• Strange New Worlds planea concluir su historia conectando directamente con la era de Kirk, terminando cerca del episodio «Where No Man Has Gone Before» de la serie original.
• La quinta temporada será más corta y el showrunner Akiva Goldsman ya contempla un posible spin-off llamado «Star Trek: Year One» sobre el primer año de Kirk como capitán.
• Esta decisión representa una oportunidad única para cerrar el círculo narrativo del universo Trek de manera orgánica, algo que pocas franquicias logran con tanta precisión temporal.
Hay algo profundamente poético en la idea de un final que es, en realidad, un comienzo. Como esos momentos en Arrival donde el tiempo se pliega sobre sí mismo, Strange New Worlds se prepara para completar un círculo que comenzó hace más de cincuenta años.
No es solo el final de una serie; es la culminación de una promesa narrativa que conecta generaciones de historias. En una época donde las franquicias se extienden infinitamente, buscando siempre el siguiente capítulo, hay algo casi revolucionario en planificar conscientemente un final.
Es como si los creadores hubieran entendido que las mejores historias no son las que duran para siempre, sino las que saben cuándo y cómo despedirse.
El Arte de Cerrar Círculos
Akiva Goldsman, showrunner de Strange New Worlds, ha revelado sus planes para concluir la serie de una manera que pocos proyectos de ciencia ficción se atreven a intentar: con precisión quirúrgica temporal.
La intención es terminar la historia justo antes de que Kirk asuma el mando de la Enterprise, específicamente cerca del episodio «Where No Man Has Gone Before» de la serie original.
Esta decisión no es casual. Es una declaración de intenciones sobre lo que significa realmente el respeto hacia el material original.
Goldsman entiende que Strange New Worlds no existe en el vacío; es parte de un tapiz narrativo más amplio que debe honrar tanto su propia identidad como su lugar en la cronología Trek.
La quinta temporada será más corta, lo que sugiere una narrativa concentrada, destilada. Como esas películas que saben que cada minuto cuenta, cada episodio tendrá el peso de acercarnos a ese momento inevitable: el cambio de guardia entre Pike y Kirk.
La Transición Como Metáfora
Lo fascinante de esta aproximación es cómo convierte la transición en el verdadero protagonista de la historia.
No se trata solo de mostrar las aventuras de Pike, sino de explorar qué significa pasar el testigo, qué implica el cambio generacional en una nave que es, esencialmente, un microcosmos de la humanidad explorando las estrellas.
Goldsman ha mencionado la posibilidad de un spin-off llamado «Star Trek: Year One», que seguiría el primer año de Kirk como capitán. Es una idea tentadora, pero también reconoce que primero debe completarse satisfactoriamente la historia actual.
Es esa mentalidad de «una cosa a la vez» que caracteriza a los mejores narradores.
La serie ya ha demostrado su capacidad para reimaginar episodios clásicos, como hizo con «Balance of Terror» en la primera temporada. Pero ahora el desafío es mayor: no se trata de reinterpretar una historia, sino de crear el puente perfecto hacia ella.
El Peso de la Continuidad
En un universo narrativo tan extenso como Star Trek, la continuidad puede ser tanto una bendición como una maldición. Strange New Worlds ha elegido abrazarla como una oportunidad creativa.
Cada decisión, cada desarrollo de personaje, cada episodio debe funcionar tanto de manera independiente como parte de un puzzle temporal más amplio.
Es similar a lo que Christopher Nolan hizo con sus películas: crear historias que funcionan en múltiples niveles temporales simultáneamente. La diferencia es que aquí el «futuro» ya está escrito, ya lo conocemos.
El desafío creativo es hacer que el viaje hacia ese futuro conocido sea emocionalmente satisfactorio.
Goldsman habla de crear una transición «seamless» hacia la serie original. Esa palabra encierra toda una filosofía narrativa. No se trata de forzar conexiones, sino de que fluyan naturalmente, como si siempre hubieran estado ahí.
La Filosofía del Final Planificado
Hay algo casi zen en la idea de una serie que conoce su destino desde el principio. Como esas historias de ciencia ficción donde el protagonista ve su propio futuro, Strange New Worlds navega hacia un final predeterminado.
Pero encuentra libertad creativa en el cómo llegar hasta allí.
Esta aproximación contrasta radicalmente con la tendencia actual de las franquicias de extenderse indefinidamente. Aquí hay una comprensión madura de que las mejores historias tienen arcos completos, principios y finales que se complementan.
El hecho de que Goldsman ya esté pensando en «el primer día de Kirk en el trabajo» como punto final demuestra una visión clara. No es solo el final de Strange New Worlds; es el comienzo consciente de algo que ya conocemos y amamos.
En un medio donde la nostalgia a menudo se usa como muleta, Strange New Worlds la utiliza como trampolín hacia algo nuevo. Es la diferencia entre mirar hacia atrás con melancolía y construir puentes hacia el futuro con respeto y propósito.
Cuando Strange New Worlds llegue a su final planificado, habrá logrado algo extraordinario en el panorama televisivo actual: una historia completa que enriquece tanto su propio universo como el legado que la precede.
Es el tipo de narrativa circular que me recuerda por qué la ciencia ficción, en su mejor forma, no solo nos habla del futuro, sino de cómo llegamos hasta él.
Al final, quizás esa sea la verdadera magia de esta aproximación: convertir un final en una invitación a redescubrir los comienzos. Como si Goldsman y su equipo hubieran entendido que las mejores despedidas son aquellas que nos hacen querer volver al principio, pero con ojos nuevos.