82.700M€ y 430M de usuarios: ¿subida histórica de precios?

Netflix prepara la compra de Warner por 82.700M€, crearían 430M de suscriptores y 70.000M€ en ingresos; sinergias, riesgo regulatorio y fin del streaming barato.

✍🏻 Por Lucas Ferrer

diciembre 8, 2025

• Netflix está a punto de cerrar la mayor adquisición de la historia del streaming por 82.700 millones de euros, comprando Warner Bros. Discovery para crear un gigante con 430 millones de suscriptores.

• Como analista que lleva años siguiendo estos números, creo que esta fusión marca el final de la era dorada del streaming barato y el inicio de un oligopolio que nos va a costar más dinero a todos.

• Los reguladores tienen hasta septiembre de 2027 para aprobar el acuerdo, pero con una penalización de 5.800 millones si Netflix se retira, está claro que van completamente en serio.

Cuando empecé a analizar cifras de taquilla hace años, jamás pensé que acabaría escribiendo sobre operaciones de 82.700 millones de euros en streaming. Pero aquí estamos, y los números que maneja Media Partners Asia en su último informe son tan brutales que me han hecho replantear todo lo que creía saber sobre esta industria.

Netflix acaba de enseñar sus cartas, y vaya si son buenas. La plataforma de Los Gatos está preparando la jugada más agresiva de su historia: tragarse a Warner Bros. Discovery de un bocado. Y cuando digo bocado, hablo de crear un monstruo que generaría 70.000 millones de euros en ingresos anuales globales. Para que os hagáis una idea, eso es más que YouTube y Disney juntos.

Los números que lo cambian todo

Vamos a lo que realmente importa: las cifras que hacen que esta operación tenga sentido. Netflix aporta 5.500 millones en ingresos anuales recurrentes solo en Asia-Pacífico, mientras que Warner Bros. Discovery suma otros 1.100 millones. Puede parecer que WBD es el hermano pequeño, pero su catálogo es oro puro.

Hablamos de DC Comics, Harry Potter, HBO… contenido que llevo años viendo triunfar una y otra vez en taquilla. Son franquicias que han demostrado su valor durante décadas, y que seguirán haciéndolo. Como analista, he visto cómo estas propiedades mantienen su tirón generación tras generación.

Los 430 millones de suscriptores combinados crearían una base que ningún competidor podría igualar. Pero lo más interesante son las sinergias: entre 2.000 y 3.000 millones en ahorros de costes. Esos números me recuerdan a las grandes fusiones de estudios de los años 90, pero a una escala que entonces era impensable.

El giro estratégico que nadie vio venir

Lo que más me sorprende es el cambio radical en la estrategia de Netflix. Durante años, la compañía había crecido de forma orgánica: contenido propio, expansión mercado a mercado, construyendo su imperio paso a paso. Ahora, de repente, se convierte en lo que MPA define como un «consolidador adquisitivo».

Este cambio no es casual. Los datos de los últimos trimestres que he estado siguiendo muestran que el crecimiento orgánico tiene un techo. En mercados maduros como Estados Unidos y Europa, ya no puedes crecer al ritmo que exige Wall Street solo con nuevos suscriptores.

La única salida es comprar el crecimiento. Y WBD, con sus problemas financieros, se presenta como el objetivo perfecto. La valoración de 82.700 millones puede parecer astronómica, pero cuando la desglosas por el valor de las propiedades intelectuales, empieza a cuadrar.

Los riesgos que me preocupan

No todo son buenas noticias, y como analista he aprendido a buscar las grietas en las operaciones que parecen perfectas. MPA advierte del «Acantilado de Licencias», un fenómeno que podría sacudir los acuerdos de contenido en múltiples mercados.

WBD funciona actualmente como lo que el informe describe como un «traficante de armas regional», vendiendo contenido a diferentes plataformas según el mercado. Esta estrategia ha sido rentable, pero Netflix podría centralizar todo ese contenido en su propia plataforma.

Imaginaos el impacto: de repente, plataformas locales en Asia-Pacífico se quedan sin acceso a contenido premium de HBO o DC. Es el tipo de movimiento que crea enemigos y problemas regulatorios.

Los riesgos de integración cultural también son reales. Netflix ha construido una cultura muy específica, basada en la libertad creativa y decisiones rápidas. WBD viene del Hollywood tradicional, con sus propias dinámicas. Fusionar estas culturas será como mezclar agua y aceite.

El calendario que marca el destino

Los reguladores tienen hasta marzo de 2027 para aprobar la operación, con posibilidad de extender hasta septiembre. Es un plazo generoso que refleja la complejidad y el número de mercados involucrados.

La penalización de 5.800 millones si Netflix se retira demuestra que van completamente en serio. No es el tipo de cifra que pones sobre la mesa si tienes dudas. Como he visto en otras mega-operaciones, es una declaración de intenciones: esto va a pasar, salvo catástrofe regulatoria.

Durante estos 12-18 meses, el mercado estará en vilo. Amazon Prime Video, Disney+ y Apple TV+ no se van a quedar de brazos cruzados viendo cómo Netflix se corona como rey indiscutible del streaming.

Lo que significa para nosotros

Al final, todo esto se traduce en cambios concretos para quienes pagamos las suscripciones. Un Netflix con el catálogo de WBD sería una propuesta difícil de rechazar. Todo el universo DC, las series de HBO, Harry Potter y el contenido original de Netflix en una sola plataforma.

Pero también podría significar subidas de precio. Una plataforma con tanto poder de mercado tiene margen para cobrar más. Los 430 millones de suscriptores proporcionarían una base lo suficientemente grande como para absorber cierta pérdida de usuarios por incrementos de precio.

He visto este patrón antes en otras industrias: cuando llega la consolidación, llegan los precios al alza. La competencia se verá obligada a reaccionar, probablemente con más fusiones. El streaming podría acabar pareciéndose al sector de las telecomunicaciones: unos pocos gigantes dominando, con ofertas similares y precios crecientes.

El final de una era

Esta operación marca el final de la era dorada del streaming, esa época en la que múltiples plataformas competían ferozmente manteniendo precios relativamente bajos. Netflix está apostando por convertirse en el HBO del siglo XXI: caro, pero imprescindible.

Los números sugieren que podría conseguirlo, y eso cambiará para siempre cómo consumimos entretenimiento. Como analista que ha seguido la evolución de esta industria desde sus inicios, puedo decir que estamos ante un punto de inflexión histórico.

El streaming está madurando, y en mercados maduros la consolidación es inevitable. Netflix acaba de disparar el pistoletazo de salida de esa nueva era. Los próximos años van a ser fascinantes de analizar, aunque probablemente más caros para nuestros bolsillos.


Apasionado por los números que cuentan historias, llevo más de 12 años desentrañando qué hay detrás del éxito (o fracaso) en taquilla. Para mí, cada cifra es un reflejo del público y la industria, y me encanta traducir esos datos en análisis claros y sorprendentes.

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