• Lucasfilm estaría desarrollando una serie interconectada de películas de Star Wars tras la saga Skywalker, usando el exitoso modelo narrativo del «Mandoverso».
• Este enfoque representa un cambio fundamental hacia el storytelling cinematográfico como organismo vivo, donde cada historia contribuye al conjunto sin perder identidad propia.
• La película de Rey y la Nueva Orden Jedi serviría como piedra angular de esta estrategia, con Daisy Ridley regresando quince años después del Episodio IX.
Hay momentos en los que una franquicia debe decidir si mira hacia atrás o se atreve a construir algo completamente nuevo. Star Wars se encuentra en uno de esos puntos de inflexión, donde las lecciones aprendidas de The Mandalorian podrían redefinir no sólo cómo contamos historias en esa galaxia muy, muy lejana, sino cómo entendemos la narrativa transmedia en el cine moderno.
La propuesta que circula por los pasillos de Lucasfilm no es sólo una secuela más: es un experimento sobre si podemos crear un universo cinematográfico que respire como un organismo vivo. Es, en esencia, la pregunta que toda gran ciencia ficción debe hacerse: ¿cómo construimos mundos que reflejen la complejidad de nuestro propio universo interconectado?
El regreso de Rey no es únicamente el retorno de un personaje querido; es la materialización de una idea que lleva años gestándose en los rincones más creativos de Lucasfilm. Según los rumores, la compañía estaría planificando una serie de películas interconectadas ambientadas después de El Ascenso de Skywalker, con la cinta de la Nueva Orden Jedi como piedra angular de esta nueva arquitectura narrativa.
Sharmeen Obaid-Chinoy dirigirá esta película que nos mostrará a Rey quince años después de los eventos del Episodio IX, mientras que George Nolfi trabaja en el guión. Pero lo verdaderamente fascinante no es el proyecto individual, sino la filosofía que lo sustenta.
La estrategia parece inspirarse directamente en el éxito de The Mandalorian y su capacidad para crear un ecosistema narrativo coherente. Proyectos como Star Wars: Starfighter, ambientado cinco años después del Episodio IX, compartirían cronología con otras historias, construyendo hacia un evento unificador que podría reunir a personajes familiares.
Es un modelo que me recuerda a las mejores tradiciones de la ciencia ficción literaria, donde autores como Isaac Asimov construían universos que se expandían orgánicamente. La diferencia es que ahora estamos hablando de cine, un medio que tradicionalmente ha favorecido las narrativas cerradas y autocontenidas.
Lo que resulta especialmente intrigante es cómo este enfoque podría cambiar nuestra relación con el tiempo narrativo. En lugar de secuelas lineales, tendríamos historias que se desarrollan simultáneamente en diferentes rincones de la galaxia, cada una explorando aspectos distintos de cómo la sociedad se reconstruye tras el colapso del orden establecido.
Daisy Ridley ha expresado su entusiasmo por regresar al papel, señalando su crecimiento personal y profesional desde la trilogía original. «Supongo que siento que lo estoy asumiendo más. Básicamente, ahora soy una adulta», comenta la actriz, y hay algo profundamente simbólico en esas palabras.
Rey, como personaje, siempre representó la búsqueda de identidad en un universo fragmentado. Verla regresar como una Jedi madura, construyendo una nueva orden desde cero, es una metáfora perfecta para lo que Lucasfilm está intentando hacer con la franquicia misma.
El modelo del «Mandoverso» ha demostrado que las audiencias están preparadas para narrativas más complejas y matizadas. The Mandalorian, The Book of Boba Fett, y Ahsoka han creado un tapiz narrativo donde cada hilo individual fortalece el conjunto, donde los personajes pueden aparecer y desaparecer de manera orgánica.
Aplicar esta filosofía al cine es un salto conceptual significativo. Las películas requieren una inversión emocional y económica diferente, y el riesgo de que una historia débil afecte al conjunto es mayor. Pero también las recompensas potenciales son enormes.
Imaginar un futuro donde podamos ver cómo diferentes rincones de la galaxia responden a los mismos eventos, donde las decisiones tomadas en una película resuenen en otra sin necesidad de crossovers forzados, es emocionante. Es storytelling que respeta la inteligencia de la audiencia y reconoce que vivimos en un mundo interconectado.
La clave estará en mantener la coherencia temática sin sacrificar la individualidad de cada proyecto. Cada película debe funcionar como una obra completa mientras contribuye al mosaico más amplio. Es un equilibrio delicado, pero si alguien puede conseguirlo, es una franquicia que lleva décadas explorando cómo las decisiones individuales afectan al destino de galaxias enteras.
Si este rumor se materializa, estaremos presenciando no sólo la evolución de Star Wars, sino un experimento fascinante sobre el futuro del cine como medio narrativo. En una época donde las fronteras entre cine, televisión y medios digitales se difuminan constantemente, Lucasfilm podría estar definiendo un nuevo lenguaje para contar historias épicas.
Al final, toda gran ciencia ficción es un espejo: nos muestra no sólo mundos posibles, sino cómo nos relacionamos con la complejidad y la esperanza de construir algo mejor desde las cenizas de lo que vino antes. Y eso, más que cualquier sable láser o nave espacial, es lo que hace que estas historias importen.