquiere una dimensión especial. El film se convierte así en algo más que entretenimiento familiar: es el registro de un encuentro entre generaciones.

Los recuerdos de Kirsten Dunst nos ofrecen una lección fundamental sobre la verdadera grandeza en el cine. Ésta no reside únicamente en la capacidad técnica o en el reconocimiento público, sino en la habilidad para elevar a quienes nos rodean.

Robin Williams, con su ejemplo cotidiano, demostró que el arte cinematográfico alcanza su máxima expresión cuando se nutre de la bondad humana. Una tradición que conecta con los grandes maestros del pasado y que, lamentablemente, parece cada vez más escasa en el Hollywood contemporáneo.

Mientras sus interpretaciones continúan emocionando a nuevas audiencias, el testimonio de quienes trabajaron junto a él nos recuerda que Robin Williams fue, ante todo, «un ser humano hermoso y respetuoso». Una lección que trasciende el cine y que sigue iluminando el camino para las futuras generaciones de intérpretes.


Cinéfilo empedernido, coleccionista de vinilos de bandas sonoras y defensor de la sala de cine como templo cultural. Llevo más de una década escribiendo sobre cine clásico, directores de culto y el arte de la narrativa visual. Creo que no hay nada como un plano secuencia bien ejecutado y que el cine perdió algo cuando dejó de oler a celuloide.

Document

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

books

SOLO EN

Ediciones Especiales

AL MEJOR PRECIO

SOLO EN

{"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
>